lunes, 21 de septiembre de 2015

"Pasado, presente y futuro".- Isaac Asimov (1920-1992)

Resultado de imagen de isaac asimov 
 LIV.- El trabajo cambia de significado
"Hasta el momento sólo ha habido en la Historia dos formas fundamentales de educar a los jóvenes: la educación individual y la colectiva.

 La educación individual ha estado siempre limitada a una pequeña minoría que puede permitirse un preceptor familiar, y, aunque todo el mundo pudiera permitirse uno, no habría suficientes preceptores cualificados sobre la base de uno por cada alumno. Por consiguiente, cuando resultó que una sociedad industrial necesitaba que se generalizase la instrucción (cosa que no necesita una sociedad estrictamente agrícola), se produjo un movimiento hacia la educación colectiva.

 Hay suficientes maestros (de nombre, al menos) si se le encomiendan a cada uno entre treinta y cincuenta alumnos, pero existe el inconveniente de que los alumnos deben entonces aprender conforme a un plan de estudios fijo (que no tiene apenas en cuenta las diferencias individuales). Como resultado, todos los alumnos aprenden más o menos a leer y escribir, pero casi todos se sienten aburridos, o aturdidos, o alienados, según que el maestro se interne con demasiadas lentitudes, rapidez u "oblicuidad" en la exposición de temas carentes de interés.

 El advenimiento del ordenador significa un retorno a una enseñanza individual sobre una nueva base. Si todo hogar dispone de una terminal de ordenador y si, a través de ella, los jóvenes (y también los mayores) pueden conectar con una biblioteca plenamente informatizada, será posible explorar cualquier campo de interés por el que uno sienta curiosidad. Las escuelas no desaparecerán. Servirán para presentar temas a sus alumnos y se ocuparán principalmente de los campos de estudio que requieren interacción humana, pero cada alumno, habiéndose interesado por algo (y todos, cada uno de nosotros, nos interesamos por algo), puede proseguirlo en su casa, de forma individual y en un tiempo y a un ritmo individuales.

 Esto hará divertido el aprendizaje, y una mente adecuadamente estimulada aprenderá con rapidez. Sin duda alguna, resultará que el niño "medio" es mucho más inteligente y creativo de lo que generalmente suponemos. Después de todo, hubo un tiempo en que la capacidad de leer y escribir se hallaba limitada a un grupo muy pequeño de instruidos, y casi todos ellos se habrían reído de la idea de que cualquiera podía aprender las complicaciones de la lectura y la escritura. Pero, con la educación colectiva, la generalización del saber leer y escribir fue un hecho. En la actualidad, la creatividad parece estar limitada a muy pocos, y es fácil suponer que así debe ser. Sin embargo, con una adecuada disponibilidad de educación informatizada, la Humanidad volverá a sorprender a los pocos que integran la elite.

 Y, naturalmente, eso significa que los ingenieros de ordenadores tendrán una enorme oportunidad de organizar adecuadamente el conocimiento, de elaborar programas de enseñanza, de mantenerlos actualizados y de revisarlos para una mayor eficacia e interés. Ellos serán los maestros del futuro, y serán más importantes que nunca para todos nosotros.

 Admitido, pues, que los problemas de desempleo y educación caminarán hacia su solución, ¿qué clase de trabajo habrá, aparte del que se halla implicado en esa solución?

 En primer lugar, será innecesario gran parte del esfuerzo humano que hoy se dedica a "dirigir el mundo". Con ordenadores, robots y automatización, gran parte del pesado trabajo cotidiano parecerá estar haciéndose solo. Esto no es nada sorprendente. Es la tendencia que se ha ido manifestando rápidamente desde la Segunda Guerra Mundial. Como ejemplo, la industria telefónica está en la actualidad tan automatizada que cuando cientos de miles de empleados se declaran en huelga, los usuarios del teléfono apenas si notan algún cambio. El sistema telefónico funciona solo.

 El resultado de esta tendencia constante será que cada vez más trabajadores dispondrán de más y más ocio. Tampoco esto es sorprendente, pues llevamos largo tiempo presenciando el constante aumento del tiempo de ocio. Esto significa que cada vez hará falta más trabajo para llenar ese tiempo de ocio. Las empresas de espectáculos y deportes irán adquiriendo progresivamente más importancia. (En cierta ocasión hice un comentario que ha sido después profusamente citado: "Un tercio del mundo trabajará para distraer a los otros dos tercios.")

 Aficiones de todas clases irán adquiriendo cada vez más importancia, y también las industrias que abastecen esas aficiones. Esto no es nada que deba deplorarse, será otra forma de dar rienda suelta a la creatividad. Puede que el diablo siempre encuentre algo malo para que lo hagan las manos ociosas, pero el verdadero practicante de una afición privada, de un hobby, nunca está ocioso -de hecho, nadie trabaja tan asiduamente y con tanta satisfacción como él-, por lo que nunca se dedicará al mal.

 ¿Y la clase de trabajo que es más fácilmente reconocido como trabajo en el sentido tradicional?

 Habrá todavía mucho que es peculiarmente humano y que sólo marginalmente estará informatizado. (Yo utilizo un procesador de textos que hace un poco más fácil la mecánica de mi trabajo pero el artilugio se niega en redondo a escribir por mí mis ensayos. Sigo teniendo que estar aquí sentado, pensando.) En otras palabras, los que se dedican a la literatura, la música, las artes, estarán más ocupados que nunca en la sociedad del ocio, ya que su público irá aumentando constantemente.

 Habrá también cambios enormes. En el mundo comercial, se cargará el acento en la toma de decisiones, en la administración. Oficinas y fábricas serán "cajas negras" en las que los detalles de rutina funcionarán solos, pero en la que los hombres y mujeres manejarán los controles.

 Y tampoco esto tendrá que ser hecho sobre el terreno. Estaremos viviendo en una "sociedad de información", en la que no tendremos que transportar masa para transportar información. No tendremos que enviar un ser humano desde A hasta B para que su boca pueda dar instrucciones o su oído recibirlas. Ni siquiera tendremos que enviar cartas para lograr eso. La información puede ser transportada a la velocidad de la luz, y gracias a ordenadores que realizan las labores de recordar, seleccionar y transmitir, más eficientemente que nunca".
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Realiza tu comentario: