lunes, 11 de junio de 2018

Cancionero.- Cecco Angiolieri (c.1260-1312)


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12.-Por cada onza de carne que llevo encima

«Por cada onza de carne que llevo encima
bien tengo yo cien libras de tristeza,
no sé qué significa la alegría
pues mi mujer la pasta me controla.
 Parece que me rompa hueso a hueso
cuando me dice: -Adminístrate bien
y después te daré guita a montón-,
antes querré me arrojen a la fosa.
 Yo no creo que exista otro infierno
si no es la maldita economía:
y más me jode que el llover de invierno.
 Mas ¿cuál es la vida santa y bendita
según los grandes médicos de Salerno?
Si quieres estar sano, haz lo que te apetezca.

15.-Tengo tan poco de lo que querría

 Tengo tan poco de lo que querría,
que no sé si podría tener menos;
y puedo vanagloriarme tanto de ello
que no encontraré caso parecido;
 si yo marchase al mar, no esperaría
ni gota de agua poder encontrar.
Ahora mismo he caído tan bajo
que, aunque quisiese, no podría hundirme.
 Por esto no tendré yo pesadumbre,
más bien me alegraré de mi tormento,
como hace del mal tiempo el buen salvaje.
 Si bien me basta sólo un argumento:
oí una vez decir a un hombre sabio
que un día llega que vale más que cien.

18.-Si fuese fuego, quemaría el mundo

 Si fuese fuego, quemaría el mundo;
si fuese viento, lo arrasaría;
si fuese agua, lo inundaría;
si fuese Dios, lo enterraría;
 si fuese Papa, sería yo cachondo,
porque a todos los cristianos metería en líos;
si fuese emperador, ¿sabes qué haría?
Les cortaría a todos la cabeza de cuajo.
 Si fuese muerte, iría a por mi padre;
si fuese vida, huiría de él:
lo mismo haría con mi madre.
 Si fuese Cecco, como soy y fui,
me llevaría las mujeres jóvenes y bellas:
y las viejas y feas dejaría a los demás.

19.-Tres cosas solamente me son gratas

 Tres cosas solamente me son gratas,
de las cuales no puedo bien saciarme,
a saber: la mujer, la taberna y el dado,
ellas me hacen sentir el corazón contento.
 Mas raras veces puedo permitírmelas,
pues mi bolsillo me pone en evidencia,
y cuando caigo en ello, me maldigo,
pues pierdo sin dinero mi deseo.
 Y digo: -¡Herido sea yo con una lanza!-
a mi padre, que tan escuálido me tiene
que, sin llamarme, de Francia a él volvería.
 Sacarle una moneda sería más difícil,
la mañana de pascua cuando se da la propina,
que atrapar a la grulla un buharro.

25.-Dante Alighieri, si soy tan charlatán

 Dante Alighieri, si soy tan charlatán,
tú bien me vas pisando los talones;
si yo como con otros, cenas tú;
si muerdo sebo, tú chupas tocino,
 si yo maldigo, más criticas tú:
si yo exagero, tú poco te frenas;
si yo soy noble, tú señor resultas;
si yo me he hecho romano, tú lombardo.
 Así que gloria a Dios, reprochar poco
puede uno a otro de nosotros dos:
pena y poco sentido así nos hacen.
 Y si de esto dijeras tú más cosas,
Dante Alighieri, yo te cansaré;
porque yo soy el aguijón y tú el buey.»

 [Los poemas pertenecen a la edición en español de Olifante Ediciones de Poesía, en traducción de Ángel Guinda. ISBN:  84-85815-25-4.]

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