viernes, 22 de enero de 2021

Meditaciones [Selección].- Marco Aurelio (121-180)

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4.-Adversidades, daños, problemas

  «-¿Contra quién te enojas? ¿Contra la ruindad de los hombres? Reflexiona: los seres racionales han nacido el uno para el otro, la tolerancia es parte de la justicia, sus errores son involuntarios. Reconsidera también cuántos considerados enemigos, sospechosos u odiosos, están tendidos, reducidos a ceniza. Modérate de una vez. (Libro IV)
 -A nadie sucede nada que no pueda por su naturaleza soportar. Algunos seres sufren contrariedades y, ya sea por ignorancia de lo ocurrido, ya sea por alardear de magnanimidad, se mantienen firmes y resisten sin daño. Es terrible, en efecto, que la ignorancia y la excesiva complacencia sean más poderosas que la sabiduría. (Libro V)
 -Lo que no es dañino a la ciudad, tampoco daña al ciudadano. Siempre que te consideres víctima de un daño, recuerda este principio: si la ciudad no es dañada, tampoco yo lo soy. Pero si la ciudad es dañada, ¿no debes irritarte con el que daña a la ciudad? ¿Qué justifica tu negligencia? (Libro V)
 -¿Comete otra una falta contra mí? Él verá. Tiene su peculiar disposición, su peculiar modo de actuar. Tengo yo ahora lo que la común naturaleza quiere que tenga ahora, y hago lo que mi naturaleza quiere que ahora haga. (Libro V)
 -El que peca, peca contra sí mismo; el que comete una injusticia, contra sí la comete y a sí mismo se daña. (Libro IX)
 -Muchas veces comete injusticia el que nada hace, no sólo el que hace algo. (Libro IX) 
[…]
      
9.-Universalidad, naturaleza

 -Concibe el mundo como un ser viviente único, que contiene una sola sustancia y un alma única, y advierte cómo todo se refiere a una sola facultad de sentir, la suya, y cómo todo lo hace con un solo impulso, y cómo todo es responsable solidariamente de todo lo que acontece. (Libro IV)
 -Corre siempre por el camino más corto y el más corto es el que discurre de acuerdo con la naturaleza. (Libro IV)
 -Júzgate digno de toda palabra y acción acorde con la naturaleza; y no te desvíe de tu camino la crítica que recibas; por el contrario, si has obrado o hablado bien, no te consideres indigno. Recorre el recto camino de acuerdo con tu propia naturaleza y con la naturaleza común, pues el camino de ambas es único. (Libro V)
 -Armonía no hay más que una, y del mismo modo que el mundo, cuerpo de grandes dimensiones, se complementa con los cuerpos, así también el Destino, causa de grandes dimensiones, se complementa con todas las causas. (Libro V)
 -Mi ciudad y mi patria, en tanto que Antonino, es Roma, pero en tanto que hombre, el mundo. En consecuencia, lo que beneficia a estas ciudades es mi único bien. (Libro VI)
 -El que no sabe lo que es el mundo, no sabe dónde está. Y el que no sabe para qué ha nacido, tampoco sabe quién es él ni qué es el mundo. Y el que ha olvidado una sola cosa de esas, tampoco podría decir para qué ha nacido. (Libro VIII)
Meditaciones  -Una sola alma ha sido distribuida entre los animales irracionales, un alma inteligente ha sido dividida entre los seres racionales, igualmente una es la tierra de todos los seres terrestres y con una sola luz vemos y uno es el aire que respiramos todos cuantos estamos dotados de vista y de vida. (Libro IX)
 -Todo lo que participa de la naturaleza intelectiva tiende con afán hacia su semejante. Porque, cuanto más aventajado es un ser respecto a los demás, tanto más dispuesto se halla a mezclarse y confundirse con su semejante. (Libro IX)
 -En la medida en que tengo cierto parentesco con los seres de mi misma condición, nada contrario a la comunidad ejecutaré, sino que más bien mi objetivo tenderá hacia mis semejantes, y hacia lo que es provechoso a la comunidad encaminaré todos mis esfuerzos, absteniéndome de lo contrario. Y si así se cumplen estas premisas, forzosamente mi vida tendrá un curso feliz, del mismo modo que también tú concebirías próspera la vida de un ciudadano que transcurriese entre actividades útiles a los ciudadanos y que aceptase gustosamente el cometido que la ciudad le asignase. (Libro X)
 -Conviene a cada uno lo que le aporta la naturaleza del universo y conviene precisamente en el momento en que aquélla lo aporta. (Libro X)
 -Todo lo que conviene al conjunto universal es siempre bello y está en sazón. Así pues, el término de la vida para cada uno no es un mal, porque tampoco es un oprobio, pues no está sujeto a nuestra elección y no daña a la comunidad, y sí es un bien porque es oportuno al conjunto universal, ventajoso y adaptado a él. Así, el que se comporta de acuerdo con Dios en todo, es inspirado por un hálito divino y es llevado, gracias a su reflexión, a sus mismos objetivos. (Libro XII)»
 
  [El texto pertenece a la edición en español de Ediciones Iberonet, 1995, en selección de Francisco Javier Aguirre, pp. 29-30 y 55-58. ISBN: 84-88534-62-0.]
 

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