miércoles, 25 de marzo de 2020

Paisajes para después de la batalla.- Juan Goytisolo (1931-2017)

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Manifiesto

«"Después de varios siglos de cómplice y cobarde silencio sobre el genocidio del pueblo oteka, exterminado por las hordas tártaras, con la connivencia del Celeste Imperio y otras potencias asiáticas, hemos decidido pasar a la acción.
 A partir de hoy ejecutaremos mensualmente a un pasajero berlinés, parisiense o madrileño hasta obtener la inclusión de aquel horrible drama en los manuales de historia, y la creación de un tribunal encargado de establecer ante el mundo la responsabilidad física y moral de los hechos.
Nuestra decisión es irrevocable y estamos dispuestos a mantener el ritmo de nuestros actos mientras nuestras justas y legítimas reivindicaciones sean desatendidas.
 ¡El recuerdo del pueblo oteka no morirá! ¡Temblad, criminales!" 
[…]  
Consoliden su futuro

El nuevo despliegue de misiles de largo alcance por las dos superpotencias rivales y las perspectivas cada vez más claras de una inminente guerra nuclear plantean la dura necesidad de discurrir soluciones radicales, destinadas a garantizar para usted y su familia un máximo de confort y seguridad.
 Construyan sin demora, al contado o a plazos, un refugio antiatómico familiar dotado de toda clase de comodidades modernas: dormitorios, living, sauna, discoteca, sala de proyección vídeo. La perfecta insonorización y empleo de placas infusibles sobre los bloques de cemento armado les permitirán disfrutar de sus películas favoritas mientras a unos metros encima de sus cabezas la onda radiactiva barre todo vestigio de vida y arrasa en unos segundos propiedades e inmuebles. Objetivos ultrasensibles, conectados a un circuito de televisión, les tendrán sin embargo al corriente de cuanto sucede y podrán presenciar si lo desean la agonía de sus antipáticos vecinos paladeando conforme a sus gustos una deliciosa bebida fría o aderezando sin prisas su habitual güisqui on the rocks.
[…]
¡Qué vergüenza!

 Mientras la proclamación de la ley marcial en Varsovia barre brutalmente, de un plumazo, la noble aspiración popular a un socialismo justo y humano, nuestro héroe se lima egoístamente las uñas. Mientras la policía  y fuerzas represivas guatemaltecas eliminan metódicamente a los democratacristianos de izquierda, nuestro héroe bebe un sorbo de agua mineral, se fuma un porro y descarga la vejiga en el lavabo. Mientras cincuenta millones de chinos se reponen penosamente en los hospitales del enorme batacazo sufrido al emprender el gran salto adelante, nuestro héroe planea imaginariamente en un parque atestado de niñas retozonas. Mientras las multinacionales gringas extienden sus tentáculos por Latinoamérica y chupan ávidamente la sangre de sus venas abiertas, nuestro héroe redacta una nueva y aún más indecente carta a las gemelitas. Mientras Albania ofrece el modelo de una sociedad definitivamente limpia de las taras, desviaciones y prácticas revisionistas comunes a cuantos regímenes seudosocialistas reivindican todavía, con desfachatez e impudicia, la herencia gloriosa del materialismo dialéctico, nuestro héroe se extasía ante los cabellos y hombros desnudos de Katie.
Resultado de imagen de paisajes para despues de una batalla Preguntas mordaces y recriminatorias de ex compatriotas, amigos, compañeros de militancia y de su propia y desdichada esposa le ametrallan de modo implacable, sacudiéndole como un punchig-ball: el pueblo vietnamita ha asumido victoriosamente su destino, y tú ¿qué?; los americanos han llegado a la Luna, y tú ¿qué?; están sacando petróleo del Sáhara, y tú ¿qué?; ya hay guerrilla urbana en Segovia, y tú ¿qué?
 Recostada en la pared desconchada, los piececitos descalzos en el bordillo de un macizo de flores, la dulce criatura de sus sueños le observa asimismo con reprobación. La belleza impúber de sus rasgos, sus gestos y ademanes armoniosos, su inocente y prodigiosa malicia se combinan ahora con una expresión de aburrimiento y disgusto que presagia un súbito cambio de humor. La escena impuesta por el fotógrafo le resulta a todas luces molesta: tras contemplar con creciente irritación sus torpes y enojosos preparativos, abandonará su pose de fingido candor y le sacará despectivamente la lengua.
 Ante el cúmulo de menudos contratiempos no previsto siquiera en su horóscopo, el Reverendo se siente de pronto un triste y vulgar retratón.
[…]
Cómo reducir sus tensiones

 La multiplicación de catástrofes de todo tipo en la última década -terrorismo, matanzas, envenenamientos masivos, desastres ecológicos, emergencia de nuevas y mortíferas formas de contaminación, etc.- ha creado, como ustedes saben, un clima general de pesimismo y desasosiego singularmente propicio al desarrollo de nuestros instintos más primitivos y una vertiginosa proliferación de actos delictivos contra las personas y la propiedad.
 Ante la descorazonadora inutilidad de los poderes públicos y manifiesta obsolescencia de los medios de protección clásicos -puertas blindadas, puños americanos, timbres de alarma, revólveres, sprays-, hemos llegado a la conclusión de que se impone un salto cualitativo en el campo de la autodefensa familiar e individual: la fabricación de pequeñas armas destructivas de alcance limitado, capaces de eliminar sin dolor, en unos segundos, a su eventual agresor. Les bastará apuntar su láser portátil al merodeador furtivo o malcarado individuo de apariencia inquietante para que la luz amplificada por la emisión estimulada de la radiación instantáneamente le fulmine sin contribuir con ello, y eso es lo más novedoso y revolucionario, al lamentable deterioro ambiental. El miniláser próximamente en venta en todos los centros gubernativos y comisarías previa exhibición de sus documentos y certificados fiscales, mientras afecta a los órganos vitales del sujeto irradiado, respetará escrupulosamente las normas vigentes en materia de salud pública: personal, cómodo, manejable, humano, su simple posesión aliviará sin duda su estrés, descargándoles del peso insoportable de una sicosis de pánico, fruto conjugado del paro, recesión económica, crisis e inseguridad.»
 
   [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Espasa-Calpe, 1999. ISBN: 84-239-9483-X.]

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