viernes, 18 de diciembre de 2020

Tao Te Ching.- Lao Tsé (¿c. 570 a.C. - 490 aC.?)


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  «5.- La materia —sea aquella que está en el cielo o la que está en la tierra— es imparcial con todas las criaturas, sean plantas, animales o personas; a pesar de esto, es un sostén para todos.
 De la misma manera, la persona sabia es imparcial con los demás. El espacio sobre la tierra está vacío y libre, así como el espacio dentro de un fuelle o una flauta. Y cuanto más espacio existe para una actividad, más eficiente esta actividad puede ser.
 Quien interfiere en asuntos ajenos y encima habla demasiado se vuelve insoportable para los demás.
 Por lo tanto, es mejor siempre seguir el principio de la no interferencia y mantener la tranquilidad. […]

  9.- No hay que verter agua en un vaso lleno. Y no tiene ningún sentido afilar demasiado la hoja del cuchillo. Y si la sala entera está repleta de oro y jaspe, ¿quién podrá resguardarla?
 El exceso en todo provoca la desgracia.
 Cuando el trabajo ha sido terminado, hay que retirarse.
 Estas son las leyes de la armonía sugeridas por Tao. […]

  23.- ¡Habla menos y sé más sencillo!
 El viento fuerte no sopla toda la mañana; la lluvia intensa no dura todo el día. ¿De quién depende esto? Del cielo y de la tierra.
 El cielo y la tierra, aunque son grandes, no pueden engendrar nada eterno, mucho menos el hombre.  Por eso es mejor servir al Tao Eterno.
 Y el que con sus obras sirve a Tao obtiene el derecho a alcanzar la Unión con Éste.
 Quien se ha refinado hasta el estado de Te (virtud) se vuelve idéntico a Te (virtud).
 Quien se ha refinado hasta el estado de Tao se vuelve idéntico a Tao.
 Quien es idéntico a Te  (virtud) obtiene el éxtasis de Te (virtud).
 Quien es idéntico a Tao obtiene el éxtasis de Tao.
 Pero una persona indigna no tiene tal posibilidad.
 ¡Es irrazonable dudarlo! […]

  27.- Quien conoce el Camino encontrará la dirección correcta aun sin una senda bien marcada por las pisadas. Quien sabe hablar no se equivoca. Quien sabe contar no comete errores en la cuenta. El mejor tesoro no tiene cerradura, pero nadie puede abrirlo. Los mejores lazos son aquellos que no se mantienen con nada material, pero es imposible romperlos.
 La persona sabia es capaz de salvar a los seres humanos y los salva constantemente. Ella sabe ayudar y no los deja sin apoyo en la desgracia. ¡Así actúa la sabiduría profunda!
 Ella también aconseja a las personas de mal y ellas, con su ayuda, pueden encontrar el Soporte.
 Sin embargo, si las personas de mal no valoran su ayuda ni aman al Soporte, la persona sabia las deja, pues no aprecia la comunicación con tales personas.
 ¡Esto es muy importante y profundo!
 
Otra versión-traducción de los mismos fragmentos:
 
 V.-El universo no tiene sentimientos; todas las cosas son para él como perros de paja.
 El sabio no tiene sentimientos; el pueblo es para él como un perro de paja.
 El universo es como un fuelle, vacío, pero nunca agotado.
 Cuanto más se mueve, más produce.
 Quien más habla menos le comprende.
 Es mejor incluirse en él. […]

 IX.- Más vale renunciar antes que sostener en la mano un vaso lleno sin derramarlo.
La espada que usamos y afilamos continuamente no conservará mucho tiempo su hoja. Una sala llena de oro y jade nadie la puede guardar.
Quien se enorgullece de sus riquezas atrae su propia desgracia.
Retirarse de la obra acabada, del renombre conseguido, esa es la ley del cielo.  […]

 XXIII.- Hablar poco es lo natural. Un huracán no dura toda la mañana. Un aguacero no dura todo el día.
¿Quién hace estas cosas? El cielo y la tierra.
Si las cosas del cielo y la tierra no pueden durar eternamente, ¿cómo las cosas del hombre?
Así, quien sigue el Tao se une al Tao. Quien sigue la virtud, se une a la virtud. Quien sigue el defecto, se une al defecto.
Quien se identifica con una de estas cosas, por ella es acogido.
Pero a esto no se da suficiente crédito.  […]

 XXVII.- Un buen caminante no deja huellas. Un buen orador no se equivoca ni ofende. Un buen contable no necesita útiles de cálculo. Un buen cerrajero no usa barrotes ni cerrojos, y nadie puede abrir lo que ha cerrado. Quien ata bien no utiliza cuerdas ni nudos, y nadie puede desatar lo que ha atado.
Así, el sabio que siempre ayuda a los hombres, no los rechaza. El sabio que siempre conserva las cosas, no las abandona. De él se dice que está deslumbrado por la luz.
Por esto, el hombre bueno no se considera maestro de los hombres; y el hombre que no es bueno estima como buenas las cosas de los hombres.
No amar el magisterio ni la materia de los hombres, y aparentar ignorancia, siendo iluminado, éste es el secreto de toda maravilla.

Otra versión-traducción de los mismos fragmentos:
 
 5.-El cielo y la tierra no tienen benevolencia alguna. Para ellos todos los seres son como peleles.
El sabio tampoco es benevolente. Para él todos los seres son como peleles.
El espacio entre cielo y tierra es semejante a un fuelle, está vacío, pero no se hunde; cuanto más se mueve, más sale de él.
Hablar nos deja vacíos.
Más vale conservar lo esencial.  […]

 9.-Si quieres conservar un bien, añadiéndole más y más, malgastas tu energía.
Resultado de imagen de tao ching librodotLa espada que se afila sin cesar no conservará su filo mucho tiempo.
Una sala llena de oro y jade no podrá ser protegida eternamente.
Quien se enorgullece de sus riquezas y méritos atrae sobre sí la desgracia.
Retirarse una vez acabada la obra, he ahí el Tao del Cielo.  […]

 23.-Economizar las palabras es lo natural. Un ciclón no dura una mañana. Ni un aguacero se prolonga todo el día.
¿Quién los origina? El cielo y la tierra.
Si ni siquiera cielo y tierra consiguen algo permanente, ¿cómo podría lograrlo el ser humano?
Si tu conducta busca el Tao, te harás uno con el Tao.
Si tu conducta busca la virtud, experimentarás la virtud.
Si tu conducta busca la renuncia, experimentarás la renuncia.
Si te haces uno con el Tao, el Tao te dará la bienvenida.
Si experimentas la virtud, la virtud te acogerá.
Si abrazas la renuncia, la renuncia no te abandonará.  […]

 27.- El buen caminante no deja huellas.
El buen orador no necesita desmentir.
El que sabe calcular no necesita ábaco.
Quien sabe cerrar no necesita candado ni llaves, y sin embargo, nadie puede abrir lo que él cierra.
Quien sabe atar no precisa cuerdas ni nudos, y sin embargo, nadie puede desatar lo que él ata.
El sabio siempre conoce el modo de salvar a las personas; por eso para él no existen hombres reprobables.
Sabe cuidar todas las cosas; por eso no hay cosas viles para él.
A esto se le llama clarividencia.
¿Qué es un hombre bueno? Es el maestro de un hombre no-bueno.
¿Qué es un hombre no-bueno? Es la materia de un hombre bueno.
Quien no aprecia a su maestro, quien no ama a su materia, aunque cumpla su tarea perderá el tiempo.
Ésa es la clave del misterio.»
 
     [El texto de la 1ª versión pertenece a la edición en español de Vladimir Antonov, 2008, en traducción de Anton Teplyy, pp. 5, 7 y 15-18. El texto de la 2ª versión pertenece a la edición en español de tipsdefengshui.com, pp. 5-7, 14 y 16-17. El texto de la 3ª versión pertenece a la edición en español de librodot.com, pp. 27, 33, 51 y 56.]
 

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