miércoles, 6 de mayo de 2020

Itinerario poético.- Gabriel Celaya (1911-1991)

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Hablando en castellano

  «Hablando en castellano, / mordiendo erre con erre por lo sano,
la materia verbal, con rabia y rayo, / lo pone todo en claro.
Y al nombrar doy a luz de ira mis actos.
Hablando en castellano, / con la zeta y la jota en seco zanjo
sonidos resbalados por lo blando, / zahondo el espesor de un viejo fango,
cojo y fijo su flujo. Basta un tajo.
Hablando en castellano, / el "poblo, puoblo, puablo", que andaba desvariando,
se dice por fin pueblo, liso y llano, / con su nombre y conciencia bien clavados
para siempre, y sin más puestos en alto.
Hablando en castellano, / choco, che, te, ¡zas!, ¿ca? Canto claro
los silbidos y susurros de un murmullo que a lo largo / del lirismo galaico siempre andaba vagando
sin unidad hecha estado.
Hablando en castellano, / tan sólo con hablar, construyo y salvo,
mascando con cal seca y fuego blanco, / dando diente de muerte en lo inmediato,
el estricto sentido de lo amargo.
Hablando en castellano, / las sílabas cuadradas de perfil recortado,
los sonidos exactos, los acentos airados / de nuestras consonantes, como en armas, en alto,
atacan sin perdones, con un orgullo sano.
Hablando en castellano, / las vocales redondas como el agua son pasmos
de estilo y sencillez. Son lo rústico y sabio. / Son los cinco peldaños justos y necesarios
y de puro elementales, parecen cinco milagros.
Hablando en castellano, / mal o bien, pues que soy vasco, lo barajo y desentraño,
recuerdo cómo Unamuno descubrió su abecedario / y extrajo del hueso estricto su meollo necesario,
ricamente substanciado.
Hablando en castellano, / ya sé qué es poesía. Leyendo el Diccionario
reconozco cómo todo quedó bien dicho y nombrado. / Las palabras más simples son sabrosas, son algo
sabiamente sentido y calculado.
Hablando en castellano, / decir tinaja, ceniza, carro, pozo, junco, llanto,
es decir algo tremendo, ya sin adornos, logrado, / es decir algo sencillo y es mascar como un regalo
frutos de un largo trabajo.
Hablando en castellano, / no hay poeta que no sienta que pronuncia de prestado.
Digo mortaja o querencia, digo al azar pena o jarro. / Y parece que tan sólo con decirlo, regustando
sus sonidos, los sustancio.
Hablando en castellano, / en ese castellano vulgar y aquilatado
que hablamos cada día, sin pensar cuánto y cuánto / de lírico sentido, popular y encarnado
presupone, entrañamos.
Hablando en castellano, / recojo con la zarpa de mi vulgar desgarro
las cosas como son y son sonando. / Mallarmé estaba inventado
el día que nuestro pueblo llamó raso a lo que es raso.
Hablando en castellano, / los nombres donde duele, bien clavados,
más encarnan que aluden en abstracto. / Hay algo en las palabras, no mentante, captado,
que quisiera, por poeta, rezar en buen castellano.

La poesía es un arma cargada de futuro

 Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, / mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando, / como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente / los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades: / las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas / que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo, / piden ley para aquello que sienten excesivo.
ITINERARIO POETICO Coleccion letras hispanicas: Amazon.es: Celaya ...Con la velocidad del instinto, / con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte / en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria / como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto, / para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan / decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser si pecado un adorno. / Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo / cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. / Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren / y canto respirando.
Canto y canto y cantando más allá de mis penas / personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, / y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero / que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta / a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo / con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada. / No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos / y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo / como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que tiene nombre. / Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.»
 

   [El texto pertenece a la edición en español de Ediciones Cátedra, 1977. ISBN: 84-376-0032-4.]

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