lunes, 4 de mayo de 2015

"Compendio de teología".- Santo Tomás de Aquino (1225-1274)


Resultado de imagen de tomas de aquino 

Capítulo CXXVI.- Del grado y orden de los ángeles

"Como toda operación de una sustancia intelectual, en cuanto intelectual procede del entendimiento, necesario es que en las sustancias intelectuales la operación, la superioridad y el orden sean diferentes, según los diversos modos de inteligencia. Cuanto más elevado o más digno es el entendimiento, tanto más posibilidad tiene para considerar las razones de los efectos en una causa más elevada y más universal. Antes hemos dicho también que una inteligencia superior tiene especies inteligibles más universales. El primer modo de entender que conviene a las sustancias intelectuales es participar en la causa primera, es decir, en Dios, del conocimiento de las razones de los efectos y, por consiguiente, de sus obras, supuesto que por su medio Dios produce los efectos inferiores. Esto es propio del primer orden de las jerarquías, que se dividen en tres órdenes, en conformidad a las tres cosas que se observan en toda arte de operación. La primera, es el fin de donde se toman las razones de las obras; la segunda, las razones de las obras existentes en la mente del artífice, y la tercera, la aplicación de las obras a los efectos. Es propio del primer orden recibir del Sumo Bien, como fin último de las cosas, el conocimiento de los efectos; y por esta razón se dice que los serafines están como abrasados o encendidos en el fuego del amor, porque el bien es el objeto del amor. Es propio del segundo orden contemplar los efectos de Dios en las mismas razones inteligibles, según están en Dios, y por esta razón los querubines reciben su nombre de la plenitud de la ciencia. Es propio del tercer orden considerar en Dios mismo cómo las criaturas entran en participación de las razones inteligibles aplicadas a los efectos, y por esta razón son llamados Tronos, porque Dios descansa sobre ellos. El segundo modo de entender es considerar las razones de los efectos en las causas universales, lo cual es propio de la segunda jerarquía, que se divide también en tres órdenes, según las tres cosas pertenecientes a las causas universales que obran principalmente en el orden intelectual. La primera es preordenar lo que debe hacerse, y ésta es la razón por la que entre los arquitectos las primeras artes son preceptivas  y reciben el nombre de arquitectónicas. En virtud de esto recibe el nombre de Dominaciones el primer orden de estas jerarquías; porque, en efecto, al Señor corresponde dar preceptos y preordenar. La segunda cosa que se encuentra en las causas universales, es aquello que mueve desde luego para la ejecución de las obra, como poseyendo el principado de la ejecución y por esto el segundo orden de esta jerarquía recibe el nombre de Principados, según San Gregorio, o Virtudes, según san Dionisio; derivándose esta denominación de virtudes de la grandísima virtud que hay en ellas para obrar desde luego. La tercera cosa que se encuentra en las causas universales es aquello que separa los obstáculos que se oponen a la ejecución, y por eso el tercer orden de esta jerarquía es llamado Potestades, siendo su oficio alejar todo lo que puede ser obstáculo para la ejecución de las órdenes divinas. Esta es la razón por la que se dice también que las potestades alejan los demonios. El tercer modo de entender es considerar las razones de los efectos en los efectos mismos, lo cual es propio de la tercera jerarquía, que está en relación inmediata con nosotros, que recibimos de los efectos mismos el conocimiento que de ellos tenemos. Esta jerarquía tiene también tres órdenes, siendo el más inferior el de los ángeles, llamados así porque anuncian a los hombres las cosas necesarias para su gobierno, razón por la que son también llamados guardas o custodios de los hombres. Sobre este orden está el de los arcángeles, por cuyo medio se anuncia a los hombres todo aquello que es superior a la razón, como los misterios de la fe. El orden más elevado de esta jerarquía es llamado Virtudes, según san Gregorio, porque obra cosas sobrenaturales para probar las cosas que anuncia y son superiores a las razones, y por eso se dice que es propio de las virtudes obrar los milagros. San Dionisio, por el contrario, llama Principados al primer orden de esta jerarquía, para enseñarnos que los Principados presiden a cada nación, los ángeles a cada hombre y los arcángeles están encargados de dar a conocer a cada hombre las cosas pertenecientes a la salud común. Obrando una potencia inferior en virtud de la potencia superior, el orden inferior ejerce las funciones del orden superior, en cuanto que obra por su virtud, al paso que las potencia superiores poseen de una manera más excelente lo que pertenece a las inferiores. Por esta razón todo es común entre ellas, de cierta manera; pero sin embargo toman nombres particulares de las cosas que respectivamente les convienen. El último orden ha conservado el nombre común, obrando como obra por la virtud de todos. Siendo, como es, privilegio del superior obrar sobre su inferior, y como por otra parte la acción intelectual consiste en enseñar o instruir, los ángeles superiores, en tanto que instruyen a los inferiores, los purifican, los iluminan y los perfeccionan. Los purifican en cuanto remueven su ignorancia; los iluminan en cuanto que por medio de su luz robustecen la inteligencia de los inferiores, haciéndoles más aptos de concepciones más altas y los perfeccionan, conduciéndolos a la perfección de una ciencia superior; porque todas estas tres cosas, como dice San Dionisio, conducen a la adquisición de la ciencia. Nada de esto es obstáculo, sin embargo, para que todos los ángeles, aun los más inferiores, vean la esencia divina. En efecto, aunque cada uno de los espíritus bienaventurados vea a Dios en esencia, los unos le ven más perfectamente que los otros, como se deduce de lo dicho antes. Cuanto más perfectamente es conocida una causa, tanto mayor es el número de los efectos en ella conocidos; por consiguiente, sólo los efectos divinos que los ángeles conocen en Dios más perfectamente que en los demás, son objeto de la instrucción que comunican a los inferiores, pero no la esencia divina, cuya visión tienen todos inmediatamente".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Realiza tu comentario: