Buenos propósitos de año nuevo
«NO:
Beber más de catorce copas a la semana.
Fumar.
Gastar dinero en: máquinas para hacer pasta, máquinas para hacer helados u otros aparatos culinarios que jamás utilizaré; libros de autores ilegibles para colocar presuntuosamente en las estanterías; ropa interior exótica ya que, al no tener novio, carece de sentido.
Pasear por la casa como un zarraspatrosa, sino imaginar que otros me están mirando.
Gastar más de lo que gano.
Permitir que la bandeja de entrada del correo electrónico esté incontrolablemente saturada.
Enamorarme de: alcohólicos, adictos al trabajo, fóbicos al compromiso, tipos con novias o esposas, misóginos, megalómanos, chovinistas, sexistas, gorrones emocionales, pervertidos.
Enfadarme con mamá, con Una Alconbury o con Perpetua.
Disgustarme con los hombres, sino ser, en cambio, la amable y distante reina del hielo.
Enamorarme de hombres, pero establecer, en cambio, relaciones basadas en una madura evaluación del carácter.
Criticar a todo el mundo a sus espaldas, sino ser positiva con todos.
Obsesionarme con Daniel Cleaver, ya que es patético estar enamorada del jefe, como si fuese Miss Moneypenny o algo así.
Enfurruñarme por no tener novio, sino desarrollar una elegancia interior y un sentido de la autoridad y de mí misma, como si fuera una mujer de peso, o completa incluso sin novio, como mejor manera de conseguir uno.
SÍ:
Dejar de fumar.
Beber menos de catorce copas a la semana.
Reducir la circunferencia de mis muslos 7,5 cm. (3,75 en cada uno), con una dieta anticelulítica.
Purgar el piso de los trastos inútiles acumulados.
Dar toda la ropa que no he llevado desde hace dos años o más a los necesitados.
Mejorar mi carrera y encontrar un nuevo empleo con futuro.
Ahorrar dinero. Empezar quizá una pensión de jubilación.
Tener más confianza en mí misma.
Ser más autoritaria.
Hacer mejor uso del tiempo.
No salir todas las noches sino quedarme en casa y leer libros y escuchar música clásica.
Dar una parte de mis ganancias a la beneficencia.
Ser más amable y ayudar más a los demás.
Comer más legumbres.
Levantarme por las mañanas en cuanto me despierte.
Ir al gimnasio tres veces por semana, y no sólo para comprar un bocadillo.
Colocar las fotografías en álbumes de fotos.
Grabar una serie de casetes de "música instrumental" para tener a mano toda mi música favorita/romántica/bailable/sensual/feminista/etc., montadas de tal manera que no suenen al estilo de un disc-jockey empapado de alcohol y rodeado de cintas tiradas por todas partes.
Establecer una relación positiva con un adulto responsable.
Aprender a programar el vídeo.»
[El texto pertenece a la edición en español de RBA, 2004, en traducción de Néstor Busquets. ISBN: 84-473-1524-X.]
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