martes, 14 de agosto de 2018

Poesías.- Marcabrú (s. XII)


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Os diré en mi latín

«I.-Os diré en mi latín lo que veo y lo que vi. No creo que el mundo dure mucho, según dice la Escritura, pues ahora el hijo traiciona al padre, y el padre al hijo también.
 II.-Desviada de su camino, la Juventud se encamina a su decadencia y la Liberalidad, que era su hermana, va huyendo con cautela, pues doña Constancia, la engañadora, nunca disfrutó de Júbilo ni de Juventud.
 III.-A menudo el rico nutre de pan y de vino a un mal vecino; y si lo tuviera de mal linaje, puede estar seguro de mala mañana, si no miente  labriego que inventó el proverbio.
 IV.-El molinero juzga en el molino: "Quien bien ata, bien desata"; y el labrador dice tras el arado: "Buen fruto sale de buen jardín; y mal hijo, de mala madre, y rocín de mal caballo."
 V.-Ahora nacen dos pollinos, hermosos, juguetones y de rubias crines; de blancos se convierten en rucios y adquieren aspecto asnal. Júbilo y Juventud se hacen traidores: de ahí sale Maldad.
 VI.-Casados de mente cabruna: de tal modo disponéis la almohada que las vaginas se vuelven ladronas; pues hay quien dice: "Mi hijo me hace zalamerías", y no tuvo arte ni parte [al engendrarlo]. Seguís un criterio muy bobo.
 VII.-De nada sirve que los amoneste, pues siempre vuelven a las andadas; y luego yo, Marcabrú, no veo que ni uno solo abandone aquella conducta. Los casados se afeitan a contrapelo en el juego vaginal.

 Pax in nomine Domini!

 I.-Pax in nomine Domini! Marcabrú hizo el verso y la tonada. Oíd lo que dice: el Señor celestial, por su dulzura, nos ha hecho, cerquita de nosotros, un baño como nunca hubo otro parecido, salvo en ultramar, allí, cerca de Josafat; y yo os exhorto a este de acá.
 II.-Deberíamos lavarnos, como es de razón, por la noche y por la mañana: os lo aseguro. Todos tienen oportunidad de lavarse y, mientras estén sanos y salvos, deberían ir al baño, que es verdadera medicina para nosotros; pues, si antes llegamos a la muerte, en vez de tener nuestra morada arriba [en el cielo], la tendremos abajo [en el infierno].
 III.-Pero mezquindad y falta-de-fe separan a juventud de su compañero. ¡Ay! ¡Qué doloroso es que la mayoría vuelen hacia allí donde la ganancia es infernal! Si no corremos hacia el baño antes de que se nos cierren la boca y los ojos, nadie se escapará, por henchido que esté de orgullo, de hallar al morir al adversario.
 IV.-El Señor, que conoce todo cuanto existe, que sabe todo cuanto será y cuanto fue, nos ha prometido honor y nombre de emperador. ¿Y sabéis cuál será la belleza de aquellos que vayan al baño? Mayor que la de la estrella matutina, con tal que venguemos a Dios de la ofensa que le hacen aquí y allí, hacia Damasco.
 V.-Aquí hay muchos allegados al linaje de Caín, el primer hombre traidor, ninguno de los cuales rinde honor a Dios. Veremos quién le será amigo cordial, pues por la virtud del baño, Jesús estará entre nosotros; y rechacemos a los villanos que creen en agüeros y en la suerte.
 VI.-Los lujuriosos cuernos-de-vino, come-corriendo, sopla-tizones, agachados-en-el-camino, se quedarán en la inmundicia; Dios quiere poner a prueba en su baño a los valientes y humildes; y aquellos se quedarán guardando sus casas y encontrarán un fuerte adversario; por lo cual, y para su vergüenza, los aparto.
 VII.-Aquí, en España, el Marqués y los del templo de Salomón sufren el peso y la carga del orgullo de los paganos, por lo cual juventud es vituperada y la infamia, a causa de este baño, cae sobre los más poderosos caudillos, quebrantados, decaídos, hastiados de valentía, que no aman la alegría ni el regocijo.
VIII.-Degenerados son los franceses si se niegan a la causa de Dios, a la que yo os he incitado. Antioquía, y aquí la Guyena y el Peitieu lloran a mérito y a valor. Señor Dios: da reposo al alma del conde en tu baño; y que el Señor que resucitó del sepulcro guarde aquí a Peitieu y a Niort.

Escuchad, cómo el canto progresa y mejora

 I.-Escuchad, cómo el canto progresa y mejora, y cómo Marcabrú, según su recto entendimiento, sabe enlazar y hacer el asunto y el verso de tal modo que nadie le puede quitar ni una palabra.
 II.-Suspiro porque es mucha la gente que hace augurios sobre la maldad, que siempre crece y empeora: lo que me mueve a ser combativo es que a ella agrada oírme gritar y vociferar.
 III.-No hay consuelo en juventud sino mucha sordidez, ni contra la muerte recurso ni amparo, desde que estos barones han empezado a quitar y a introducir la liberalidad por el agujero de un taladro.
 IV.-Los más viles tienen la suerte de recibir dádivas y los mejores bobaliquean ante lo simulado: el recordarlo hace entristecer y suspirar ya que los poderosos llevan a cabo sus empresas al revés.
 V.-Gallardía se resquebraja y vileza se amuralla y no quiere acoger en su recinto a alegría; no veo que justicia ni razón se mantengan mucho tiempo desde el momento que el dinero hace de un sinvergüenza un emperador.
 VI.-Quien por dinero pierde vergüenza y mesura y menosprecia honor y valor demuestra ser en el aspecto cofrade del erizo, del perro y del ladrón.
 VII.-Conde de Peitieu, vuestro mérito se consolida, y el de don Alfonso de acá, si nos dura mucho, pues mantiene suyos a Aviñón, Provenza y Belcaire mejor que su padre mantuvo al Tolosanés.
 VIII.-Si este Alfonso adopta actitud dura y da la impresión de fallarme, sé, allá hacia León, de otro buen linaje, libre en su juicio, cortés y generosamente liberal.
 IX.-Guárdelos la Santa Escritura de maldad para que ésta no los [...]; el que es y fue rex regum y salvador me ilumine la esperanza que tengo en el rey don Alfonso.»

[Los fragmentos corresponden a la edición de Editorial Ariel, 1983, en traducción de Martín de Riquer. ISBN: 84-344-8363-7.]

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