Libro sexto. Capítulo II
"El fundamento básico del sistema democrático es la libertad (pues esto suelen decir, como si sólo en ese sistema se gozara de libertad, ya que a esto aseguran que tiende toda democracia), y un rasgo de libertad es el ser gobernado y gobernar alternativamente. En efecto, la justicia democrática consiste en tener los mismo numéricamente y no según el mérito, y siendo esto lo justo, el vulgo necesariamente es el dueño y en lo que está de acuerdo la mayoría, eso es la meta y eso es lo justo; ya que, según ellos, cada ciudadano debe ser igual. Por consiguiente, en las democracias sucede que tienen más autoridad los pobres que los ricos, pues son más, y la autoridad es aquello en lo que está de acuerdo la mayoría. Así que un indicio de la libertad es esto, y todos los demócratas lo consideran como elemento definidor de su régimen. Un rasgo también es el vivir como se quiera; pues afirman que esto es obra de la libertad, si es que es propio del esclavo el no vivir como quiera. Así que esto es un segundo elemento definidor de la democracia, y de ahí ha derivado el no ser gobernado ante todo por nadie, pero si no, alternativamente, y se contribuye de esta forma a la libertad basada en la igualdad.
Siendo ésos los supuestos y tal el origen de la democracia, he aquí las medidas democráticas: que se elijan todos los cargos entre todos, que todos manden sobre cada uno y cada uno alternativamente sobre todos, que se sorteen los cargos, todos o los que no requieran experiencia y técnica, que las magistraturas no dependan en absoluto de la renta o de una renta mínima, que no desempeñe dos veces una magistratura la misma persona jamás o en raras ocasiones y sólo unas cuantas fuera de las de la guerra, que sean de poca duración los cargos, todos o los que lo permitan, que administren justicia todos elegidos entre todos y sobre todo tipo de cuestiones o sobre la mayoría, los más importantes y más decisivos, como por ejemplo, sobre las rendiciones de cuentas, la Constitución y los contratos privados, que la Asamblea tenga autoridad sobre todos los asuntos o sobre los de mayor importancia y que ninguna magistratura tenga autoridad sobre nada o sobre cuestiones mínimas (y entre las magistraturas la más democrática es la de Boulé, donde no hay bastantes recursos para pagar a todos, ya que entonces quitan a esta magistratura su poder; en efecto, en sí mismo hace recaer todas las decisiones el pueblo cuando hay bastantes recursos para pagar, como se ha dicho antes en la investigación precedente); además, que reciban un sueldo a ser posible todos, la Asamblea, los tribunales y los magistrados, y si no, los magistrados y los tribunales, la Boulé y las asambleas principales, o entre las demás instituciones aquéllas que necesiten celebrar banquetes comunitarios entre ellas. Que así como una oligarquía se define por el rango, la riqueza y la educación, lo específico de la democracia parece que es lo contrario de esto: la falta de abolengo, la pobreza y la rusticidad. Además, de los cargos, que ninguno sea vitalicio y si alguno procede de un cambio antiguo que se le quite su poder y que se den por sorteo en vez de por elección. Así pues, éstos son los rasgos comunes a las democracias, y precisamente a partir del concepto de justicia que todos reconocen como democrático (esto es, que todos tengan lo mismo numéricamente) la que se puede considerar mejor como democracia y pueblo. Pues igualdad es que no manden más los pobres que los ricos ni que tenga autoridad sólo ellos, de acuerdo con una igualdad numérica, ya que así podría pensarse que hay igualdad y libertad en el régimen".
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