Humoradas
I
«La niña es la mujer que respetamos / y la mujer la niña que engañamos.
II
Según creen los amantes / las flores valen más que los diamantes.Mas ven que al extinguirse los amores,
valen más los diamantes que las flores. [...]
V
Algún día, a pesar de tus encantos, / te matará otro a ti cual tú me matas,que, en materia de ingratos y de ingratas, / venimos a salir tantas a tantos.
VI
Ser fiel, siempre que quieres, es tu lema. / Pero tú, ¿quieres siempre? He aquí el problema. [...]
XI
Hay quien pasa la vida / en ese eterno juegode hacer caer a la mujer, y luego / rehabilitar a la mujer caída. [...]
XIII
Si la codicia de pedir es mucha, / el hombre reza, pero Dios no escucha. [...]
XV
Miré... pero no he visto en parte alguna / ir del brazo la dicha y la fortuna.
XVI
Cual todas, tú pretendes, como Elena / ser amada por bella y no por buena.XVII
Ese ilustre mortal, lleno de hastío / era pobre al nacer; mas, rico ahora,
mirando a su palacio, siente frío, / cuando se acuerda de su choza, ¡llora!
XVIII
Te vi una sola vez, pero mi mente / te estará contemplando eternamente. [...]
XXIV
Si no quieres tu paz ver alterada, / cree mucho en Dios y en las mujeres, nada. [...]
XXVII
Al decirte hoy adiós, Hortensia mía, / permite a mi amistad que te declare
que, como el hijo de Sión, decía: / "de mí me olvide yo, si te olvidare". [...]
XXXV
Se matan los humanos / en implacable guerra
por la gloria de ser, en mar y en tierra, / devorados por peces y gusanos. [...]
XXXVII
Como todo es igual, siempre he tenido / un pesar verdadero
por el tiempo precioso que he perdido, / por no haber conocido
que el que ve un corazón ve el mundo entero. [...]
XXXIX
Te morías por él, pero es lo cierto / que pasó tiempo y tiempo, y no te has muerto. [...]
XLIV
A todo ser creado / le gusta, como a Dios, ser muy amado.
XLV
Procura hacer, para apoyar la frente, / un blando cabezal de la conciencia.
Para poder dormir tranquilamente / no hay un opio mejor que la inocencia.
XLVI
Sé firme en esperar, que de este modo / algo le llega al que lo espera todo.
XLVII
El amor a los niños y a las flores, / son amores tan dignos de los cielos,
que son tal vez los únicos amores / que nunca dan a los amantes celos. [...]
LXI
La amé el año pasado / y ya hace un siglo, o dos, que la he olvidado. [...]
LXXII
Preguntas ¿qué es amor? Es un deseo / en parte terrenal y en parte santo:
lo que no sé expresar cuando te canto: / lo que yo sé sentir cuando te veo.»
[El extracto pertenece a la edición de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.]
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