viernes, 15 de julio de 2016

"La vida a prueba".- David Attenborough (1926)


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10.-Hablando con extraños

 "Uno de los lenguajes sonoros submarinos más ricos es el usado por los miembros de la familia de las ballenas. Desde hace ya mucho tiempo se sabe que los delfines son animales muy charlatanes. Aquéllos que están en cautividad y han sido estudiados, se han adaptado tan bien que los investigadores han podido entender detalladamente el significado y función de sus llamadas. Aparte de los sonidos que utilizan en sus sistemas de navegación sonar, que los delfines de agua dulce del Ganges han desarrollado hasta casi la perfección, también producen una gran variedad de silbidos y gruñidos. Éstos son utilizados para indicar sus estados de ánimo y reacciones de una manera muy parecida al ladrido de entusiasmo del perro, al gruñido de enfado o al gañido de dolor. Y todavía hacen más, ya que mientras realizan estos sonidos, pueden silbar al mismo tiempo. Este sonido es la señal de llamada del animal. Cada uno es tan característico que incluso el sonido más breve, de medio segundo de duración, puede ser suficiente para que estos animales se reconozcan mutuamente.
 Ahora la investigación en las aguas poco profundas y cristalinas de las Bahamas, con un grupo de un centenar aproximado de delfines en libertad, está ampliando aún más nuestro conocimiento de los sistemas de comunicación de los delfines.
 Cada delfín posee un lenguaje de unos treinta sonidos distintos, pero no sólo esto sino que también puede modificar el significado de cada uno de ellos, según l apostura que adopta cuando lo realiza. Un sonido en particular, proferido mientras nada, tendrá un significado distinto si, al mismo tiempo, inclina la cabeza. El silbido no es simplemente una manifestación de su identidad, ya que también pueden usarlo otros animales para atraer la atención del delfín como si estuvieran llamándole. Y un delfín joven desarrolla su propio silbido que, aun siendo único, se parece al de su madre, así como los rasgos de una criatura humana pueden ser parecidos a los de sus padres.
 Aparte de los sonidos que incluso los humanos con sus oídos inadaptados pueden oír en el fondo marino, los delfines utilizan también su sistema ultrasónico, el cual nosotros no podemos percibir en absoluto. Casi con toda certeza, los individuos pueden sentir un rayo ultrasónico si les llega, y parecen intercambiar miradas ultrasónicamente tal como hacemos nosotros de forma visual. También se comunican por el tacto, dándose golpes con las aletas, acariciándose y frotándose los hocicos. Con un lenguaje tan amplio -utilizando los cuatro sentidos: la vista, el tacto, el oído y la sensibilidad ultrasónica- es tentador afirmar que los delfines poseen un lenguaje. Pero el lenguaje es más que las palabras. Debe tener también un sistema para poner las palabras juntas y crear significados adicionales. Es decir, debe poseer una estructura y una gramática. Los delfines no tienen este tipo de lenguaje. Los únicos animales que han desarrollado este medio son los seres humanos.
 Las parientes de los delfines, las enormes ballenas, no profieren los chasquidos y sonidos de tono alto que los delfines utilizan, pero también cantan. Los cantos del rorcual han sido estudiados más a fondo que los de otras ballenas. Están formados por gruñidos y largos rugidos, entremezclados con suspiros, gorjeos y chillidos. Cada canto puede durar unos diez minutos. Una vez finalizado, el rorcual lo repite gorjeo a gorjeo y gruñido a gruñido, y continúa durante horas de principio a fin. Los que profieren los cantos son los machos y cada uno de ellos dentro de una gran comunidad ejecutará un canto similar. Las ballenas que habitan alrededor de Hawai cantan en un dialecto y las que habitan en el Atlántico en otro. Cuando se hallan en las aguas calientes durante la época de cría, se encuentran en su capacidad vocal máxima, pero también cantan cuando viajan durante sus largas migraciones. A medida que viajan, sus cantos cambian, añaden frases nuevas y pierden otras. Pero todas las ballenas de una comunidad cambian su canto de un mismo modo. Cuando vuelven a criar al año siguiente, las alteraciones son sustanciales. El propósito de estas llamadas todavía no está claro. Aunque los cantos de todos los individuos de una misma comunidad son casi los mismos, las voces de cada ballena en particular tienen su idiosincrasia y son identificables y, por lo tanto, quizá sirven en parte como señales localizadoras. También pueden ser reivindicaciones de la propiedad de zonas ricas en alimento, y dado que sólo los machos cantan, puede tener algún tipo de función sexual".

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