domingo, 24 de julio de 2022

Verso y prosa.- Blas de Otero (1916-1979)


Bilbaopedia - Blas de Otero
Obra


 … Bien sabemos lo difícil que es hacerse oír de la mayoría. También aquí son muchos los llamados y pocos los escogidos. Pero comenzad por llamarlos, que seguramente la causa de tal desatención está más en la voz que en el oído.

* * *

 Tarea para hoy: demostrar hermandad con la tragedia viva, y luego, lo antes posible, intentar superarla. Naturalmente, esto es lo mas difícil. No hay creador capaz de levantar unas ruinas si no dispone de un ideal positivo; si primero él no ha forjado -cual un futuro ya presente- su escala de valores y su escuela de verdades.

* * *

 Creo en la poesía social, a condición de que el poeta (el hombre) sienta estos temas con la misma sinceridad y la misma fuerza que los tradicionales.
 (1950)
[…]

Mundo

CUANDO San Agustín escribía sus Soliloquios.
Cuando el último soldado alemán se desmoronaba de asco y de impotencia.
Cuando las guerras púnicas
y las mujeres abofeteadas en el descansillo de una escalera
entonces,
cuando San Agustín escribía la Ciudad de Dios con una mano
y con la otra tomaba notas a fin de combatir las herejías,
precisamente entonces,
cuando ser prisionero de guerra no significaba la muerte, sino la casualidad de encontrarse vivo,
cuando las pérfidas mujeres inviolables se dedicaban a reparar las constelaciones deterioradas
y los encendedores automáticos desfallecían de póstuma ternura, entonces, ya lo he dicho,
San Agustín andaba corrigiendo las pruebas de su Enchiridion ad Laurentium
y los soldados alemanes se orinaban encima de los niños recién bombardeados.
Triste, triste es el mundo,
como una muchacha huérfana de padre a quien los salteadores de abrazos sujetan contra un muro.
Muchas veces hemos pretendido que la soledad de los hombres se llenase de lágrimas.
Muchas veces, infinitas veces, hemos dejado de dar la mano
y no hemos conseguido otra cosa que unas cuantas arenillas pertinazmente intercaladas entre los dientes.
Oh si San Agustín se hubiese enterado de que la diplomacia europea
andaba comprometida con artistas de variétès de muy dudosa reputación
y que el ejército norteamericano acostumbraba recibir paquetes donde la más ligera falta de ortografía
era aclamada como venturoso presagio de la libertad de los pueblos oprimidos por el endoluminismo.
Voy a llorar de tanta pierna rota
y de tanto cansancio que se advierte en los poetas menores de dieciocho años.
Nunca se ha conocido un desastre igual.
Hasta las Hermanas de la Caridad hablan de crisis
y se escriben gruesos volúmenes sobre la decadencia del jabón de afeitar entre los esquimales.
Decid adónde vamos a parar con tanta angustia
y tanto dolor de padres desconocidos entre sí.
Cuando San Agustín se entere de que los teléfonos automáticos han dejado de funcionar
y de que las tarifas contra incendios se han ocultado tímidamente en las cabelleras de las muchachitas rubias,
ah entonces, cuando San Agustín lo sepa todo
Verso y prosa (Letras Hispánicas): Amazon.es: Otero, Blas de: Librosun gran rayo descenderá sobre la tierra y en un abrir y cerrar de ojos nos volveremos todos idiotas.
[…]

Encuesta

Quiero encontrar, ando buscando la causa del sufrimiento. / La causa a secas del sufrimiento a veces
mojado en sangre, en lágrimas, y en seco / muchas más. La causa de las causas de las cosas
horribles que nos pasan a los hombres. / No a Juan de Yépez, a Blas de Otero, a León
Bloy, a César Vallejo, no, no busco eso, / qué va, ando buscando únicamente
la causa del sufrimiento / (del sufrimiento a secas),
la causa a secas del sufrimiento a veces… / Y siempre vuelta a empezar.
Me pregunto quién goza con que suframos los hombres. / Quién se afeita a favor del viento de la angustia.
Qué sucede en la sección de Inmortalidad / cuando según todas las pruebas nos morimos para siempre.
Sabemos poco en materia de sufrimiento. / Estamos muy orgullosos con nuestro orgullo,
pero si yo les arguyo con el sufrimiento no saben qué decirme. / Mire usted en la guía telefónica,
o en la Biblia, es fácil que allí encuentre algo. / Y agarro la biblia telefónica,
y agarro / con las dos manos la Guía de pecadores… y se caen al suelo todos los platos.
Desde los siete años / oyendo lo mismo a todas horas, cielo santo,
santo, santo, como de Dios al fin obra maestra. / Pero, del sufrimiento, como el primer día:
mudos y flagelados a doble columna. Es horrible.
[…]

Juicio final

 Yo, pecador, artista del pecado, / comido por el ansia hasta los tuétanos,
yo, tropel de esperanza y de fracasos, / estatua del dolor, firma del viento.
Yo, pecador, en fin, desesperado / de sombras y de sueños: me confieso
que soy un hombre en situación de hablaros / de la vida. Pequé. No me arrepiento.
Nací para narrar con estos labios / que barrerá la muerte un día de estos,
espléndidas caídas en picado / del bello avión aquel de carne y hueso.
Alas arriba disparó los brazos, / alardeando de tan alto invento;
plumas de níquel: escribid despacio. / Helas aquí, hincadas en el suelo.
Éste es mi sitio. Mi terreno. Campo / de aterrizaje de mis ansias. Cielo
al revés. Es mi sitio y no lo cambio / por ninguno. Caí. No me arrepiento.
Ímpetus nuevos nacerán, más altos. / Llegaré por mis pies -¿Para qué os quiero?-
a la patria del hombre: al cielo raso / de sombras ésas y de sueños ésos.
…porque la mayor locura que puede / hacer un hombre en esta vida es
dejarse morir sin más ni más…
[…]

En la inmensa mayoría

 Podrá faltarme el aire, / el agua,
el pan, / sé que me faltarán.
El aire, que no es de nadie. / El agua, que es del sediento.
El pan… Sé que me faltarán. / La fe, jamás.
Cuanto menos aire, más. / Cuanto más sediento, más.
Ni más ni menos. Más.
[…]

 Noticias de todo el mundo

 A los cuarenta y siete años de mi edad, / da miedo decirlo, soy sólo un poeta español
(dan miedo los años, lo de poeta, y España) / de mediados del siglo XX. Esto es todo.
¿Dinero? Cariño es lo que yo quiero, / dice la copla. ¿Aplausos? Sí, pero no me entero.
¿Salud? Lo suficiente. ¿Fama? / Mala. Pero mucha lana.
Da miedo pensarlo, pero apenas me leen / los analfabetos, ni los obreros, ni
los niños. / Pero ya me leerán. Ahora estoy aprendiendo
a escribir, cambié de clase, / necesitaría una máquina de hacer versos,
perdón, unos versos para la máquina / y un buen jornal para el maquinista,
y, sobre todo, paz, / necesito paz para seguir luchando
contra el miedo, / para brindar en medio de la plaza
y abrir el porvenir de par en par, / para plantar un árbol
en medio del miedo, / para decir “buenos días” sin engañar a nadie,
“buenos días, cartero” y que me entregue una carta / en blanco, de la que vuele una paloma.
[…]

Todo

Gracias doy a la vida por haberme nacido. / Gracias doy a la vida porque vi los árboles, y los ríos y el mar.
Gracias en la bonanza y en la procela. / Gracias por el camino y por la verdad.
Gracias por la contradicción y por la lucha. / Gracias por el aire y por la cárcel.
Gracias por el asombro y por la obra. / Gracias por morir; gracias por perdurar


  [El texto pertenece a la edición en español de Ediciones Cátedra, 1982, en edición del autor. ISBN 84-207-1000-8 ]

domingo, 17 de julio de 2022

SCUM (Manifiesto de la Organización para el exterminio del hombre).- Valerie Solanas (1936-1988)


Valerie Solanas, la asesina de Andy Warhol que quería 'exterminar ...  «Si todas las mujeres abandonaran a los hombres, se negaran a tener algo que ver con cualquiera de ellos, todos los hombres, el gobierno, y hasta la economía nacional se hundirían sin remedio. Incluso sin dejar a los hombres, las mujeres conscientes del alcance de su superioridad y de su poder sobre ellos, podrían adueñarse de todo en pocas semanas y someter totalmente a los hombres. En una sociedad sana, el macho trotaría obedientemente detrás de la mujer. El hombre es obediente, se somete con facilidad al yugo de cualquier mujer empeñada en dominarlo. El hombre, de hecho, desea desesperadamente someterse a las mujeres, vivir bajo la autoridad de su mamá, y abandonarse a sus cuidados. Pero no vivimos en una sociedad sana, y la mayoría de las mujeres no tienen la menor idea de la verdadera relación de fuerzas.
  El conflicto, pues, no se produce entre mujeres y hombres, sino entre las SCUM —las mujeres dominantes, libres, seguras de sí mismas, mordaces, violentas, egoístas, independientes, orgullosas, intrépidas, libres, arrogantes, que se consideran capaces para gobernar el universo, que han luchado contra viento y marea hasta alcanzar los límites de esta sociedad y están dispuestas a desenfrenarse y barrerlos— y las Hijas de Papá amables, pasivas, complacientes, cultivadas, educadas, dignas, subyugadas, dependientes, asustadas, grises, angustiadas, ávidas de aprobación, desconcertadas ante lo desconocido, que quieren seguir revolcándose en la cloaca (al menos, les resulta familiar), aferrarse a los amos, sentir a Papá a sus espaldas y apoyarse en fuertes bíceps; necesitan ver una cara fofa y peluda en la Casa Blanca, demasiado cobardes para enfrentarse a la horrorosa realidad del hombre, de Papá, que se han acomodado en la pocilga, han hecho causa común con las bestias, se adaptan y no conocen otra forma de vida, han rebajado sus mentes, sus pensamientos y sus percepciones al nivel del macho; que, carentes de juicio, de imaginación y de genio sólo pueden obtener estima en una sociedad masculina, que sólo pueden ocupar un lugar en el sol (o mejor, en el estiércol), como cluecas o en calidad de reposo del guerrero, que son rechazadas por las otras mujeres, que proyectan sus deficiencias, su masculinidad, sobre todas las mujeres a quienes consideran gusanos.
  Pero SCUM es demasiado impaciente para esperar y aguardar a que se produzca el deslavado de cerebro de millones de agujeros. ¿Por qué las mujeres impetuosas deben seguir arrastrándose miserablemente junto con todas estas aburridas mujeres-machos? ¿Por qué el destino de los seres capaces debería cruzarse con el de los tarados? ¿Por qué las imaginativas y activas deberían tener en cuenta a las pasivas y mediocres? ¿Por qué las independientes deberían patear locas junto con las que se amparan a Papá?
   Un comando de SCUM puede apoderarse del país en un año, dando por el culo al sistema a todos los niveles, destruyendo selectivamente la sociedad y asesinando.
   SCUM será la gran fuerza enculatoria, la fuerza del destrabajo. Los miembros de SCUM eligirán toda clase de profesiones y destrabajarán.
   Por ejemplo, las vendedoras y telefonistas SCUM, no cobrarán. Las operarias y oficinistas SCUM, cojerán el trabajo destruyendo el material en secreto. Las SCUM destrabajarán sistemáticamente hasta hacerse despedir, después buscarán un nuevo empleo para sabotear.
   SCUM tomará por asalto los autobuses, los taxis y los puestos de vender billetes; conducirán autobuses y taxis y entregarán billetes gratuitos al público.
   SCUM destruirá todos los objetos inútiles y dañinos como vidrieras, Gran Arte, etcétera.
   Después SCUM se apoderará de las antenas de radio y de TV, se encargará de aliviar de sus trabajos a todos los empleados que impedirán la entrada de SCUM en los estudios.
   SCUM arremeterá contra las parejas mixtas (hombre-mujer), que encuentre al paso y las deshará.
   SCUM matará a todos los hombres que no formen parte del Cuerpo Auxiliar Masculino de SCUM. Forman parte del Cuerpo Auxiliar Masculino los hombres que se emplean metódicamente en su propia eliminación, los hombres que practican el bien, fueren cuales fueren sus motivos y nieguen las reglas del juego de SCUM. He aquí  algunos ejemplos de los integrantes del Cuerpo Auxiliar: hombres que matan a hombres; biólogos que trabajan en investigaciones constructivas, en lugar de preparar la guerra biológica; periodistas, escritores, redactores jefe, editores y productores que difunden y promocionan las ideas capaces de servir a los objetivos de SCUM; los maricas que, con magnífico ejemplo, animan a otros hombres para desmachizarse y en consecuencia volverse relativamente inofensivos; hombres que prodigan generosamente dinero y todos los servicios necesarios; hombres que dicen la verdad —hasta ahora ninguno lo ha hecho nunca—, y guardan un comportamiento justo con las mujeres, que revelan la verdad sobre sí mismos, proporcionan a los descerebrados frases correctas que repetir y les dicen que el objetivo principal en la vida de una mujer es aplastar el sexo masculino. Para ayudar a los hombres en esta tarea, SCUM organizará Sesiones Miérdicas durante las cuales cada hombre presente pronunciará un discurso con la frase: soy una mierda, una mierda miserable y abyecta, y acto seguido procederá a enumerar los distintos aspectos de su mierdicidad. Su recompensa por esta actuación, será la oportunidad de confraternizar después de la sesión y durante toda una hora con las SCUM presentes. Se invitará a las mujeres amables y educadas para clarificar las dudas y los malentendidos que puedan tener acerca del sexo masculino; a los fabricantes y promotores de libros, películas porno, que nos conducen al día en que en las pantallas sólo se verá chupar y cojer (los hombres, como las ratas siguiendo el sonido de la flauta encantada, serán arrastrados hasta su perdición por los engañosos encantos de la Gata, y desbordados, abrumados por ella, se anegarán en esa carne pasiva que han sido siempre) los propagadores de drogas que apresuran la decadencia masculina.
   Pertenecer al Cuerpo Auxiliar Masculino es una condición necesaria pero no suficiente para formar parte de la lista de indultados de SCUM; no es suficiente practicar el bien: para salvar sus culos insignificantes, los hombres deben además evitar el mal. Entre los hombres más detestables y dañinos aparecen: los violadores, los políticos y todo su clan (propagandistas, miembros de los partidos políticos, etcétera); los cantantes y los músicos malos; los Presidentes del Directorio, los Gana-Pan, los agentes inmobiliarios, los propietarios de los restaurantes, los Grandes Artistas, los cobardes, los policías, los magnates, los científicos que trabajan en investigaciones en favor de la destrucción y la muerte o para la industria privada (casi todos los científicos), los mentirosos y los farsantes, los disc-jockeys, los hombres que se imponen aunque sea mínimamente a las mujeres, los hacendosos, los corredores de bolsa, los que hablan cuando no tienen nada que decir, los que deambulan ociosamente por las calles y estropean el paisaje con su presencia, los hipócritas, los artistas plagiarios, los sucios, los moscones, los hombres que dañan a una mujer, los que se dedican a la industria de la publicidad, los escritores, periodistas, redactores jefes, editores, etcétera, deshonestos; los censores, público y privado, todos los miembros de las fuerzas armadas, incluso los  reclutas (LBJ y McNamara dan las órdenes pero los oficiales de servicio las realizan) y particularmente los pilotos (si la Bomba estalla, no será LBJ quien la arrojará, sino el piloto). En el caso del hombre cuyo comportamiento puede considerarse tanto malo como bueno, una evaluación subjetiva y completa de su persona determinará si su comportamiento es, al hacer la síntesis, bueno o malo.
   Resulta muy tentador meter en el mismo saco a hombres y Grandes Artistas y a las mujeres hipócritas, etcétera, pero sería incómodo, pues no quedaría nadie. En toda mujer hay algo que, en mayor o menor grado huele a podrido, pero se debe a toda una vida de convivencia con los hombres. Eliminad a los hombres y las mujeres mejorarán. Las mujeres son recuperables; los hombres, no, aunque su comportamiento puede cambiar. Cuando SCUM les dé una patada en el culo, las mujeres se perfeccionarán rápidamente.
   Cuando dé por el culo al sistema, saquee, separe parejas, destruya y asesine, SCUM GANARÁ RECLUTAS. Ese será el papel de su núcleo de elite reclutadoras; el cuerpo minoritario; el líder de las actividades (las enculadoras, saqueadoras y destructoras) y el de la elite de la elite: las asesinas.
   La solución ya no es dejar que todo se derrumbe y vivir al margen. Dar por el culo al sistema, sí. La mayoría de las mujeres ya viven marginadas: nunca estuvieron integradas. Vivir al margen es dejar el campo libre a quienes se aprovecharán de él; marginarse es hacer justo lo que quieren que hagamos los líderes establecidos; es hacerle el juego al poder, al enemigo; fortalecer el sistema en vez de minarlo, ya que está absolutamente basado en la inactividad, en la pasividad, en la apatía y en la retracción de la masa de las mujeres. Sin embargo, desaparecer es una solución excelente para los hombres, y SCUM, con entusiasmo, le dará empuje.
   Buscar en uno mismo la salvación, contemplarse el ombligo, no es la solución, como nos quieren hacer creer quienes se largan a Katmandu. La felicidad se halla afuera de uno mismo, y se logra solamente por medio de las relaciones con los demás. Nuestro objetivo debería ser el olvido del propio yo, no la autocontemplación. El hombre, sólo capaz de esto último, convierte una falta fundamental en una virtud y otorga a la autocontemplación la categoría no solamente de bien sino de Bien Filosófico, y así hace que parezca profundo.
   A SCUM de nada le sirven las banderas, los desfiles o las huelgas para alcanzar sus fines. Tácticas semejantes son útiles solamente para las señoras amables y educadas que escrupulosamente llevan a cabo tales acciones porque poseen la garantía de su inutilidad. Además, sólo las mujeres-machos decentes y con una vida limpia, altamente entrenadas en sumergirse a sí mismas en la especie, se confunden con la masa y la muchedumbre. SCUM está constituido por individuos; SCUM no es una muchedumbre.
   Las acciones de SCUM serán llevadas a cabo por el número de personas estrictamente necesario. SCUM, además, egoísta, fría de cabeza, no expondrá tontamente su cabeza a las porras de los policías: eso es para las señoras de clase media, privilegiadas y educadas, que sienten gran estima por Papá y por el policía y manifiestan una fe ciega en la bondad intrínseca. Si SCUM realizara alguna vez una manifestación, marcharía sobre la cara estúpida y repugnante de Lyndon Johnson; si SCUM alguna vez va a la huelga, plantará largos cuchillos en la noche, no piquetes.
Descargar] SCUM: Manifiesto de la organización para el exterminio ... Las actividades de SCUM serán criminales no por simple desobediencia civil, por violar abiertamente la ley, sino para ir a la cárcel, para llamar la atención sobre la injusticia. Semejante táctica entra en el sentido del sistema y sólo sirve para apenas modificarlo, para cambiar ciertas leyes específicas. SCUM está en contra de todo el sistema, contra la idea misma de la ley y de gobierno. SCUM nace para destruir el sistema, no para lograr ciertos derechos dentro de él. Además SCUM —siempre egoísta, siempre fría— siempre evitará la detención y el castigo. SCUM actuará furtiva, sibilina, calmadamente (aunque a las asesinas SCUM siempre se las reconocerá).
  Tanto la destrucción como el asesinato serán selectivos y discriminados. SCUM está en contra de las revueltas histéricas e indiscriminadas, sin objetivos claros, que tan fatales resultan, a veces, para sus propios partidarios. SCUM nunca alentará, instigará o participará en revueltas de ninguna clase o cualquier otra forma de destrucción indiscriminada. SCUM, fría, furtivamente, cazará su presa y se moverá con sigilo, en la sombra, para matar. Su destrucción nunca provocará bloqueos en las rutas necesarias para el transporte de comida y abastecimientos esenciales; no contaminará o cortará el agua, ni bloqueará las calles y el tránsito hasta el extremo de que las ambulancias no puedan circular o impedir el funcionamiento de los hospitales.
   SCUM continuará destruyendo, saqueando, desorganizando y matando hasta que el sistema laboral-monetario cese de existir y se establezca la automatización total, o hasta que las mujeres necesarias cooperen con SCUM para alcanzar sus objetivos sin recurrir a la violencia, es decir, hasta que suficientes mujeres no trabajen o abandonen sus puestos de trabajo, comiencen a saquear, abandonen a los hombres y se nieguen a obedecer todas las leyes impropias de una sociedad verdaderamente civilizada. Muchas mujeres engrosarán las filas, pero habrá muchas otras, que hace tiempo se han rendido al enemigo, que están tan adaptadas a la condición animal, al machismo, (adoran las restricciones y las represiones, no saben qué hacer con la libertad) que siguen siendo aduladoras serviles y lameculos, así como los campesinos que cosechan arroz siguen siendo campesinos que cosechan arroz cuando un régimen derriba a otro. Unas pocas de las más veletas lloriquearán, se enfurruñarán y arrojarán sus juguetes y trapos de cocina al suelo, pero SCUM, su apisonadora, pasará, imperturbable, sobre ellas.
 Lograr una sociedad completamente automatizada es simple y rápido, en cuanto la demanda es pública. Los proyectos detallados para su creación ya existen, millones de personas trabajan en su realización. El logro apenas llevará algunas semanas, aún suprimido el sistema monetario, todos se sentirán felices de colaborar en la construcción de una sociedad automatizada. Señalará el principio de una era nueva y fantástica y el trabajo se realizará en medio de una atmósfera de fiesta.
 La supresión del dinero y la institución completa de la automatización son objetivos básicos para todas las otras reformas de SCUM; sin ellas, las demás resultarían imposibles; con ellas, se producirán rápidamente. El gobierno caerá automáticamente. Por medio de la automatización completa, cada mujer tendrá la posibilidad de votar directamente por medio de una máquina de votar electrónica instalada en su casa. Como el gobierno está casi totalmente ocupado en la regulación de la economía y en legislar contra asuntos estrictamente privados, la supresión del dinero y, con él, la de los machos empeñados en legislar la moral, significará que no habrá prácticamente nada que votar.
   Una vez desmanteladas las finanzas, ya no será necesario matar a los hombres, se les arrancará el único poder que tienen sobre las mujeres psicológicamente independientes. Podrán imponerse solamente con las lameculos, a quienes les gusta que alguien las someta. El resto de las mujeres se ocupará en intentar resolver los pocos problemas que queden por solucionar antes de centrarse en la cuestión de la eternidad y de la Utopía. Se renovará completamente la enseñanza, y millones de mujeres podrán, en pocos meses realizar trabajos de alto nivel intelectual que en la actualidad requieren años de aprendizaje (puede lograrse con facilidad pues nuestro objetivo educacional es educar y no perpetuar una minoría académica e intelectual). Resolverán los problemas de la enfermedad, la vejez, y la muerte y rediseñarán totalmente nuestras ciudades y el hábitat. Muchas mujeres, durante un tiempo, seguirán pensando que los hombres les interesan, pero en cuanto se acostumbren a la sociedad de mujeres y se concentren en la realización de sus proyectos, se darán cuenta de la total inutilidad y banalidad del macho.
  Los pocos hombres que queden en el planeta podrán arrastrar sus días mezquinos. Podrán hundirse en las drogas o pavonearse travestidos, observar a las mujeres poderosas en acción, como espectadores pasivos, intentando vivir por delegación. También podrán ir al centro suicida del vecindario más próximo y amistoso para morir allí, en las cámaras de gas, de muerte serena, rápida, sin dolor.
 Antes de que se instituya la automatización, antes de que los hombres sean reemplazados por las máquinas, el hombre debe ser útil a la mujer. Deberán recibir sus órdenes, satisfacer sus más mínimos caprichos, obedecer cualquiera de sus exigencias, adoptar una actitud de perfecta obediencia a su voluntad, en lugar de esta situación perversa y degenerada de los hombres de hoy, quienes no solamente existen, ensuciando  el mundo con su ignominiosa presencia, sino que se dejan lamer el culo por la masa de mujeres que se posternan ante ellos, los millones de mujeres que adoran piadosamente al Becerro de Oro. El perro conduce al amo, cuando en realidad, de no ser un marica travesti, lo más aceptable para el hombre es postrarse delante de la mujer, como un esclavo. Los hombres racionales desean ser aplastados, pisoteados, exterminados y masticados, tratados como lo que son, perros mugrientos, y confirmar así su ser repulsivo.
   Los hombres irracionales, los enfermos, los que intentan defenderse contra su repugnancia, al ver a las SCUM CARGAR SOBRE ELLOS, aullarán aterrados y se aferrarán a la Gran Mamá de las Grandes Tetas, pero las Tetas no les protegerán contra la arremetida de las SCUM; la Gran Mamá se aferrará al Gran Padre, quien, en un rincón, se cagará en sus dinámicos calzoncillos. Sin embargo, los hombres racionales, no patearán ni pelearán ni armarán una lamentable pataleta; se quedarán mansamente sentados, relajados, gozando del espectáculo, dejándose llevar por las olas hasta su fatal extinción.»

 *S.C.U.M.: Society for Cutting Up Men: Organización para el Exterminio del Hombre.

  [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Perfil Libros, 2009, en traducción de Ana María Becciu, ISBN 950-639-108-4.]

domingo, 10 de julio de 2022

En el enjambre.- Byung-Chul Han (1959)


Biblioteca Ignoria: Byung-Chul Han - La paradoja del presente
Sin respeto


 «”Respeto” significa, literalmente, “mirar hacia atrás”. Es un mirar de nuevo. En el contacto respetuoso con los otros nos guardamos del mirar curioso. El respeto presupone una mirada distanciada, un pathos de la distancia. Hoy esa actitud deja paso a una mirada sin distancias, que es típica del espectáculo. El verbo latino spectare, del que toma su raíz la palabra «espectáculo», es un alargar la vista a la manera de un mirón, actitud a la que le falta la consideración distanciada, el respeto (respectare). La distancia distingue el respectare del spectare. Una sociedad sin respeto, sin pathos de la distancia, conduce a la sociedad del escándalo.
   El respeto constituye la pieza fundamental para lo público. Donde desaparece el respeto, decae lo público. La decadencia de lo público y la creciente falta de respeto se condicionan recíprocamente. Lo público presupone, entre otras cosas, apartar la vista de lo privado bajo la dirección del respeto. El distanciamiento es constitutivo para el espacio público. Hoy, en cambio, reina una total falta de distancia, en la que la intimidad es expuesta públicamente y lo privado se hace público. Sin distancia tampoco es posible ningún decoro. También el entendimiento presupone una mirada distanciada. La comunicación digital deshace, en general, las distancias. La destrucción de las distancias espaciales va de la mano con la erosión de las distancias mentales. La medialidad de lo digital es perjudicial para el respeto. Es precisamente la técnica del aislamiento y de la separación, como en el Ádyton, la que genera veneración y admiración.
   La falta de distancia conduce a que lo público y lo privado se mezclen. La comunicación digital fomenta esta exposición pornográfica de la intimidad y de la esfera privada. También las redes sociales se muestran como espacios de exposición de lo privado. El medio digital, como tal, privatiza la comunicación, por cuanto desplaza de lo público a lo privado la producción de información. Roland Barthes define la esfera privada como “esa zona del espacio, del tiempo, en la que no soy una imagen, un objeto”. Visto así, habríamos de decir que no tenemos hoy ninguna esfera privada, pues no hay ninguna esfera donde yo no sea ninguna imagen, donde no haya ninguna cámara. Las Google Glass transforman el ojo humano en una cámara. El ojo mismo hace imágenes. Así, ya no es posible ninguna esfera privada. La dominante coacción icónico-pornográfica la elimina por completo.
   El respeto va unido al nombre. Anonimato y respeto se excluyen entre sí. La comunicación anónima, que es fomentada por el medio digital, destruye masivamente el respeto. Es, en parte, responsable de la creciente cultura de la indiscreción y de la falta de respeto. También la shitstorm[*] es anónima. Ahí está su fuerza. Nombre y respeto están ligados entre sí. El nombre es la base del reconocimiento, que siempre se produce nominalmente. Al carácter nominal van unidas prácticas como la responsabilidad, la confianza o la promesa. La confianza puede definirse como una fe en el nombre. Responsabilidad y promesa son también un acto nominal. El medio digital, que separa el mensaje del mensajero, la noticia del emisor, destruye el nombre.
   La shitstorm tiene múltiples causas. Es posible en una cultura de la falta de respeto y la indiscreción. Es, sobre todo, un fenómeno genuino de la comunicación digital. De este modo se distingue fundamentalmente de las cartas del lector, que están ligadas al medio analógico de la escritura y se envían a la prensa con un nombre explícito. Las cartas anónimas de los lectores terminan con rapidez en las papeleras de las redacciones de los periódicos. Y la carta del lector está caracterizada también por otra temporalidad. Mientras la redactamos, de manera laboriosa, a mano o a máquina, la excitación inmediata se ha evaporado ya. En cambio, la comunicación digital hace posible un transporte inmediato del afecto. En virtud de su temporalidad, transporta más afectos que la comunicación analógica. En este aspecto el medio digital es un medio del afecto.
   El tejido digital favorece la comunicación simétrica. Hoy en día los participantes en la comunicación no consumen las informaciones de modo pasivo sin más, sino que ellos mismos las engendran de forma activa. Ninguna jerarquía inequívoca separa al emisor del receptor. Cada uno es emisor y receptor, consumidor y productor a la vez. Pero esa simetría es perjudicial al poder. La comunicación del poder transcurre en una sola dirección, a saber, desde arriba hacia abajo. El reflujo comunicativo destruye el orden del poder. La shitstorm es una especie de reflujo, con todos sus efectos destructivos.
En el enjambre :: Herder Editorial   La shitstorm guarda relación con los desplazamientos de la economía del poder en la comunicación política. Crece en el espacio que está débilmente ocupado por el poder y la autoridad. Precisamente en jerarquías allanadas es posible atreverse con la shitstorm. El poder como medio de comunicación se cuida de que esta fluya veloz en una dirección. La selección de la acción hecha por los detentadores del poder es seguida por los sometidos, en cierto modo, sin barullo. El barullo o el ruido es una referencia acústica a la incipiente descomposición del poder. También la shitstorm es un ruido comunicativo. El carisma como expresión aurática del poder sería el mejor escudo protector contra shitstorms. No puede hincharse en absoluto.
   La presencia del poder reduce la improbabilidad de la aceptación de mi selección de la acción, de mi decisión de la voluntad por parte de otros. El poder como medio de comunicación consiste en elevar la probabilidad del sí ante la posibilidad del no. El sí es por esencia más carente de ruido que el no. El no es siempre alto. La comunicación del poder reduce considerablemente el barullo y el ruido, es decir, la entropía comunicativa. Así, la palabra del poder elimina de golpe el ruido en aumento. Engendra un silencio, a saber, el espacio de juego para acciones.
   El respeto como medio de comunicación ejerce un efecto semejante al del poder. El punto de vista de la persona respetable, o su selección de la acción, es con frecuencia aceptado y asumido sin contradicción ni réplica. La persona respetable incluso es imitada como modelo. La imitación corresponde a la obediencia, pronta a ejercitarse ante el poder. Justo allí donde desaparece el respeto surge la shitstorm ruidosa. A una persona de respeto no la cubrimos con una shitstorm. El respeto se forma por la atribución de valores personales y morales. La decadencia general de los valores erosiona la cultura del respeto. Los modelos actuales carecen de valores interiores. Se distinguen sobre todo por cualidades externas.
   El poder es una relación asimétrica. Funda una relación jerárquica. La comunicación del poder no es dialogística. El respeto, en contraposición al poder, no es por definición una relación asimétrica. Es cierto que el respeto se otorga con frecuencia a modelos o superiores, pero en principio es posible un respeto recíproco, que se basa en una relación simétrica de reconocimiento. Así, incluso una persona investida de poder puede tener respeto a los subordinados. La shitstorm, que hoy crece por doquier, indica que vivimos en una sociedad sin respeto recíproco. El respeto impone distancia. Tanto el poder como el respeto son medios de comunicación que producen distancia, que ejercen un efecto de distanciamiento.
   Ante el fenómeno de la shitstorm también habrá que definir de nuevo la soberanía. Según Carl Schmitt, es soberano el que decide sobre el estado de excepción. Esta frase sobre la soberanía puede traducirse a lo acústico. Es soberano el que tiene la capacidad de engendrar un silencio absoluto, de eliminar todo ruido, de hacer callar a todos de golpe. Schmitt no pudo tener ninguna experiencia con las redes digitales. Una experiencia de este tipo lo habría arrojado sin duda a una crisis total. Es sabido que durante toda su vida Schmitt tuvo miedo a las ondas electromagnéticas. Las shitstorms son también una especie de onda, que escapa a todo control. Se cuenta que, por miedo a las ondas, el anciano Schmitt alejó de su casa la radio y la televisión. E incluso, a la vista de las ondas electromagnéticas, se vio incitado a redactar de nuevo su famosa frase sobre la soberanía:
   Después de la Primera Guerra Mundial dije: "es soberano el que decide sobre el estado de excepción". Después de la Segunda Guerra Mundial, con la vista puesta en mi muerte, digo ahora: “Es soberano el que dispone sobre las ondas del espacio”.
   Después de la revolución digital, habremos de redactar de nuevo la frase de Schmitt sobre la soberanía: “Es soberano el que dispone sobre las shitstorms de la red”.»

 *Shitstorm: significa literalmente “tormenta de mierda”. Se usa en el sentido de “tormenta de indignación en un medio de Internet”. [N. del T.]

    [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Herder, 2014, en traducción de Raúl Gabás. ISBN: 978-84-2543-368-9.]

miércoles, 6 de julio de 2022

La señal y otros relatos.- Vsévolod Garshin (1855-1888)


Vsevolod M. Garshin — Stock Photo © Aviavlad3 #10610447
El cobarde


  «Definitivamente, la guerra no me permite estar tranquilo. Veo claramente que se dilata, y decir cuándo acabará es difícil. Nuestros soldados siguen siendo los extraordinarios soldados que fueron siempre, pero el enemigo resultó no ser tan débil como pensábamos; y he aquí que ya han pasado cuatro meses desde que fue declarada la guerra, y todavía no hemos logrado ningún éxito decisivo. Y, mientras tanto, cada día que pasa se lleva a centenares de personas. Tal vez sea cosa de mis nervios el que los telegramas con las cifras de muertos y heridos provoquen en mí una impresión mucho más fuerte que en quienes me rodean. Otro lee tranquilamente: “Las pérdidas de los nuestros son insignificantes. Herido tal oficial; muertos de grado inferior, 50; heridos, 100”, y aún se alegra de que sean pocos. Sin embargo, en lo que a mí respecta, la lectura de esa información hace que inmediatamente se me represente ante los ojos todo un cuadro sangriento. Cincuenta muertos, cien mutilados, ¡una cosa insignificante! ¿Por qué nos indignamos tanto cuando los periódicos dan la noticia de algún asesinato, cuando las víctimas son algunas personas? ¿Por qué el aspecto de los cadáveres atravesados por las balas, tirados en el campo de batalla, no nos golpea con el mismo horror que el aspecto del interior de la casa saqueada por el asesino? ¿Por qué sobre la catástrofe en los terraplenes de Tiligulski, que costó la vida a varias decenas de personas, habló, y mucho, toda Rusia, y al asunto de la avanzadilla con pérdidas “insignificantes”, también de varias decenas de personas, nadie le presta atención?
   Hace unos cuantos días, Lvov, un estudiante de medicina conocido mío con el que frecuentemente discuto sobre la guerra, me dijo:
  —Ya veremos, pacifista, cómo aplica sus convicciones humanitarias cuando le recluten como soldado y se vea obligado a disparar a la gente.
   —A mí, Vasili Petróvich, no me reclutarán: estoy inscrito en la milicia.
   —Sí, si la guerra se alarga, echarán mano hasta de la milicia. No se envalentone, su tumo también llegará.
   Se me encogió el corazón. ¿Cómo no se me había ocurrido eso antes? Realmente echarán mano hasta de la milicia, aquí no hay nada imposible. “Si la guerra se alarga…”. Sí, seguramente se alargará. Y si no se prolonga mucho esta guerra, de todas formas comenzará otra. ¿Por qué no luchar? ¿Por qué no realizar grandes hechos de armas? Me parece que la guerra actual es sólo el principio de las futuras, de las cuales no nos libraremos ni yo, ni mi hermano pequeño, ni el hijo de pecho de mi hermana. Y mi turno llegará muy pronto.
  ¿Dónde se meterá tu “yo”? Tú protestas con todas tus fuerzas contra la guerra, y aun así la guerra te obligará a echarte el arma al hombro, te obligará a ir a morir y a matar. ¡No, eso es imposible! Yo soy un joven tranquilo, de buen corazón, que hasta ahora sólo conocía sus libros, el aula, la familia y unas cuantas personas cercanas, que piensa en comenzar su propio trabajo dentro de uno o dos años, una tarea de amor y verdad; yo, al fin, acostumbrado a observar el mundo objetivamente, acostumbrado a ponerlo delante de mí, que pienso que en todas partes sé ver el mal existente y por lo tanto huyo de ese mal, veo todo mi edificio de tranquilidad derrumbado, y a mí mismo enfundado en los mismos harapos con agujeros y manchas que hace un instante sólo miraba. Y ningún progreso, ningún conocimiento propio ni del mundo, ninguna libertad espiritual me darán la triste libertad física, la libertad de disponer del propio cuerpo.
   Lvov se ríe cuando empiezo a exponerle mi indignación frente a la guerra.
  —Relaciónese de manera más simple con las cosas, querido amigo: la vida le resultará más fácil —dice—. ¿Cree que a mí me resulta agradable esta carnicería? Además de traer desgracia a todos, a mí me hace daño personalmente, no me permite completar los estudios. Dispondrán la graduación acelerada, y nos enviarán a cortar brazos y piernas. Y sin embargo no me dedico a hacer reflexiones inútiles sobre el horror de la guerra, porque por mucho que piense no haré nada para acabar con ella. Verdaderamente, es mejor no pensar y dedicarse a los asuntos propios. Y si me mandan a curar heridos, voy y los curo. Qué se le va a hacer: en semejantes circunstancias es necesario sacrificarse. Por cierto, ¿sabe usted que Masha va como hermana de la caridad?
   —¿De veras?
   —Lo decidió anteayer, y hoy ha ido a hacer prácticas de vendaje. Yo no la disuadí; sólo le pregunté cómo piensa arreglárselas con sus estudios. “Terminaré los estudios después —dijo—, si sobrevivo”. Pues nada, que vaya mi hermanita, algo bueno aprenderá.
   —¿Y qué dice Kuzma Fomich?
LA SEÑAL Y OTROS RELATOS   —Kuzma no dice nada, pero una melancolía atroz se ha apoderado de él y ha abandonado completamente los estudios. Me alegro por él de que mi hermana se vaya: verdaderamente, el hombre se consume, sufre, se ha convertido en su sombra, no hace nada. ¡En fin, cosas del amor! —Vasili Petróvich movió la cabeza—. Y ahora se fue corriendo para traerla a casa, ¡como si ella no hubiera andado por la calle siempre sola!
  —Me parece, Vasili Petróvich, que no es bueno que él viva con ustedes.
  —Por supuesto que no es bueno, pero ¿quién podía preverlo? Para mi hermana y para mí, este piso es grande, sobra una habitación. ¿Por qué no habríamos de alojar en ella a una buena persona? Y una buena persona la cogió y quedó pillado. A mí, la verdad, ella también me irrita: ¡¿en qué es Kuzma peor que ella?! Es bondadoso, nada tonto, bueno. Y a buen seguro ella no se fija en él. En fin, váyase de mi habitación, no tengo tiempo; si quiere ver a mi hermana con Kuzma, vaya al comedor; llegarán pronto.
   —No, Vasili Petróvich, yo tampoco tengo tiempo; ¡adiós!
   Nada más salir a la calle, vi a María Petrovna y a Kuzma. Caminaban callados: María Petrovna, con una expresión de concentración forzada en el rostro, delante, y Kuzma, un poco de lado y detrás, sin atreverse a ir a su lado y lanzando de vez en cuando una mirada de soslayo a su rostro. Pasaron a mi lado sin percatarse de mi presencia.
   No puedo hacer nada y no puedo pensar en nada. He leído sobre la tercera batalla de Plevna. Hubo doce mil bajas entre rusos y rumanos, eso sin contar a los turcos… Doce mil… Esta cifra tan pronto flota ante mí en forma de signos como se extiende en forma de cinta infinita de cadáveres que yacen uno al lado del otro. Si se colocaran hombro con hombro, se formaría un camino de ocho verstas… ¿Qué es esto?
  Me habían contado algo sobre Skóbelev, que se lanzó a no sé dónde, que atacó no sé qué, tomó no sé qué reducto o lo cogieron en él…, no recuerdo. En este espantoso asunto no recuerdo ni veo más que una cosa: una montaña de cadáveres que sirve de pedestal a grandiosos hechos de armas que se incluirán en las páginas de la historia. Es posible que esto sea necesario; no pretendo juzgarlo, y además no puedo hacerlo; no razono sobre la guerra, me refiero a ella visceralmente, indignado por la cantidad de sangre derramada. El toro, ante cuyos ojos matan a toros como él, siente, seguramente, algo parecido… No comprende para qué sirve su muerte, y mira con ojos desorbitados la sangre, y brama desesperado con una voz que desgarra el alma.
  ¿Soy o no soy un cobarde?
   Hoy me han dicho que soy un cobarde. Bien es verdad que lo ha dicho una persona muy frívola, ante quien he expresado el temor de ser reclutado como soldado y mi noluntad de ir a la guerra. Su opinión no me ha afligido, pero me ha suscitado una cuestión: ¿no soy en efecto un cobarde? ¿Puede ser que toda mi indignación contra lo que los demás consideran un gran hecho de armas sea fruto de que temo por mi propio pellejo? ¿Merece realmente la pena preocuparse por una insignificante vida cualquiera cuando se está ante un gran asunto? En definitiva, ¿soy capaz de arriesgar mi vida por alguna causa?
   No he dedicado mucho tiempo a estas cuestiones. He rememorado toda mi vida, todas aquellas situaciones —en verdad no muchas— en las que me vi cara a cara con el peligro, y no he podido culparme de cobardía. No temía por mi vida entonces y no temo ahora. Así que no es la muerte lo que me asusta…
  Continuamente nuevas batallas, nuevas muertes y sufrimientos. Leído el periódico, no soy capaz de acometer nada: en el libro, en lugar de letras, hay tiradas hileras de personas; la pluma parece un arma que le hace al blanco papel negras heridas. Si sigo así, acabaré teniendo auténticas alucinaciones. Además, ahora me ha surgido una nueva preocupación que me distrae un poco de unos y otros pensamientos deprimentes.»

   [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Contraseña, 2010, en traducción de Sara Gutiérrez. ISBN: 978-84-9378-183-5.]