domingo, 14 de marzo de 2021

Manifiesto contra-sexual.- Beatriz Preciado (1970)

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¿Qué es la contra-sexualidad?

Principios de la sociedad contra-sexual

  «ARTÍCULO 1

 La sociedad contra-sexual demanda que se borre de las denominaciones «masculino» y «femenino” correspondientes a las categorías biológicas (varón/mujer, macho/hembra) del carné de identidad, así como de todos los formularios administrativos y legales de carácter estatal. Los códigos de la masculinidad y de la feminidad se convierten en registros abiertos a disposición de los cuerpos parlantes en el marco de contratos consensuados temporales.

ARTÍCULO 2

 Para evitar la reapropiación de los cuerpos como femenino o masculino en el sistema social, cada nuevo cuerpo (es decir, cada nuevo contratante) llevará un nuevo nombre que escape a las marcas de género, sea cual fuese la lengua empleada. En un primer momento, y con el fin de desestabilizar el sistema heterocentrado, es posible elegir un nombre del sexo opuesto o utilizar alternativamente un nombre masculino y un nombre femenino. Por ejemplo, alguien que se llame Julio utilizará el correspondiente femenino Julia, y viceversa. Los José Marias podrán utilizar María José, y viceversa.

ARTÍCULO 3

 Tras la invalidación del sistema de reproducción heterocentrado, la sociedad contra -sexual demanda:
 • la abolición del contrato matrimonial y de todos sus sucedáneos liberales, como el contrato de parejas de hecho o el PACS (equivalente legal común para homosexuales y heterosexuales en Francia), que perpetúan la naturalización de los roles sexuales. Ningún contrato sexual podrá tener como testigo al Estado;
 • la abolición de los privilegios sociales y económicos derivados de la condición masculina o femenina -supuestamente natural- de los cuerpos parlantes en el marco del régimen heterocentrado;
 • la abolición de los sistemas de transmisión y el legado de los privilegios patrimoniales y económicos adquiridos por los cuerpos parlantes en el marco del sistema heterocentrado.

ARTÍCULO 4

 La re-significación contra-sexual del cuerpo se hará operativa con la introducción gradual de determinadas políticas contra-sexuales. Uno, la universalización de las prácticas estigmatizadas como abyectas en el marco del heterocentrismo. Dos, será necesario poner en marcha equipos de investigación contra-sexuales hightech, de manera que se puedan encontrar y proponer nuevas formas de sensibilidad y de afecto. Se pondrán socialmente en marcha una serie de prácticas contrasexuales para que el sistema contra-sexual tenga efecto:
 • resexualizar el ano (una zona del cuerpo excluida de las prácticas heterocentradas, considerada como la más sucia y la más abyecta) como centro contra-sexual universal;
 • difundir, distribuir y poner en circulación prácticas subversivas de re-citación de los códigos, de las categorías de la masculinidad y de la feminidad naturalizadas en el marco del sistema heterocentrado. La centralidad del pene, como eje de significación del poder en el marco del sistema heterocentrado, requiere un inmenso trabajo de re-significación y de deconstrucción. Por esto, durante el primer período de establecimiento de la sociedad contra-sexual, el dildo y todas sus variaciones sintácticas -tales como dedos, lenguas, vibradores, pepinos, zanahorias, brazos, piernas, el cuerpo entero, etc.-, así como sus variaciones semánticas -tales como puros, pistolas, porras, dólares, etc.-, serán utilizadas por todos los cuerpos o sujetos parlantes en el marco de los contratos contra-sexuales ficticios, reversibles y consensuados;
 • parodiar y simular de manera sistemática los efectos habitualmente asociados al orgasmo, para así subvertir y transformar una reacción natural ideológicamente construida. En el régimen heterocentrado, la limitación y la reducción de las zonas sexuales son el resultado de las definiciones disciplinarias médicas y psicosexuales de los supuestos órganos sexuales, así como de la identificación del pene y del supuesto punto G como centros orgásmicos. En todos estos puntos, la producción del placer depende de la excitación de una sola zona anatómica, fácilmente localizable en los hombres, pero de difícil acceso, eficacia variable e incluso existencia dudosa en las mujeres.
 El orgasmo, efecto paradigmático de la producción-represión heteronormativa que fragmenta el cuerpo y localiza el placer, será parodiado sistemáticamente gracias a diversas disciplinas de simulación y repeticiones en serie de los efectos tradicionalmente asociados con el placer sexual (ver las prácticas de inversión contra-sexuales) . La simulación del orgasmo equivale a una desmentida de las localizaciones espaciales y temporales habituales del placer. Esta disciplina contra-sexual se desarrolla en el sentido de una transformación general del cuerpo, similar a las conversiones somáticas, a las prácticas de meditación extrema, a los rituales propuestos en el body art y en determinadas tradiciones espirituales. Los trabajos de Ron Athey, Annie Sprinkle, Fakir Mustafa, Zhang Huan, Bob Flanagan, etc., constituyen ejemplos Y anticipaciones de esta disciplina contra-sexual.

ARTÍCULO 5

 Toda relación contra-sexual será el resultado de un contrato consensual firmado por todos los participantes. Las relaciones sexuales sin contrato serán consideradas como violaciones. Se pedirá a todo cuerpo parlante que explicite las ficciones naturalizantes (matrimonio, pareja, romanticismo, prostitución, celos... ) que fundamentan sus prácticas sexuales.
 La relación contra-sexual será válida y efectiva por un período de tiempo limitado (contrato temporal) que nunca podrá corresponder a la totalidad de la vida de los cuerpos o sujetos de habla. La relación contra-sexual se funda en la equivalencia y no en la igualdad. Se requerirán la reversibilidad y los cambios de roles, de manera que el contrato contra- sexual nunca pueda desembocar en relaciones de poder asimétricas y naturalizadas.
 La sociedad contra-sexual instituye la obligación de prácticas contra-sexuales, organizadas socialmente en el seno de grupos libremente compuestos a los que cualquier cuerpo parlante puede incorporarse. Cualquier cuerpo tiene la posibilidad de rechazar su derecho a pertenecer a una o varias comunidades contrasexuales.

ARTÍCULO 6

 La sociedad contra-sexual declara y exige la separación absoluta de las actividades sexuales y de las actividades de reproducción. Ningún contrato contra-sexual conducirá al acto de reproducción. La reproducción será libremente elegida por cuerpos susceptibles de embarazo o por cuerpos susceptibles de donar esperma. Ninguno de esos actos reproductivos establecerá un lazo de filiación parental «natural» entre los cuerpos reproductores y el cuerpo recién nacido. Todo cuerpo recién nacido tendrá derecho a una educación contra-sexual.
 Los métodos de contracepción y prevención de enfermedades se distribuirán por todas partes, siendo obligatorios para todo cuerpo parlante en edad de participar en la reproducción. El establecimiento de unidades sexuales de investigación sobre la prevención de enfermedades, así como la distribución gratuita y universal de los medios de prevención son las condiciones necesarias para crear y desarrollar un sistema contra-sexual de producción y reproducción.

ARTÍCULO 7

 La contra-sexualidad denuncia las actuales políticas psiquiátricas, médicas y jurídicas, así como los procedimientos administrativos relativos al cambio de sexo. La contra-sexualidad denuncia la prohibición de cambiar de género (y nombre) , así como la obligación de que todo cambio de género deba estar acompañado de un cambio de sexo (hormonal o quirúrgico). La contra-sexualidad denuncia el control de las prácticas transexuales por las instituciones públicas y privadas de carácter estatal heteronormativo que imponen el cambio de sexo de acuerdo con modelos anatómico-políticos fijos de masculinidad y feminidad. No hay razón política que justifique que el Estado deba ser garante de un cambio de sexo y no de una cirugía estética de nariz, por ejemplo.
 En la sociedad contra-sexual, las operaciones de cambio de sexo constituirán una especie de cirugía de utilidad pública, impuesta o elegida. Estas operaciones nunca servirán para que los cuerpos puedan remitir de nuevo a la idea de una coherencia masculina o femenina. La contra- sexualidad pretende ser una tecnología de producción de cuerpos no heterocentrados. Los equipos de investigación en tecnología contra-sexual estudian y promueven, entre otras, las siguientes intervenciones:
 • exploración virtual de los cambios de género y de sexo gracias a distintas formas de travestismo: cross-dressing, intemet-drag, identidad ciber, etc.
 • producción in-vitro de un ciber-clítoris para implantar en distintas partes del cuerpo;
 • transformación de diferentes órganos del cuerpo en dildo-injertos.

ARTÍCULO 8

 La contra-sexualidad revindica la comprensión del sexo y del género como cibertecnologías complejas del cuerpo. La contra-sexualidad, sacando partido de las enseñanzas de Donna Haraway , apela a una queerización urgente de la «naturaleza» (http: 1 /muse.jhu.edu/journals/ configuration/v002/2. 1 haraway). Las sustancias llamadas "naturales" (testosterona, estrógeno, progesterona), los órganos (las partes genitales macho y hembra) y las reacciones físicas (erección, eyaculación, orgasmo, etc.) deberían considerarse como poderosas «metáforas políticas» cuya definición y control no pueden dejarse ni en manos del Estado ni de las instituciones médicas y farmacéuticas heteronormativas.
 La sofisticación de la mayor parte de las ramas de la medicina terapéutica y de la cibernética (xenotransplantes, prótesis cibernéticas visuales y auditivas, etc.) contrasta con el subdesarrollo de las tecnologías que permiten modificar los órganos (faloplastia, vaginoplastia...) y las prácticas sexuales (tomemos, por ejemplo, la escasa evolución del preservativo en los últimos 2.000 años). La meta de las actuales biotecnologías es la estabilización de las categorías heteronormativas de sexo y de género (que va de la erradicación de las anormalidades sexuales, consideradas como monstruosidades en el nacimiento o antes del nacimiento, a las operaciones en el caso de personas transexuales) . La testosterona, por ejemplo, es la metáfora bio-social que autoriza el paso de un cuerpo denominado femenino a la masculinidad. Es necesario considerar las hormonas sexuales como drogas político-sociales cuyo acceso no debe ser custodiado por las instituciones estatales heteronormativas.

Resultado de imagen de manifiesto contrasexual opera primaARTÍCULO 9

 El control y la regulación del tiempo son cruciales para la concepción y la mejora de las prácticas contra-sexuales. La sociedad contra-sexual decreta que las actividades contra-sexuales se considerarán como un trabajo social que, al mismo tiempo, será un derecho y una obligación para cualquier cuerpo (o sujeto parlante), y que estas actividades se practicarán regularmente un cierto número de horas al día (a determinar según el contexto).

ARTÍCULO 10

La sociedad contra-sexual demanda la abolición de la familia nuclear como célula de producción, de reproducción y de consumo. La práctica de la sexualidad en parejas (es decir, en agrupaciones discretas de individuos de distinto sexo superiores a uno e inferiores a tres) está condicionada por los fines reproductivos y económicos del sistema heterocentrado. La subversión de la normalización sexual, cualitativa (hetero) y cuantitativa (dos) de las relaciones corporales se pondrá en marcha, sistemáticamente, gracias a las prácticas de inversión contra-sexuales, a las prácticas individuales y a las prácticas de grupo que se enseñarán y promoverán mediante la distribución gratuita de imágenes y textos contra-sexuales (cultura contra-pornográfica).

ARTÍCULO 11

La sociedad contra-sexual establecerá los principios de una arquitectura contra-sexual. La concepción y la creación de espacios contra-sexuales estarán basadas en la deconstrucción y en una re-negociación de la frontera entre la esfera pública y la esfera privada. Esta tarea implica deconstruir la casa como espacio privado de producción y de reproducción heterocentrada.

ARTÍCULO 12

La sociedad contra-sexual promueve la modificación de las instituciones educativas tradicionales y el desarrollo de una pedagogía contra-sexual high-tech con el fin de maximizar las superficies eróticas, de diversificar y mejorar las prácticas contra-sexuales. La sociedad contra-sexual favorece el desarrollo del saber-placer y de las tecnologías dirigidas a una transformación radical de los cuerpos y a una interrupción de la historia de la humanidad como naturalización de la opresión (naturalización de la clase, la raza, el sexo , el género, la especie, etc.).

ARTÍCULO 13

La sociedad contra-sexual demanda la consideración de todo acto de sexualidad potencialmente como un trabajo y, por tanto , el reconocimiento de la prostitución como una forma legítima de trabajo sexual. La prostitución solo podrá ejercerse entrando en un contrato libre y consensual en que una de las partes se define como comprador de trabajo sexual y la otra como vendedor de ciertos servicios sexuales. Todas los trabajadores y trabajadoras sexuales tendrán derecho al trabajo libre e igualitario, sin coacción ni explotación, y deberán beneficiarse de todos los privilegios legales, médicos y económicos de cualquier asalariado del mismo territorio. La contra-sexualidad busca generar una contra-producción de placer y de saber en el marco de un sistema de contra-economía contra-sexual. Por esta razón, la publicación de imágenes y de textos contra-sexuales (contra-pornografía), así como la contra-prostitución, se considerarán como artes y disciplinas. Se prevé la formación de centros universitarios destinados al aprendizaje de las diferentes disciplinas contra-sexuales. En el marco de la sociedad contra-sexual, los cuerpos parlantes se llamarán «postcuerpos» o wittigs.»

 [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Ópera Prima, 2002, pp. 29-36. ISBN: 84-95461-14-5.]

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