martes, 23 de agosto de 2016

"Una habitación con vistas".- Edward Morgan Forster (1879-1970)

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 XV.- El desastre interior

 "-Sin duda, la novela es mala -añadió-. Nunca me ha gustado la señorita Lavish; pero supongo que hay que leerla puesto que la conocemos.
 -Todos los libros actuales son malos -dijo Cecil; molesto por la poca atención que le prestaban, pasaba su fastidio a la literatura-. Todos escriben por dinero hoy en día.
 -¡Cecil...!
[...]
 -¿Le gusta esta panorámica que tenemos, señor Emerson?
 -No sé distinguir entre panorámicas.
 -¿Qué quiere decir?
 -Que todas son parecidas. Que lo que importa en ellas es la perspectiva y el aire.
 -¡Hum! -murmuró Cecil, inseguro entre si la observación era acertada o no.
 -Mi padre... -miró arriba hacia ella (y ella estaba algo sofocada)- dice que hay una única y perfecta panorámica: la del cielo extendido sobre nuestras cabezas, y el resto de las panorámicas posibles en la tierra no son más que burdas copias de ésta.
 -Deduzco que su padre ha leído a Dante -dijo Cecil mientras manoseaba la novela, como única salida por la que podía llevar la voz cantante de la conversación.
 -Nos dijo en otra ocasión que las panorámicas son rebaños, rebaños de árboles, de casas, de colinas, que están muy cerca para parecerse los unos a los otros, como los rebaños humanos. De ahí que el poder que tienen sobre nosotros es algo sobrenatural, por la misma razón.
 Los labios de Lucy se abrieron.
 -Pero un rebaño es más que la gente que lo forma. Algo se le añade, nadie sabe cómo, de la misma manera que si algo se añadiera a estas colinas.
 Señaló con su raqueta las colinas del sur.
 -¡Qué buena idea se me ocurre! - murmuró Lucy-. Me gustaría oír hablar a su padre nuevamente. Siento que no se encuentre muy bien.
 -No, no se encuentra bien.
 -Hay una absurda descripción de una panorámica en este libro -dijo Cecil.
 -También estos hombres caen dentro de dos categorías: los que no tienen en cuenta las panorámicas y los que las recuerdan, incluso en habitaciones pequeñas.
 -Señor Emerson, ¿tiene hermanos o hermanas?
 [...]
 -Cecil, léenos esa parte acerca de la panorámica.
 -No mientras el señor Emerson esté aquí para entretenernos.
 -No, lee. Creo que no hay nada más divertido que oír tonterías leídas en voz alta. Si el señor Emerson nos considera frívolos, puede irse.
 [...]
 Lucy oyó su propia voz diciendo:
 -No vale la pena leerlo... Es demasiado estúpido leerlo. Nunca había visto semejante porquería, no deberían permitir que se imprimiera.
 Cecil le arrebató el libro de las manos.
 -"Leonora -leyó- se sentó pensativa y sola. Detrás se extendía la campiña toscana salpicada a lo lejos por sonrientes aldeas. Era primavera."

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