LIV.- El trabajo cambia de significado
"Hasta
el momento sólo ha habido en la Historia dos formas fundamentales de educar a
los jóvenes: la educación individual y la colectiva.
La
educación individual ha estado siempre limitada a una pequeña minoría que puede
permitirse un preceptor familiar, y, aunque todo el mundo pudiera permitirse
uno, no habría suficientes preceptores cualificados sobre la base de uno por
cada alumno. Por consiguiente, cuando resultó que una sociedad industrial
necesitaba que se generalizase la instrucción (cosa que no necesita una sociedad
estrictamente agrícola), se produjo un movimiento hacia la educación colectiva.
Hay suficientes maestros (de nombre, al menos)
si se le encomiendan a cada uno entre treinta y cincuenta alumnos, pero existe
el inconveniente de que los alumnos deben entonces aprender conforme a un plan
de estudios fijo (que no tiene apenas en cuenta las diferencias individuales).
Como resultado, todos los alumnos aprenden más o menos a leer y escribir, pero
casi todos se sienten aburridos, o aturdidos, o alienados, según que el maestro
se interne con demasiadas lentitudes, rapidez u "oblicuidad" en la
exposición de temas carentes de interés.
El
advenimiento del ordenador significa un retorno a una enseñanza individual
sobre una nueva base. Si todo hogar dispone de una terminal de ordenador y si,
a través de ella, los jóvenes (y también los mayores) pueden conectar con una
biblioteca plenamente informatizada, será posible explorar cualquier campo de
interés por el que uno sienta curiosidad. Las escuelas no desaparecerán. Servirán
para presentar temas a sus alumnos y se ocuparán principalmente de los campos
de estudio que requieren interacción humana, pero cada alumno, habiéndose
interesado por algo (y todos, cada uno de nosotros, nos interesamos por algo), puede proseguirlo en su casa, de
forma individual y en un tiempo y a un ritmo individuales.
Esto hará divertido el aprendizaje, y una
mente adecuadamente estimulada aprenderá con rapidez. Sin duda alguna,
resultará que el niño "medio" es mucho más inteligente y creativo de lo
que generalmente suponemos. Después de todo, hubo un tiempo en que la capacidad
de leer y escribir se hallaba limitada a un grupo muy pequeño de instruidos, y
casi todos ellos se habrían reído de la idea de que cualquiera podía aprender las complicaciones de la lectura y la
escritura. Pero, con la educación colectiva, la generalización del saber leer y
escribir fue un hecho. En la actualidad, la creatividad parece estar limitada a
muy pocos, y es fácil suponer que así debe ser. Sin embargo, con una adecuada
disponibilidad de educación informatizada, la Humanidad volverá a sorprender a
los pocos que integran la elite.
Y,
naturalmente, eso significa que los ingenieros de ordenadores tendrán una
enorme oportunidad de organizar adecuadamente el conocimiento, de elaborar
programas de enseñanza, de mantenerlos actualizados y de revisarlos para una
mayor eficacia e interés. Ellos serán los maestros del futuro, y serán más
importantes que nunca para todos nosotros.
Admitido, pues, que los problemas de desempleo
y educación caminarán hacia su solución, ¿qué clase de trabajo habrá, aparte
del que se halla implicado en esa solución?
En
primer lugar, será innecesario gran parte del esfuerzo humano que hoy se dedica
a "dirigir el mundo". Con ordenadores, robots y automatización, gran
parte del pesado trabajo cotidiano parecerá estar haciéndose solo. Esto no es
nada sorprendente. Es la tendencia que se ha ido manifestando rápidamente desde
la Segunda Guerra Mundial. Como ejemplo, la industria telefónica está en la actualidad
tan automatizada que cuando cientos de miles de empleados se declaran en
huelga, los usuarios del teléfono apenas si notan algún cambio. El sistema
telefónico funciona solo.
El
resultado de esta tendencia constante será que cada vez más trabajadores
dispondrán de más y más ocio. Tampoco esto es sorprendente, pues llevamos largo
tiempo presenciando el constante aumento del tiempo de ocio. Esto significa que
cada vez hará falta más trabajo para llenar ese tiempo de ocio. Las empresas de
espectáculos y deportes irán adquiriendo progresivamente más importancia. (En
cierta ocasión hice un comentario que ha sido después profusamente citado:
"Un tercio del mundo trabajará para distraer a los otros dos
tercios.")
Aficiones de todas clases irán adquiriendo cada
vez más importancia, y también las industrias que abastecen esas aficiones.
Esto no es nada que deba deplorarse, será otra forma de dar rienda suelta a la
creatividad. Puede que el diablo siempre encuentre algo malo para que lo hagan
las manos ociosas, pero el verdadero practicante de una afición privada, de un
hobby, nunca está ocioso -de hecho, nadie trabaja tan asiduamente y con tanta
satisfacción como él-, por lo que nunca se dedicará al mal.
¿Y
la clase de trabajo que es más fácilmente reconocido como trabajo en el sentido
tradicional?
Habrá todavía mucho que es peculiarmente
humano y que sólo marginalmente estará informatizado. (Yo utilizo un procesador
de textos que hace un poco más fácil la mecánica de mi trabajo pero el
artilugio se niega en redondo a escribir por mí mis ensayos. Sigo teniendo que
estar aquí sentado, pensando.) En otras palabras, los que se dedican a la
literatura, la música, las artes, estarán más ocupados que nunca en la sociedad
del ocio, ya que su público irá aumentando constantemente.
Habrá también cambios enormes. En el mundo
comercial, se cargará el acento en la toma de decisiones, en la administración.
Oficinas y fábricas serán "cajas negras" en las que los detalles de
rutina funcionarán solos, pero en la que los hombres y mujeres manejarán los
controles.
Y
tampoco esto tendrá que ser hecho sobre el terreno. Estaremos viviendo en una
"sociedad de información", en la que no tendremos que transportar
masa para transportar información. No tendremos que enviar un ser humano desde
A hasta B para que su boca pueda dar instrucciones o su oído recibirlas. Ni
siquiera tendremos que enviar cartas para lograr eso. La información puede ser
transportada a la velocidad de la luz, y gracias a ordenadores que realizan las
labores de recordar, seleccionar y transmitir, más eficientemente que
nunca".
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