"Historia de una mujer".- Vicki Baum (1888-1960)

 

  

 Capítulo X

 "-Entonces, ¿no está conforme con nuestra proposición? Le aseguro que ofrecemos condiciones muy favorables. Hemos de tener en cuenta que usted es inexperta por completo en cuestiones de fabricación industrial. Aunque usted dirija la fábrica, el aspecto práctico de organización habrá de ser encargado a otras personas. Esto significa, en primer lugar, que los gastos serán bastante elevados.

 -Nadie es quien para afirmar que yo no sepa cuidar por mí misma la organización y la realización práctica de mi trabajo, señor director. Desde que usted me insinuó la posibilidad de mi empleo, he tratado de orientarme en este sentido. Ya he dicho que para mí no representa esfuerzo el adaptarme. Y, en cierto modo, lo concreto, el aspecto práctico de las cosas, es mucho más de mi agrado que la parte abstracta. Lo que produjo el descubrimiento del "Vitalín", por lo que a mí se refiere, fue sencillamente el haber actuado con ambas manos. Si puedo, o no, resolver este trabajo en el consorcio, es cuestión que el tiempo determinará. Esto en el caso de que lleguemos a un acuerdo.

 Era una especie de provocación, uno de aquellos retos que Helene Willfuer lanzaba en determinados momentos decisivos de su vida. El director Botstiber levantó su rostro, de perfil clásico, y respondió:

 -Espero que, de todas formas, lograremos un acuerdo. Dígame usted lo que desea de nosotros..., pero le ruego se abstenga de demandas imposibles de conceder. Nosotros, por ridículo que le parezca, contamos por céntimos. Si conseguimos abaratar cualquier artículo en sólo un céntimo, significa una posible ganancia de millones en el balance final. Números, doctora Willfuer, números; ésa es la cuestión.

 -Muy bien, señor director: yo también calculo, si no en céntimos, por lo menos en valores humanos. Hoy tengo treinta años... He vivido hasta ahora... peor que un perro. No he tenido tiempo de vivir. He pasado hambre, noches de insomnio, frío, he sufrido un sinfín de calamidades. Ahora quiero la recompensa a mis esfuerzos y sacrificios. Quiero vivir como las personas y dar a mi hijo todo eso de que yo he tenido que prescindir. Quiero vivir como se debe: sencillamente, quiero vivir bien. me contemplan asombrados..., pero no sé expresarme de otra manera: quiero vivir decentemente.

 -Se lo deseamos de todo corazón, doctora. Es muy humano que usted presente sus exigencias a la vida. Si, por nuestra parte, nosotros podemos ayudarla... Por favor, concrete lo que hemos de hacer nosotros para que "su vivir" se traduzca en una realidad práctica...

 -Sí. Exijo que se me encargue de la dirección total de la sección en la que va a ser fabricado el "Vitalín", por lo que se refiere a su aspecto químico. Sueldo mensual mínimo de mil marcos. Y, además, un tanto por ciento en los beneficios netos de la venta -dijo Helene, concisa.

 -¿Qué porcentaje?

 -¿Han calculado ya el precio de venta del producto? ¿Qué venta creen ustedes que pueden dar como asegurada?

 -Calculo... muy por lo alto... que podremos vender... a dos marcos ochenta por mayor. La cantidad que esperamos colocar... suponemos que será bastante grande; de otra forma no emplearíamos tanto capital en las instalaciones que se necesitan. El costo de fabricación resulta elevado y el beneficio será mínimo. Caso que usted lo desee, le presentaríamos los cálculos que hemos hecho, aunque temo que no comprenda gran cosa...

 -Creo que sí. He trabajado mucho en temas estadísticos y técnica financiera desde la muerte de Köbellin -dijo Helene Willfuer escuetamente-. Exijo el dos por ciento del beneficio neto. Espero que bien pronto se puedan reducir los costos de fabricación. Para ello será preciso montar un laboratorio para mi uso personal. 

 -Tenemos laboratorios donde trabajan cuarenta químicos en plan de investigación...

 -Necesitaré un laboratorio para mi uso personal, con dos ayudantes y dos encargados. Quiero investigar en nuevos productos. No me doy por satisfecha con el hallazgo del "Vitalín". Esto es solamente una parte: el principio. Poseer un laboratorio propio es para mí mucho más importante que toda cuestión financiera... -dijo Helene, impaciente, y la sombra rojiza de sus ojos se hizo más profunda".