"Plega a Nuestro Señor de dar mucha vida y salud y descanso a Vuestras Altezas para que puedan proseguir esta tan noble empresa, en la cual me parece que rescibe Nuestro Señor mucho servicio, [y la España creçe de mucha grandeza], y todos los cristianos mucha consolaçión y placer, porque aquí se divulgará el nombre de Nuestro Señor. Y en todas las tierras adonde los navíos de Vuestras Altezas van y en todo cabo mando plantar una alta cruz, y a toda la gente que hallo notifico el estado de Vuestras Altezas y cómo asiento éis en España, y les digo de nuestra sancta fe todo lo que yo puedo, y de la creencia de la sancta madre Iglesia, la cual tiene sus miembros en todo el mundo, y les digo la poliçia y nobleza de todos los cristianos, y la fe que en la sancta Trinidad tienen. Y plega a Nuestro Señor de tirar de memoria a las personas que an impugnado y impugnan tan exçelente empresa, y impiden y impidieron porque no vaya adelante, sin considerar cuánta honra y grandeza es del real estado de Vuestras Altezas en todo el mundo. No saben qué entreponer a mal decir d'esto salvo que se haze gasto en ello, y porque luego no embiaron los navíos cargados de oro, sin considerar la brevedad del tiempo y tantos inconvenientes como acá se an avido, y no considerar que en Castilla, en casa de Vuestras Altezas, salen cada año personas que por su merecimiento ganaron en ella más de renta cada uno d'ellos más de lo qu'es necesario que se gaste en esto, ansí mesmo sin considerar que ningunos Príncipes de España jamás ganaron tierra alguna fuera d'ella salvo agora, que Vuestras Altezas tienen acá otro mundo, de donde puede ser tan acreçentada nuestra santa fe, y de adonde se podrán sacar tantos provechos, que bien que no se ayan enviado los navíos cargados de oro, se an enviado suffiçientes muestras d'ello y de otras cosas de valor, por donde se puede juzgar que en breve tiempo se podrá aver mucho provecho, y sin mirar al gran coraçón de los Príncipes de Portugal, que a tanto tiempo que prosiguen la impresa de Guinea y prosiguen aquella de Africa, adonde an gastado la mitad de la gente de su reino, y agora está el Rey más determinado a ello que nunca. Nuestro Señor provea en esto, como yo dixe, y les ponga en memoria de considerar de todo esto que va escripto, que no es de mil partes la una de lo que yo podría escrevir de cosas de príncipes que se ocuparon a saber y conquistar y sostener.
Todo esto dixe, y no porque crea que la voluntad de Vuestras Altezas sea salvo proseguir en ello en cuanto vivan, y tengo por muy firme lo que me respondió Vuestra Alteza una vez que por palabra le dezía d'esto, no porque yo oviese visto mudamiento ninguno en Vuestra Alteza, salvo por temor de lo que yo oía d'estos que yo digo; y tanto da una gotera de agua en una piedra, que le haze un agujero. Y Vuestra Alteza me respondió con aquel coraçón que se sabe en todo el mundo que tienen y me dixo que no curase de nada d'eso, porque su voluntad era de proseguir esta empresa y sostenerla, aunque no fuese sino piedras y peñas, y qu'el gasto que en ello se hazía que lo tenía en nada, que en otras cosas no tan grandes gastaban mucho más, y que lo tenían todo por muy bien gastado, lo del pasado y lo que se gastase en adelante, porque creían que nuestra sancta fe sería acreçentada y su real señorío ensanchado, y que no eran amigos de su real estado aquellos que les mal dezían d'esta empresa. Y agora entre tanto que vengan a noticia d'esto d'estas tierras que hagora nuevamente e descubierto, en que tengo assentado en el ánima que allí es el Paraíso Terrenal, irá el Adelantado con tres navíos bien ataviados para ello, a ver más adelante, y descubrirán todo lo que pudieren hazia aquellas partes. Entre tanto yo enviaré a Vuestras Altezas esta escriptura y la pintura de la tierra, y acordarán lo que en ello se deva fazer y me enviarán a mandar, y se cumplirá con ayuda de las Sancta Trinidad con toda diligençia en manera que Vuestras Altezas sean servidos y ayan placer.
Deo Gracias".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Realiza tu comentario: