Capítulo 13: El tao del cielo
"4.-La Virtud del Soberano tiene por origen al Cielo y a la Tierra, al Tao y al Te por principal señor y a la inoperancia por regla habitual. La inoperancia basta y sobra para el buen gobierno del mundo. Por eso los antiguos estimaban tanto la inacción. Si los de arriba guardaran inacción y los de abajo también la guardaran, la misma virtud estaría en vigor abajo y arriba, estando en vigor la misma virtud abajo y arriba, no habría súbditos. Pero si hubiera acción abajo y acción también arriba, actuaría la misma ley (el mismo Tao) arriba y abajo; actuando la misma ley arriba y abajo, no habría Soberano. Arriba tiene que haber, necesariamente, inacción en el gobernar el mundo, abajo tiene que haber, necesariamente, acción para proveer a los quehaceres del mundo. Esta es ley (Tao) inmutable. Por eso los antiguos que gobernaron el mundo, aunque su ciencia abarcaba Cielos y Tierra, no pensaban ni planeaban nada por sí mismos; por más que su elocuencia podía esculpir los diez mil seres, nada hablaban por sí mismos; aunque su poder podía extenderse a todo el continente rodeado por los mares, nada obraban por sí mismos. El Cielo no engendra y todos los seres se producen; la Tierra no hace crecer y todos los seres se crían. El soberano no actúa y las obras se realizan en el mundo. Así está el dicho: nada más espiritual que el Cielo; nada más fértil y rico que la Tierra; naba más grande que el Soberano. Así se dice: la Virtud del Soberano secunda la acción del Cielo y de la Tierra. Este es el Tao (ley) para remontarse sobre el Cielo y la Tierra, discurrir a través de los diez mil seres y manejar las muchedumbres de los hombres. [...]
7.-Antiguamente Shun preguntó a Yao: Su Majestad, Rey celeste, ¿en qué pone sus cuidados? Yao le contestó: Yo tengo cuidado de no tratar con desprecio y altanería a los desvalidos. No desamparo a los menesterosos. Me conduelo con los que mueren. Acaricio a los niños, compadezco a las mujeres. En esto es en lo que yo pongo mis cuidados. Shun le contestó: Bien, muy bien está todo eso pero no es cosa mayor. Pregúntale Yao: Entonces, ¿qué es lo que se debe hacer? Shun le constesta: la virtud del Cielo interviene sin dejar su quietud. El sol y la luna irradian y las cuatro estaciones proceden con la misma regularidad que el día y la noche. Pasan las nubes y prodigan su agua. Yao dijo: Yo, en cambio, me cargo de cuidados y me turbo. Su Merced está unido con el cielo, yo estoy unido con los hombres.
Lo grande y excelente para los antiguos eran el Cielo y la Tierra. Huang Ti, Yao, Shun, todos ellos fueron eminentes por esto. ¿En qué consistió el gobierno de estos antiguos reyes? Nada más en el Cielo y en la Tierra. [...]
11.-Lo que en el mundo se aprecia del Tao son los libros. Los libros no valen más que las palabras que contienen. Las palabras son en ellos lo estimable. Lo estimable en las palabras mismas es el concepto. El concepto va en pos de algo [el objeto]. Y aquello, tras lo cual va el concepto, no se puede comunicar con las palabras. Con todo, en el mundo se divulgan los libros por el aprecio que se tiene de las palabras. Aunque el mundo así las aprecia, yo no las juzgo dignas de ese aprecio. Lo que ellos aprecian no es lo que en realidad es digno de aprecio. Lo que puede ser visto son figuras y colores. Lo que puede ser oído son nombres y voces. ¡Triste cosa! Los hombres del mundo creen que las figuras, los colores, los nombres y las voces pueden bastar para captar sus verdaderas realidades. Pero las figuras, los colores, los nombres y las voces en realidad no bastan para aprender su verdad. Así, el que le conoce no habla y el que habla no le conoce. ¿Cómo ,pues, puede conocerle el mundo?
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Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar, ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu".
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