miércoles, 9 de septiembre de 2015

"Historia de los animales".- Claudio Eliano (h.175 - h.235)


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Libro VII

 "10.-Por el relato siguiente se comprueba que los perros aman a sus amos con un cariño profundísimo.
 En el transcurso de una de las guerras civiles de Roma, fue asesinado el romano Galba; entre sus enemigos no hubo quien se atreviera a cortarle la cabeza, a pesar de que no pocos competían por la posesión de tal despojo: la causa de tales vacilaciones estaba en que todos querían que fuese muerto el perro del asesinado, inmóvil junto al cadáver de su amo, quien lo había criado y a quien el animal guardaba siempre la fidelidad y el cariño más grandes; el perro se mantenía apoyando a su amo, como si se tratara de un compañero de batalla, con quien compartía la tienda de campaña y una honda amistad.
 También merece saberse, por Zeus, aquello de que fue capaz no ya un hombre, sino un perro de ánimo esforzado. Pirro de Epiro iba por su camino cuando se encontró con el cuerpo de un hombre asesinado y con el perro del mismo, que permanecía junto a su dueño para evitar que a la muerte se sumaran las vejaciones. El perro había permanecido tres días sin comer, absorto en su ininterrumpida y paciente guardia. Al saber Pirro estas cosas, tuvo compasión del hombre asesinado y ordenó que lo enterraran; asimismo, dio orden de que el perro tuviera cuidados especiales, y él en persona le brindó todo lo que un perro desea: comida abundante que le hiciera concebir amistad y cariño por quien se la daba. Paulatinamente Pirro obtuvo la buena voluntad del animal.
 Pero estos preámbulos ya son suficientes. Al cabo de corto tiempo, durante una revista de hoplitas, el soberano aludido estaba presente, acompañado por el perro en cuestión, que guardaba silencio y se comportaba con tranquilidad; sin embargo, al ver a los asesinos de su antiguo amo en las filas, ya no se mantuvo tranquilo ni quieto, sino que se lanzó contra ellos, ladrando y tratando de destrozarlos con sus garras; a la vez, volviéndose hacia Pirro, intentaba transmitirle, dentro de sus posibilidades, que aquéllos eran los asesinos. De modo que el rey comenzó a sospechar el motivo de todo eso, junto con su séquito, y todos pensaron que alguna causa tendrían aquellos ladridos con los que el perro señalaba a tales personas. Así pues, los criminales fueron arrestados y sometidos a tortura, con lo que confesaron su culpa.
 Es posible que estos relatos parezcan fabulosos a quienes hacen caso omiso de los preceptos de Zeus, el patrono de la amistad y el cariño, y a quienes son capaces de traicionar a los amigos vivos y a los muertos. Por mi parte, no soy de la misma opinión que aquéllos que ponen en tela de juicio las excelsitudes de la Naturaleza que, aun cuando es cierto que ha dotado a los seres irracionales de bondad y amor, ha brindado mayor copia de esas dotes al ser racional que es el hombre. No obstante, los seres racionales poso uso hacen de semejantes bienes. ¿Para qué añadir a lo que ya he señalado todos los males que un hombre es capaz de ocasionar a sus propias amistades, a fin de aprovecharse con iniquidad, haciendo trampas y traiciones? Me duele considerar que un perro es más leal y más amante que un hombre.
[...]
 20.-Muy grande es la ferocidad de lo lobos; de ellos afirman los egipcios que se devoran entre sí, y relatan que se tienden trampas de esta forma: hacen un círculo y después salen a la carrera; el primero que, mareado por los constantes giros, se desplome ha de ser destrozado y devorado por los otros, que se lanzan contra él cuando lo ven por tierra. Así obran cuando no obtienen presas en la caza, porque piensan que satisfacer su hambre es lo más importante y el resto, pura tontería. Como es sabido, de igual manera obran las personas de natural maligno en lo que se refiere al dinero".  

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