domingo, 28 de agosto de 2016

"Curso de lingüística general".- Ferdinand de Saussure (1857-1913)


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Capítulo VI: Representación de la lengua por la escritura
 2.-Prestigio de la escritura. Causas de su ascendiente sobre la forma hablada

 "Lengua y escritura son dos sistemas distintos; la única razón de ser del segundo es representar al primero; el objeto lingüístico no es definido por la combinación de la palabra escrita y de la palabra hablada; esta última constituye por sí sola ese objeto. Pero la palabra escrita se mezcla tan íntimamente a la palabra hablada de que es imagen, que termina por usurpar el papel principal; y se llega a dar a la representación del signo vocal tanta y más importancia que al signo mismo. Es como si se creyese que para conocer a alguien vale más mirar su fotografía que su rostro.
 Esta ilusión ha existido en todas las épocas y de ella están teñidas las opiniones corrientes que se propalan sobre la lengua. Así, comúnmente se cree que un idioma se altera con mayor rapidez cuando no existe la escritura. nada más falso. En ciertas condiciones la escritura muy bien puede retardar los cambios de la lengua, pero, a la inversa, su conversación no está comprometida en modo alguno por la ausencia de escritura. El lituano, que todavía hoy se habla en la Prusia oriental y en una parte de Rusia, no es conocido por documentos escritos sino a partir de 1540; pero en esta época tardía, en su conjunto ofrece una imagen tan fiel del indoeuropeo como el latín del siglo IIIº antes de Cristo. Esto basta para mostrar cuán independiente es la lengua de la escritura.
 Ciertos hechos lingüísticos muy tenues se han conservado sin ayuda de ninguna notación. En todo el período del antiguo alto alemán se escribió: toten, fuolen y stozen, mientras que a finales del siglo XII aparecen las grafías töten, füelen, frente a stozen que subsiste. ¿De dónde proviene esta diferencia? En todas las partes en que se ha producido, había una y en la sílaba siguiente: el protogermánico presentaba *daupyan, *folyan, pero *stautan. En el umbral del período literario, hacia el 800, esa y se debilitó a tal punto que la escritura no conserva ningún recuerdo de ella durante tres siglos; sin embargo, había dejado un leve rastro en la pronunciación; ¡y he aquí que, hacia 1180, como antes hemos visto, reaparece milagrosamente bajo la forma de "umlaut"! De ese modo ese matiz de pronunciación se había transmitido exactamente sin ayuda de la escritura.
 La lengua tiene, por tanto, una tradición oral independiente de la escritura y fijada de modo muy distinto; pero el prestigio de la forma escrita nos impide verlo. Los primeros lingüistas se equivocaron al respecto, como antes que ellos los humanistas. El mismo Bopp no hace distinción neta entre la letra y el sonido; leyéndole, se creería que una lengua es inseparable de su alfabeto. [...] Todavía hoy, hombres esclarecidos confunden la lengua con su ortografía; ¿no decía Gaston Deschamps de Berthelot "que había salvado al francés de la ruina" porque se había opuesto a la reforma ortográfica?
 Mas, ¿cómo se explica este prestigio de la escritura?
 1º.-En primer lugar, la imagen gráfica de las palabras nos impresiona como un objeto permanente y sólido, más idóneo que el sonido para constituir la unidad de la lengua a través del tiempo. Aunque este vínculo sea superficial y cree una unidad puramente ficticia, es mucho más fácil de captar que el vínculo natural, el único verdadero, el del sonido.
 2º.-En la mayoría de los individuos las impresiones visuales son más netas y duraderas que las impresiones acústicas; por eso se atienen preferentemente a las primeras. La imagen gráfica termina por imponerse a expensas del sonido.
 3º.-La lengua literaria incrementa además la importancia inmerecida de la escritura. Tiene sus diccionarios, sus gramáticas; es según el libro y por medio del libro como se enseña en la escuela; la lengua aparece regulada por un código; pero ese código mismo es una regla escrita, sometida a un uso riguroso: la ortografía, y eso es lo que confiere a la escritura una importancia primordial. Se termina por olvidar que se aprende a hablar antes de aprender a escribir, y la relación natural resulta invertida.
 4º.-Por último, cuando hay desacuerdo entre la lengua y la ortografía, el debate es siempre difícil de zanjar para quien no sea lingüista; pero como éste no tiene voz en la disputa, la forma escrita tiene casi fatalmente las de ganar, porque toda solución que se atenga a ella es más cómoda; por este motivo la escritura se arroga una importancia a la que no tiene derecho".   

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