martes, 20 de diciembre de 2016

"Cuentos y fábulas de la India".- Joseph Jacobs (1854-1916)


Resultado de imagen de joseph jacobs
    La gallina Caracá

  «Un día, la gallina Caracá estaba en la era picando granos de trigo, cuando sintió que algo le daba un golpe en la cabeza.
 -¡Válgame Dios! -dijo Caracá-. ¡El cielo se está cayendo! Tengo que ir a decírselo al rey.
 Y se fue andando, andando, andando, hasta que se encontró con el gallo Kirikí.
 -¿Dónde vas, Caracá? -le dice Kirikí.
 -Voy corriendo a decirle al rey que el cielo se está cayendo -dice Caracá.
 -¿Me dejas ir contigo? -le dice Kirikí.
 -Claro que sí -le dice Caracá. Y se fueron los dos a decirle al rey que el cielo se estaba cayendo.
 Siguieron andando, andando, andando, y se encontraron con el pato Patoso.
 -¿Dónde vais, Kirikí y Caracá? -dice el pato Patoso.
 -Vamos a decirle al rey que el cielo se está cayendo.
 -¿Me dejáis ir con vosotros?
 -Claro que sí.
 Y se fueron los tres a decirle al rey que el cielo se estaba cayendo. Iban andando, andando, andando, y se encontraron con el ganso Manso.
 -¿Dónde vais, Caracá, Kirikí y Patoso? -les dice el ganso Manso.
 -Vamos a decirle al rey que el cielo se está cayendo.
 -¿Puedo ir con vosotros?
 -Sí, claro.
 Y se fueron los cuatro a decirle al rey que el cielo se estaba cayendo. Iban andando, andando, andando, y se encontraron con el pavo Ochavo.
 -¿Dónde vais, Caracá, Kirikí, Patoso y Manso? -les dice el pavo Ochavo.
 -A decirle al rey que el cielo se está cayendo.
 -¿Puedo ir con vosotros?
 -Claro, claro, pavo Ochavo.
 Y se fueron los cinco a decirle al rey que el cielo se estaba cayendo. Caminaron mucho, mucho, mucho, y se encontraron con el zorro Morro. Y lo mismo:
 -¿Que dónde vais, Caracá, Kirikí, Patoso, Manso y Ochavo?
 -Que a decirle al rey que el cielo se está cayendo.
 -Pero si éste no es el camino del palacio del rey... -les dice el zorro Morro-. Yo conozco el camino. ¿Os lo enseño?
 -¡Ay, sí, claro, muchas gracias, zorro Morro!
 Y se fueron los seis a decir al rey que el cielo se estaba cayendo.  Y caminaron hasta llegar a un agujero muy oscuro y estrecho. Era la entrada de la cueva del zorro Morro. Pero el zorro Morro les dijo a Caracá y a Kirikí, a Patoso y a Manso y a Ochavo:
 -Éste es el camino más corto para llegar al palacio del rey. Seguidme, que yo iré delante de vosotros.
 -Claro que sí, naturalmente, como usted guste, pues no faltaba más.
 Y el zorro Morro se metió en su cueva, pero no fue muy lejos. Se volvió a esperar a Caracá y Kirikí y a Patoso y a Manso y a Ochavo.
 El primero que se metió en la cueva detrás del zorro Morro fue el pavo Ochavo. Y a los cuatro pasos, ¡aum!, el zorro Morro le arrancó la cabeza de un mordisco y tiró el cuerpo del pavo a un rincón. Luego entró el ganso Manso y, ¡aum!, un mordisco, fuera la cabeza y el cuerpo al rincón. Luego entró el pato Patoso, y lo mismo: ¡aum!, el mordisco, el pato descabezado y el cuerpo al rincón. Le llegó el turno a Kirikí, el gallo; se metió en la cueva y, a los tres pasos, ¡aum!, ¡aum! Y al rincón.
 Pero aquella vez el zorro Morro dio dos mordiscos, y entre mordisco y mordisco, el gallo Kirikí tuvo tiempo de gritar a la gallina Caracá que se escapara. Así que la gallina Caracá volvió la cola y echó a correr y se metió en su casa y no le dijo al rey que el cielo se estaba cayendo.»

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Realiza tu comentario: