Proverbios
Atenciones debidas al prójimo
«No niegues un beneficio al que lo necesita, / siempre que en tu poder esté el hacérselo.
No le digas al prójimo: "Vete y vuelve, / mañana te lo daré", si es que lo tienes a mano.
No trames mal alguno contra tu prójimo / mientras él confía en ti.
No pleitees con nadie sin razón / si no te ha hecho agravio.
No envidies al violento / ni elijas sus caminos.
Porque el perverso es abominado de Yavé, / que sólo tiene sus intimidades para con los justos.
En la casa del impío está la maldición de Yavé, / que bendice la morada del justo.
Escarnece a los escarnecedores / y da su gracia a los humildes.
Gloria heredarán los sabios, / mas los necios adquirirán ignominia.
Cosas odiosas a Dios
Seis cosas aborrece Yavé / y aun siete abomina su alma:
Ojos altaneros, lengua mentirosa, / manos que derraman sangre inocente.
Corazón que trama iniquidades, / pies que corren presurosos al mal.
Testigo falso, que difunde calumnias / y enciende rencores entre hermanos.
Consejos
El que corrige al petulante se acarrea afrenta / y el que reprende al impío, ultraje.
No reprendas al petulante, que te aborrecerá; / reprende al sabio y te amará.
Da consejos al sabio y se hará más sabio todavía; / enseña al justo y acrecerá su saber.
El principio de la sabiduría es el temor de Yavé; / conocer al Santo, eso es inteligencia.
Porque por mí se aumentarán tus días / y se te añadirán años de vida.
Si eres sabio, para ti lo serás; / si eres petulante, tú lo pagarás.
La felicidad
Corazón alegre hace buena cara, / pero la pena del corazón abate el alma.
El corazón prudente busca la sabiduría, / pero la boca del necio se apacienta de necedad.
Los días del pobre todos son malos, / pero la alegría del corazón es un perenne banquete.
Mejor es poco con el temor de Yavé / que muchos tesoros con la turbación.
Mejor comer legumbres donde hay amor / que comer buey cebado donde hay odio.
El iracundo promueve contiendas, / el que tarde se enoja aplaca las rencillas.
El camino del perezoso es seto de espinas, / el sendero de los rectos es llano.
El hijo sabio alegra a su padre; / mas el necio menosprecia a su madre.
Al falto de sentido le agrada la necedad, / pero el hombre prudente endereza sus caminos.
Frústranse los planes donde no hay consejo, / pero se logran por el consejo de muchos.
Gusta saber qué responder, / y la palabra dicha a tiempo ¡cuánto bien hace!
El inteligente va hacia arriba por el camino de la vida, / para apartarse del sepulcro abajo.
Sabiduría práctica
Es parco en palabras quien tiene la sabiduría; / y el de ánimo pacato es hombre inteligente.
Aun el necio, si calla, pasará por sabio, / y por inteligente si cierra sus labios.
Busca pretextos el que se desvía, / y por cualquier cosa se enfurece.
Al necio no le agrada la prudencia, / sino el manifestar su corazón.
Con la impiedad viene el desprecio; / con la deshonra, la vergüenza.
Aguas profundas son las palabras del hombre; / arroyo desbordado, fuente de la sabiduría.
No está bien tener aceptación del rostro del impío / para dar de lado al justo en el juicio.
Educación
La vara y el castigo dan sabiduría; / el muchacho consentido es la vergüenza de su madre.
Con el crecer de los malos crece la iniquidad, / pero los justos verán su caída.
Corrige a tu hijo y te dará tranquilidad / y hará las delicias de tu alma.
Sin profecía el pueblo va desenfrenado, / pero el que guarda la Ley, dichoso él.
No con solas palabras se corrige el esclavo, / porque entiende bien; pero de obedecer, nada.»
[El extracto pertenece a la edición de la Biblioteca de Autores Cristianos, 1977. ISBN: 84-220-0258-2.]
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