jueves, 25 de junio de 2015

"La educación infantil".- Antón S. Makarenko (1888-1939)


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El trabajo en la educación familiar

 "Con el transcurso del tiempo las tareas adquieren más carácter de trabajo que de juego y se hacen más complejas. Enumeramos algunos aspectos del trabajo infantil, dejando a cada familia el cuidado de modificar o extender la lista según las condiciones de vida y la edad de los niños:
 1.-Regar las plantas.
 2.-Quitar el polvo de algunos muebles.
 3.-Preparar la mesa.
 4.-Llenar saleros y pimenteros.
 5.-Cuidar el escritorio del padre.
 6.-Ocuparse del cuidado de la biblioteca familiar y tener los libros en orden.
 7.-Recibir los periódicos y ponerlos en su lugar, separando los viejos.
 8.-Alimentar al perro o al gato.
 9.-Limpiar el cuarto de baño, comprar jabón, dentífrico y las hojas de afeitar para el padre.
 10.-Encargarse del arreglo de una habitación o de algún rincón.
 11.-Coser los botones de su ropa y tener en orden los elementos necesarios.
 12.-Responsabilizarse del orden en el aparador.
 13.-Cepillar las ropas del hermanito o del padre.
 14.-Adornar el cuarto con retratos, postales o reproducciones.
 15.-Cuando hay una huerta, hacerse cargo de la siembra, el cuidado y la cosecha de una parte.
 16.-Cuidar de que en la casa haya siempre flores.
 17.-Atender el teléfono y tener al día la libreta de direcciones.
 18.-Tener un plano de los itinerarios de los medios de transporte y marcar en él los lugares a que los familiares viajan con más frecuencia.
 19.-Los niños mayores pueden ocuparse de organizar las salidas familiares a espectáculos, proveerse de programas y adquirir las localidades.
 20.-Tener en el mayor orden el botiquín doméstico cuidando de que no falte lo indispensable.
 21.-Mantener la casa libre de insectos.
 22.-Ayudar a la madre o a la hermana en los quehaceres domésticos.
 Cada familia encontrará otras ocupaciones parecidas, más o menos entretenidas y accesibles al niño.  Es obvio que el programa de labor no debe ser excesivo, pero conviene que no haya una diferencia demasiado grande entre el cúmulo de tareas domésticas de los padres y el de los hijos.
  Cuando en la casa hay personas de servicio, los niños se acostumbran a confiar en el trabajo de aquéllos en circunstancias en que podrían bastarse a sí mismos. Los padres deben vigilar este aspecto y procurar que nadie realice las tareas que el niño puede y debe llevar a cabo por sus propios medios.
 Al asignarse la labor en el ambiente familiar es necesario tener en cuenta la tarea escolar del niño -que es más importante- para evitar que se vea frente a obligaciones excesivas. La tarea escolar tiene preferencia y los niños deben comprender que con ella no cumplen únicamente una función personal sino también una función social, de cuyo éxito responden ante los padres y ante el Estado. Pero sería erróneo enaltecer solamente el trabajo escolar y desestimar cualquier otro. La dedicación exclusiva al trabajo escolar no es conveniente porque despierta en los niños un desdén total por la vida y el trabajo del grupo familiar. La atmósfera colectivista debe respirarse siempre en la familia y traducirse con la mayor frecuencia posible en la ayuda mutua de sus integrantes.
 ¿Cómo se puede y se debe provocar en el niño el esfuerzo de trabajo? En las más variadas formas. En la primera infancia hay que valerse de los recursos apropiados para sugerir y enseñar muchas cosas al niño, pero en general la fórmula ideal consiste en que aquél señale por propia iniciativa la necesidad de realizar una tarea -en vista de que la madre o el padre no tienen tiempo para hacerla- y colabore espontáneamente. Educar la buena voluntad para el trabajo y la atención a las necesidades del grupo familiar es educar un verdadero ciudadano soviético". 

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