martes, 16 de octubre de 2018

Aforismos de las Cartas y Relaciones.- Antonio Pérez del Hierro (1540-1611)


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i) Aforismos de las Relaciones

«1.-Los grandes desastres, por la mayor parte, tuvieron principio de estado próspero, como las grandes caídas de lugares altos.
 2.-Pasión y envidia, vecinas y moradoras ordinarias de cortes de príncipes. Todo es corte ya.
 3.-Algunos príncipes tienen por ofensa que no maten sus disfavores como veneno. ¿Qué harían si tuviesen poder de arrojar una landre al corazón que quisiesen?
 4.-Miserable siglo en que se tiene por delito pedir justicia, y aun se castiga por tal. Ya se va introduciendo ser delito el tenerla.
 5.-La lengua del hombre, lamiendo, desuella y encona. Y muerde más que el diente.
 6.-Medio muy acostumbrado de la malicia humana, apiadarse de la satisfacción de la justicia para su venganza propia.
 7.-Los amigos en siglos peligrosos han de ser mudos o corren gran peligro. Consejo no necesario ya, porque los más se acogen a lo seguro.
 8.-Los reyes, los que de menos buen natural, en los primeros motivos reconocen sus obligaciones, antes que la pasión ajena y malos consejeros los ocupen. Porque es imposible que aquella divinidad de que los viste el cargo, y el encuentro de la conciencia natural, al más gentil no les remuerda, no les tire a la obligación debida, sino al cumplimiento, al conocimiento de ella a lo menos; señal este conocimiento que cobrará salud el enfermo. 
 9.-Miren los privados cómo aconsejan a un príncipe, porque será suya la culpa del yerro y muchas veces la pena. No piensan en la tormenta con el viento en popa.
 10.-No todo lo que se teme se conoce, como no todo lo que se piensa que se conoce se teme como debería. De reyes debe de hablar, que son mucho de temer los más conocidos y tratados.
 11.-Naturaleza de la liberalidad del cielo, que todos sus bienes los podamos tener por posesión propia, con darlos de gracia las más veces.
 12.-La vejez acaba gustos personales o el arte de la edad los esconde. Más creo que hay de los segundos.
 13.-No se aseguren privados de príncipes a letra vista, ni se fíen en sonido de palabras que son halagüeñas y también padece el sentido del oído sus engaños, como los demás sentidos. No se canse el autor en templar la ambición humana, que no hay tahúr que por consejos deje el juego ni por tormentas la mar el marinero. Pero perdóneme que yo no dijera (aunque es disculpa el ser carta en que la pluma corre sin volver atrás) que también padece sus engaños el oído, como los demás sentidos, y ¿por qué digo también? Que no hay sentido que tanto los padezca ni tan dañosos como el oído; porque la vista padece el engaño del afeite; el gusto, desabrimiento del manjar; el tacto, la aspereza en el toque; el olfato, el mal olor y en ningún engaño de estos hay peligro de gran riesgo. Pero el oído es sentido por el cual recibe el hombre mayores daños: los golpes, las heridas grandes del instrumento y del arma (la lengua) más peligrosa que cuantas la naturaleza ha criado ni inventado el arte; como también es el medio por donde recibe el alma el beneficio mayor de todos, el conocimiento de Dios y su palabra: "Quin inmo beati qui audiunt verbum Dei et custodiunt illud". Mucho me he desmandado en esto: yo me templaré en lo que queda.
 14.-Enfermedad común a todas las cortes, andar falsos los unos con los otros, como común a los príncipes reírse de todo y de todos. No lo tienen por enfermedad, sino por antídoto y arma defensiva. De cortesanos hablo, no de reyes, que el poder no usa de armas defensivas. Más dijera con gusto mío por ser sobre tal materia, pero cae sobre el cansancio del aforismo pasado.
 15.-La muerte traen atada a la vida los que viven cerca de príncipes. Y todos la buscan con todo eso.
 16.-La gracia de reyes o sube o baja, que es inconstante. Por el rato que dura la buscan todos como deleite, con saber cada uno ser veneno al cuerpo y al alma.
 17.-No hay veneno que tales bascas remueva a un estómago como la envidia, y más a la privanza con los reyes. Ni esto basta para atemorizar a nadie. Deben de querer más que les tengan envidia que lástima, como dicen en España. Pero a la larga darán en el estado de lástima y de lastimados.
 18.-La privanza misma es el verdadero veneno. Con cuantos mueren de él, no hay quien no lo busque.
 19.-Reyes hay en quien no hay dos dedos de la risa al cuchillo. Aquí callo, que no sé de reyes, si no quieren pensar que el escarmiento del autor puede enseñar a quien quiera.
 20.-Irresolución de príncipes, madre y puerta de grandes inconvenientes. Los ejemplos lo van probando, por si se olvidaren de los pasados.
 21.-Cuando el atrevimiento no halla castigo ni resistencia, presume de hacer mérito. Ya llegó a tal punto que no hay tratar de remedio.
 22.-El oficio de reyes, como los demás, es de una naturaleza.
 23.-Las personas, no todas de una misma. Luego el mal o buen uso de los oficios dependerá del natural de las personas.
 24.-El oficio de reyes y la fortuna, de un mismo natural. De suerte que quien conociera al uno conocerá al otro. La fortuna es más conocida porque anda envuelta con todos. No me manden decir más en esto, porque conozco a la señora fortuna por lo que se ha entretenido con el autor algunos buenos ratos; no sé si acertaría en hacer la comparación de la semejanza entre ambos.
 25.-Nadie se fíe en méritos de servicios pasados. Que el caballo, mientras dura la posta, se estima; corrida, se arroja
 
   [El texto pertenece a la edición en español de Prensas Universitarias de Zaragoza, 2009. ISBN: 978-84-92521-67-8.]

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