Hackear
«[074] Lo virtual es el verdadero dominio del hacker. A partir de lo virtual, el hacker produce expresiones siempre nuevas de lo real. Para el hacker, lo que se representa como verdadero es siempre parcial, limitado, incluso falso, quizás. Para el hacker, lo real siempre lleva expresado un excedente de posibilidad, el excedente de lo virtual. Ése es el dominio inagotable de lo que es verdadero pero no real, lo que no es pero que podría devenir. El dominio en el que, como dice Massumi, "lo que no puede experimentarse no puede dejar de sentirse". Hackear es liberar la virtualidad en lo real, expresar la diferencia de lo verdadero.
[075] Cualquier dominio de la naturaleza tiene la capacidad de producir lo virtual. Al abstraer de la naturaleza, el hacker produce la posibilidad de otra naturaleza, una segunda naturaleza, una tercera naturaleza, naturalezas hasta el infinito, doblándolas y redoblándolas. Al hackear se descubre la naturaleza de la naturaleza, sus fuerzas productivas y destructivas. Esto sucede tanto en la física como en la sexualidad, tanto en la biología como en la política, tanto en la informática como en el arte o la filosofía. La naturaleza de todo dominio puede ser hackeada. La naturaleza del hackeo consiste en descubrir libremente, inventar libremente, crear y producir libremente. Sin embargo, la naturaleza del hackeo en sí no contempla explotar las abstracciones así producidas.
[076] Cuando el hackeo se ve representado en la abstracción de los derechos de la propiedad, la información como propiedad crea entonces la clase hacker como tal. Esta propiedad intelectual es un tipo de propiedad diferente a la de la tierra o el capital, puesto que sólo una creación cualitativamente nueva puede reivindicarla. No obstante, cuando queda capturado por la representación de la propiedad, el hackeo se convierte en el equivalente de cualquier otra propiedad, en un valor mercantilizado. La clase vectorial mide su valor neto con la misma moneda que los capitalistas y los pastoralistas, de modo que convierten en patentes y copyrights en equivalentes de fábricas o campos.
[077] Mediante la aplicación de formas de abstracción siempre nuevas, la clase hacker produce la posibilidad de producción, la posibilidad de hacer algo con el mundo... y de vivir del excedente producido mediante la aplicación de la abstracción a la naturaleza, a cualquier naturaleza. La abstracción, una vez empieza a ser aplicada, puede parecer extraña, "antinatural", y puede conllevar cambios drásticos. Si persiste, no tarda en darse por supuesta. Se convierte en una segunda naturaleza. Mediante la producción de nuevas formas de abstracción, la clase hacker produce la posibilidad del futuro. Por supuesto, no toda nueva abstracción reporta una aplicación productiva para el mundo. En la práctica hay pocas innovaciones que lo consigan. No obstante, rara vez puede saberse a priori qué abstracciones se engranarán con la naturaleza de una manera productiva.
[078] A los hackers les interesa ser libres para hackear por hackear. Hackear libre e ilimitadamente para crear algo nuevo no sólo produce "el" futuro, sino una serie posible e ilimitada de futuros, el futuro en sí como virtualidad. Cada hackeo es una expresión de la inagotable multiplicidad del futuro, de la virtualidad. No obstante, si ha de verse realizado como forma de propiedad y recibir un valor, el hackeo no debe tomar la forma de expresión de la multiplicidad, sino de representación de algo repetible y reproducible. La propiedad sólo atrapa un aspecto del hackeo, su representación y su cosificación como propiedad. No puede capturar la virtualidad infinita e ilimitada de la que el hackeo extrae su potencial.
[079] Sancionado por la ley, el hackeo se convierte en una propiedad limitada y la clase hacker emerge, como emergen todas las clases, de una relación con una forma de propiedad. Igual que la tierra o el capital como formas de propiedad, la propiedad intelectual impone una relación de escasez. Asigna a un propietario el derecho a una propiedad a costa de los no propietarios, a una clase de propietarios a costa de los desposeídos. "La filosofía de la propiedad intelectual cosifica el racionalismo económico como un rasgo humano natural."
[080] Por su naturaleza misma, el acto de hackear sobrepasa los límites que le impone la propiedad. Los nuevos hackeos desbancan a los anteriores y los devalúan como propiedad. El hackeo toma información que ha quedado devaluada en exceso por la repetición en forma de comunicación y vuelve a producir nueva información partiendo de ella. Esto hace que la clase hacker esté más interesada en la libre disponibilidad de la información que en derechos exclusivos. El aspecto inmaterial de la naturaleza de la información implica que el hecho de que una persona posea una información no impide que otra también la posea. Los campos de la investigación pertenecen a un orden de abstracción diferente del de los campos agrícolas. Mientras que la exclusividad de la propiedad puede ser necesaria con la tierra, no tiene ningún sentido en la ciencia, el arte, la filosofía, el cine o la música.
[081] En la medida en que el hackeo se encarna en la forma de propiedad, lo hace de una manera muy peculiar, de un modo tal que le confiere a la clase hacker unos intereses de clase bastante diferentes de los de otras clases, ya sean explotadoras o explotadas. El interés de la clase hacker reside, en primer lugar, en la libre circulación de la información, siendo ésta la condición necesaria para la expresión renovada del hackeo. Sin embargo, la clase hacker como tal también tiene interés táctico en la representación del hackeo como propiedad, como algo de lo que se pueda derivar una fuente de ingresos que le dé a la clase hacker cierta independencia de las clases dominantes. La clase hacker hace entrar lo virtual en lo histórico cuando hackea una vía para hacer que esto último desee una forma concreta de lo primero.
[082] La naturaleza misma del hackeo provoca una crisis de identidad en el hacker. El hacker busca una representación de lo que es ser hacker en las identidades de otras clases. Algunos se ven como vectorialistas, y explotan la escasez de su propiedad. Otros se ven como trabajadores, pero trabajadores privilegiados en la jerarquía de los asalariados. La clase hacker se produce a sí misma como tal, pero no por sí misma. No posee (aún) consciencia de su consciencia. No es consciente de su propia virtualidad. A causa de su incapacidad -hasta el momento- de convertirse en clase por sí misma, continuamente se escinden fracciones de la clase hacker que acaban identificando sus intereses con los de otras clases. Los hackers corren el riesgo, en concreto, de acabar identificados a ojos de las clases trabajadora y agricultora con los intereses vectorialistas, que buscan privatizar la información necesaria para la vida productiva y cultural de las demás clases.
[083] Hackear es abstraer. Abstraer es producir un plano en el que cosas diferentes pueden entablar una relación. Es producir los nombres y los números, las ubicaciones y las trayectorias de esas cosas. Es producir tipos de relaciones y relaciones de relaciones que pueden entablar las cosas. La hazaña del hacker es diferenciar los elementos activos dispuestos en un plano con un mismo objetivo, ya sea en el ámbito de lo técnico, lo cultural, lo político, lo sexual o lo científico. Una vez lograda la abstracción creativa y productiva en tantos ámbitos, la clase hacker tiene que producirse aún a sí misma como su propia abstracción.»
[El extracto pertenece a la edición en español de Ediciones Alpha Decay, en traducción de Laura Manero. ISBN: 84-934278-8-8.]
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