Acto IV
Escena VII
"Isabel: ¡Tú me has perdido!
La desventura sigue tus pisadas.
¿Dónde mi esposo está? ¡Dímelo, pronto,
para que fiel a socorrerle vaya,
y a fuerza de rogar venza sus iras!
Marsilla: ¡Justo Dios! ¡Y decía que me amaba!
Isabel: ¿Con su pasión funesta reconvienes
a la mujer del vengativo Azagra?
¡Te aborrezco! (Vase.)
Escena VIII
Marsilla: ¡Gran Dios! Ella lo dice.
Con furor me lo dijo: no me engaña.
Ya no hay amor allí. Mortal veneno
su boca me arrojó, que al fondo pasa
de mi seno infeliz, y una por una,
rompe, rompe, me rompe las entrañas!
Yo con ella, por ella, para ella
viví... Sin ella, sin su amor, me falta
aire que respirar... ¡Era amor suyo
el aire que mi pecho respiraba!
Me le negó, me le quitó: me ahogo,
no sé vivir.
Voces: (Dentro.) Entrad, cercad la casa.
Escena IX
Isabel: (trémula y precipitada.) Huye, que viene gente, huye.
Marsilla: (todo trastornado.) No puedo.
Voces: (dentro.) ¡Muera, muera!
Marsilla: Eso sí.
Isabel: Ven.
Marsilla: ¡Dios me valga! (Isabel le ase la mano y se entra con él por la puerta del fondo.)
[...]
Escena XI
Isabel: ¡Madre del alma!
Adel: Vedle allí...
Margarita: ¡Santo Dios!
Pedro: Inmóvil...
Isabel: ¡Muerto!
Adel: Cumplió Zulima su feroz venganza.
Isabel: No le mató la vengativa mora.
Donde estuviera yo, ¿quién le tocara?
Mi desgraciado amor es quien le mata.
Delirante le dije: Te aborrezco:
él creyó la sacrílega palabra,
y expiró de dolor.
Margarita: Por todo el cielo...
Isabel: El cielo que en la vida nos aparta
nos unirá en la tumba.
Pedro: ¡Hija!
Isabel: Marsilla
un lugar a su lado me señala.
Margarita: ¡Isabel!
Pedro: ¡Isabel!
Isabel: Mi bien, perdona
mi despecho fatal. Yo te adoraba.
Tuya fui, tuya soy: en pos del tuyo
mi enamorado espíritu se lanza. (Dirígese adonde está el cadáver de Marsilla; pero antes de llegar, cae sin aliento con los brazos tendidos hacia su amante.)"
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