lunes, 28 de enero de 2019

Del teatro griego al teatro de hoy.- Francisco Rodríguez Adrados (1922)


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I.-El teatro griego y sus orígenes
Características generales de la tragedia y comedia griega

«Naturalmente, el teatro moderno [...]. Tiene algunas veces una buena medida de imitación del griego, corales, o danza, o lo que sea, y ello es absolutamente evidente. De otra parte, el teatro moderno puede tratar temas colectivos, evidentemente, por ejemplo, el destino de una sociedad o los grandes temas humanos; pero con mucha más frecuencia todo está enfocado al hombre individual. En el teatro antiguo lo individual es, en cambio, secundario, los temas colectivos son primarios. Primero, los grandes temas colectivos del enfrentamiento de la guerra, del amor, de la muerte, luego aplicados ya a circunstancias políticas. Cuando se desarrolla el drama del hombre individual, ese desarrollo es algo fundamentalmente secundario. Pues el teatro griego es un teatro de la ciudad, organizado por el Estado para aleccionar a la ciudad sobre momentos decisivos de la vida humana, pero no de la vida individual, sino de la vida de todo un pueblo. Es una lección. Por otra parte, el teatro moderno, naturalmente, no está ligado ni a un lugar ni a un tiempo; se puede representar en cualquier momento, mientras que en Grecia el teatro estaba atado a unas fechas muy concretas y a un lugar muy concreto en Atenas.
 Era parte de la fiesta y hoy día el concepto de la fiesta se ha ampliado, hoy día todo el año es fiesta, todo el año es carnaval, que decía Larra: la fiesta nos envuelve, el teatro, el cine, la novela, la televisión. La fiesta era en Grecia una cosa muy concreta para circunstancias y lugares muy concretos, y el teatro era parte de la fiesta. ¿Era religioso o no era religioso? Bien, esta dicotomía no existía, la fiesta es religiosa y profana al mismo tiempo, y el teatro era religioso y profano al mismo tiempo. Los grandes problemas de la ideología religiosa y del destino humano allí se trataban, pero esto era una diversión en el sentido etimológico, un apartarse de las cosas de todos los días, el momento en que los grandes héroes del pasado, los animales fantásticos, los dioses se aparecían en el acto de la mímesis delante de todo el pueblo. La representación teatral era el momento en que todos esos graves problemas que en la vida diaria tratamos de rehuir se planteaban en la escena  y era el momento en que las normas de conducta de la vida diaria se relajaban: por ejemplo, un hombre no puede llorar, no debe llorar, no es de buena educación, diríamos, que un hombre llore en la sociedad ateniense. Una mujer es diferente. Pues bien: en el teatro el héroe llora y ríe, y los temas tabúes sobre la muerte y sobre los grandes problemas, sobre el sexo, todos esos temas están allí como parte de la fiesta, entre la relajación de las costumbres habituales. Esto no lo comprendemos porque, repito, la fiesta lo ha invadido todo, pero era muy característico, absolutamente característico.
 Así el teatro era una parte de la fiesta y traía delante del público del siglo V el mundo antiguo de los héroes, de los dioses, de los orígenes del mundo, y representaba sus leyendas. Pero esas leyendas tenían un interés actual porque, en definitiva, eran los grandes temas colectivos y humanos los que allí eran representados para enseñanza del pueblo, pero todo con una serie de sistematizaciones muy fuertes, de tipificaciones entre géneros con ayuda de elementos formales y de contenido tradicionales que el poeta tenía que utilizar para dar vida ante el público a las viejas leyendas, en el caso de la tragedia. En el caso de la comedia, se dirá, son argumentos nuevos. Sí y no, son argumentos nuevos en cierto sentido, pero sobre esquemas absolutamente tradicionales y siempre los mismos. Ése es el teatro antiguo.
 Evidentemente, hay una razón de todas esas construcciones de que yo hablaba, y que luego dentro del mismo teatro griego a lo largo de todo el tiempo han ido relajándose; esa relajación ha continuado, luego, en la descendencia del teatro griego a partir de la época del Humanismo hasta el momento de hoy. Todo esto tiene que ver con un hecho muy claro y fundamental que es que, como todo el mundo sabe, el teatro griego procede del rito, ya es espectáculo porque hay unos que actúan y otros que contemplan; y los que actúan están allí para aquéllos que lo contemplan, el rito es participación y es algo que siempre es igual. Ahora, en cambio, hay un autor individual que crea un argumento que es nuevo cada vez, aunque sea sobre una serie de constantes, hay ya un espectáculo, evidentemente. Aunque guarda grandísimos restos de haber procedido del rito, de ritos en los cuales, en la fiesta de primavera, coros que danzan y que cantan son interpretados como representando antiguas leyendas.
[...] El enfrentamiento es el núcleo del teatro; el teatro está basado en un enfrentamiento que se resuelve de una manera o de otra, enfrentamiento que en un principio es entre un coro y un personaje, o entre dos coros, y esto no es más que confirmación y continuación de los agones, de los enfrentamientos rituales que tenían lugar. ¿Con qué significado? Con múltiples significados, con múltiples temas; la búsqueda de un dios, el enfrentamiento de dos bandos con la derrota del uno o del otro, la llegada del dios que se impone y que trae la vida, la fecundidad, el amor, la derrota, acompañada de la muerte. Los matices, los temas son muy diferentes. Por lo demás, los rituales son bastante fijos, pero las interpretaciones míticas son bastante variables, bastante fluctuantes. En el rito ha encontrado el teatro sus elementos, pero, naturalmente, el rito era una cosa mínima al lado de lo que es una pieza de teatro, que engloba una serie de momentos varios complejos.»
 
     [El texto pertenece a la edición en español de Alianza Editorial, 1999. ISBN: 84-206-3675-4.]

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