"Por amor a la verdad y en el afán de sacarla a la luz, se discutirán en Wittenberg las siguientes proposiciones bajo la presidencia del R. P. Martín Lutero, Maestro en Artes y en Sagrada Escritura y Profesor Ordinario de esta última disciplina en esa localidad. Por tal razón, ruega que los que no puedan estar presentes y debatir oralmente con nosotros lo hagan, aunque ausentes, por escrito. En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
1.-Cuando nuestro Señor y Maestro Jesucristo dijo: "Haced penitencia...", ha querido que toda la vida de los creyentes fuera penitencia. [...]
7.-De ningún modo Dios remite la culpa a nadie sin que, al mismo tiempo, lo humille y lo someta en todas las cosas al sacerdote, su vicario. [...]
16.-Al parecer, el infierno, el purgatorio y el cielo difieren entre sí como la desesperación, la cuasi desesperación y la seguridad de la salvación. [...]
19.-Y tampoco parece probado que las almas en el purgatorio, al menos en su totalidad, tengan plena certeza de su bienaventuranza ni aún en el caso de que nosotros podamos estar completamente seguros de ello. [...]
29.-¿Quién sabe, acaso, si todas las almas del purgatorio desean ser redimidas? Hay que recordar lo que, según la leyenda, aconteció con San Severino y San Pascual.
30.-Nadie está seguro de la sinceridad de su propia contrición y mucho menos de que haya obtenido la remisión plenaria. [...]
32.-Serán eternamente condenados, junto con sus maestros, aquéllos que crean estar seguros de su salvación mediante una carta de indulgencias.
33.-Hemos de cuidarnos mucho de aquéllos que afirman que las indulgencias del Papa son el inestimable don divino por el cual el hombre es reconciliado con Dios. [...]
36.-Cualquier cristiano verdaderamente arrepentido tiene derecho a la remisión plenaria de pena y culpa, aun sin carta de indulgencias. [...]
39.-Es dificilísimo, hasta para los teólogos más brillantes, ensalzar al mismo tiempo ante el pueblo la prodigalidad de las indulgencias y la verdad de la contrición.
40.-La verdadera contrición busca y ama las penas pero la profusión de las indulgencias relaja y hace que las penas sean odiadas; por lo menos, da ocasión para ello.
41.-Las indulgencia apostólicas deben predicarse con cautela para que el pueblo no crea equivocadamente que deban ser preferidas a las demás buenas obras de caridad.
42.-Debe enseñarse a los cristianos que no es la intención del Papa, en manera alguna, que la compra de indulgencias se compare con las obras de misericordia.
43.-Hay que instruir a los cristianos que aquél que socorre al pobre o ayuda al indigente, realiza una obra mayor que si comprase indulgencias.
44.-Porque la caridad crece por la obra de caridad y el hombre llega a ser mejor; en cambio, no lo es por las indulgencias, sino, a lo más, liberado de la pena. [...]
54.-Oféndese a la palabra de Dios cuando en un mismo sermón se dedica tanto o más tiempo a las indulgencias que a ella. [...]
59.-San Lorenzo dijo que los tesoros de la Iglesia eran los pobres, mas hablaba usando el término en el sentido de su época. [...]
62.-El verdadero tesoro de la Iglesia es el sacrosanto evangelio de la gloria y de la gracia de Dios.
63.-Empero este tesoro es, con razón, muy odiado puesto que hace que los primeros sean postreros.
64.-En cambio, el tesoro de las indulgencias, con razón, es sumamente grato, porque hace que los postreros sean primeros.
65.-Por ello, los tesoros del Evangelio son redes con las cuales en otros tiempos se pescaban a hombres poseedores de bienes.
66.-Los tesoros de las indulgencias son redes con las cuales ahora se pescan las riquezas de los hombres. [...]
71.-Quien habla contra la verdad de las indulgencias apostólicas sea anatema y maldito".
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