jueves, 11 de julio de 2019

Locos por la música. La juventud de los grandes compositores.- Ulrich Rühle (1940)


Resultado de imagen de ulrich ruhle 
Seriosha de Sontsovka
Serguei Prokofiev
¿Y qué fue más adelante de Serguei Prokofiev?

«Durante diez años Serguei Prokofiev estudió composición, piano y dirección en San Petersburgo y en Moscú. A los diecisiete años tocó siete de sus piezas para piano en el primer concierto que dio en público. Tres años más tarde se imprimen sus primera sobras: una sonata y cuatro pequeñas piezas para piano, composiciones extremadamente rítmicas y muy originales. Por ellas obtiene cien rublos, pero más importante que el dinero es ser publicado.
 En 1914, Profokiev finaliza sus estudios en el conservatorio con un diploma. En composición, precisamente, obtiene una mala nota, claro que nadie entiende su nuevo lenguaje musical. La buena nota en piano, en cambio, tiene importantes consecuencias. Porque el mejor pianista recibe el premio Rubinstein: un piano de cola nuevo y reluciente. Prokofiev interpreta su primer concierto para piano y gana el premio. Para celebrar el éxito del examen final su madre le regala un viaje a Londres. Allí conoce a Diaghilev, el director de los famosos Ballets Rusos que -como otros- no sabe qué hacer de momento con la música de Profokiev. Más tarde se producirá la colaboración.
 Un año más tarde, en 1915, en plena Guerra Mundial, Profokiev se presenta por primera vez en el extranjero en Roma. De vuelta a casa, estrena sus Suites escitas. Tampoco los músicos de la orquesta comprenden la música exótica de Profokiev. En los redobles de timbal exigidos por la partitura el timbal rompió la membrana de su instrumento, y un chelo al que ensordecía el trombón que tenía detrás se quejó: "Si no tuviera que alimentar a una mujer enferma y a tres niños no aguantaría este ruido".
 Durante la presentación se produjo un escándalo. Muy pocos entre el público entienden la nueva música. A la mayoría le parece ruidosa, demasiado rítmica y disonante. Pero Profokiev también es capaz de componer de otra manera. En 1917 escribe la Sinfonía clásica, imitando una sinfonía de Haydn.
 Lo que, sin embargo, hace original y divertida esta obra son las pequeñas alusiones a la música moderna -una nota errónea o un compás de menos o de más- que no encajan en una pieza musical del siglo XVIII.
 En este año estalla la Revolución rusa. El zar es destronado. Prokofiev decide emigrar a Estados Unidos, algo muy complicado en las confusas circunstancias revolucionarias. Tras 18 días de viaje en tren hasta Siberia alcanza el puerto ruso de Vladivostok en el mar del Japón. Con el barco viaja a Tokio, la capital japonesa, donde permanece durante tres meses. En septiembre de 1918 Profokiev llega por fin a Nueva York. Sus esfuerzos por asentarse en América son vanos, ya que allí tampoco aprecian su música. Sus conciertos no atraen al público. En 1919 cae gravemente enfermo de escarlatina y difteria. Está tan deprimido que sólo sueña con volver a Rusia. Pero antes dirige, en 1921, su primer ballet Chout en Londres. Diaghilev ha escogido esta composición para iniciar su temporada en Inglaterra. Los críticos no reciben bien la música, pero al público le gusta.
 Un año más tarde Prokofiev pasa un tiempo en las montañas de Baviera. Allí encuentra tranquilidad y calma para su trabajo. Desde Ettal emprende viajes para dar conciertos en diversas capitales europeas y también vuelve a América. Obtiene grandes triunfos como pianista pero también como intérprete de sus propios conciertos para piano. Prokofiev escribe para revistas de música y compone de vez en cuando pequeñas piezas para grupos de teatro.
 En 1927, nueve años después de su salida al extranjero, Prokofiev regresa por primera vez a Rusia. En Moscú se le recibe triunfalmente. Da varios conciertos. Los músicos, el público y los críticos aplauden su música. Especialmente su ópera fantástica El amor de las tres naranjas, compuesta en 1919, tiene sobre el público el efecto de un "vaso de champán". Sin embargo, la situación política del país no invita a permanecer en él.
 Prokofiev pasa los siguientes ocho años viajando como un nómada por el mundo. En ningún lugar se siente a gusto. En 1934 regresa, por fin, definitivamente a Rusia. Como todos los rusos está muy apegado a su tierra y reconoce que un artista no "debe andar por ahí, lejos de las fuentes patrias". Poco después, en 1936, escribe Pedro y el lobo.
 Durante la Segunda Guerra Mundial el compositor vive con su familia en el interior del país. Allí se dedica intensamente a la música popular rusa. Un año más tarde escribe música para los filmes del gran director de cine ruso Serguei M. Eisenstein. En 1943 vuelve con su familia a Moscú, donde compone piezas para piano, lieder, sinfonías, sonatas, conciertos, la ópera Guerra y paz, según la novela del célebre escritor ruso León Tolstoi, el ballet El cuento de la Flor de Piedra y otras obras.
 Prokofiev es amonestado dos veces por los funcionarios del Estado. Según ellos su música no es suficientemente popular. Prokofiev promete en 1949: "Utilizaré un lenguaje musical claro, comprensible y agradable para mi pueblo".
 Sus últimas obras, en efecto, son melodiosas y fáciles de entender. Hasta su muerte el compositor sigue añadiendo nuevas creaciones a una obra de más de 178 composiciones.
 El 5 de marzo de 1953 Profokiev trabaja durante todo el día. Al anochecer sale a dar su habitual paseo. No se siente del todo bien y vuelve a casa antes de lo acostumbrado. Un poco más tarde sufre un ataque cerebral y muere.
 En todo el mundo se lamenta la muerte del músico ruso contemporáneo más importante. El compositor inglés Benjamín Britten declara: "¡Un compositor de tanta vitalidad, tanta audacia y tanta alegría! Es una pérdida para el mundo entero".»
 
    [El texto pertenece a la edición en español de Alianza Editorial, 1999, en traducción de Genoveva Dieterich. ISBN: 84-206-3529-4.]
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Realiza tu comentario: