martes, 26 de mayo de 2015

"Jubiabá".- Jorge Amado (1912-2001)


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"El doctor Gustavo Barreira baja del taxi y sube de dos en dos las escaleras del sindicato. Cuando entra se hace el silencio. Se sienta a la mesa, en el lugar que le cede el presidente. Pide la palabra:
 -Señores, como abogado vuestro, trabajé toda la tarde junto a los directores de la Compañía Circular. Testimonio mejor de mi trabajo y de mi honrado esfuerzo es la grata noticia que os traigo. Señores: seré conciso. El caso se ha solucionado... (los oyentes se empujan para oír mejor), gracias a los esfuerzos de todos. Tras discutir toda la tarde llegamos a la conclusión de que el caso quedaría perfectamente liquidado, y con honor para ambas partes, si todos ceden un poco (se oye un murmullo en la sala). Por un lado, la Compañía cede en su intransigencia, que llegaba hasta el punto de no admitir ningún entendimiento con los obreros mientras siguiera la huelga, y al fin, no sólo tuvo que entrar en negociaciones, sino que incluso aceptó las bases de un acuerdo. En cuanto a los obreros, cederían en un cincuenta por ciento de sus exigencias y la Compañía pagaría un cincuenta por ciento de aumento a contar del día siguiente.
 -¿Eso es política de obrero o de abogado? -interrumpió Severino.
 -Es la mejor política... -El doctor Gustavo sonríe con su más aterciopelada sonrisa-. Siempre es mejor ir conquistando paso a paso aquello que no puede lograrse de un golpe. Si dais oído a los agitadores profesionales, la lucha estará perdida para vosotros, pues si extremáis demasiado vuestras peticiones, esta actitud se volverá contra vosotros como un puñal de dos filos: el hambre llamará a vuestras puertas y la miseria habitará en vuestro hogar.
 -El sindicato tiene dinero para aguantar la huelga...
 -¿Incluso para aguantarla en caso de que se eternice?
 -Un día u otro acabará. La ciudad no puede quedarse eternamente sin luz y sin tranvías. ¡Exigimos que nos den lo que pedimos! ¡No nos desalentemos, compañeros!
 El doctor Gustavo está rojo de cólera:
 -Usted no sabe lo que dice. Yo soy abogado, y entiendo de esto...
 -Y nosotros entendemos de lo que es preciso para no morir de hambre...
 -¡Bien, negro! -apoya Balduino.
 Un muchacho pide la palabra. Empiezan a aplaudir apenas aparece en la mesa.
 -¿Quién es? -pregunta Antonio Balduino al negro Henrique.
 -Es un empleado de las oficinas. Se llama Pedro Corumba. Tiene escrita una historia con lo que pasó él y su familia en Sergipe. Ya la leí... Es un veterano de las huelgas. Ya hizo la huelga en Sergipe, en Río, en Sao Paulo. Lo conozco. Luego te lo presento.
 -Cuando salgo de casa les digo a mis hijos: vosotros sois hermanos de todos los niños obreros de Brasil. Les digo esto porque yo puedo morir y quiero que mis hijos sigan luchando por la redención del proletariado. Compañeros: ¡nos están traicionando! No es la primera vez que hago una huelga. Y sé lo que es la traición. Un obrero no puede creer en alguien que no sea también obrero. Los otros embaucan y engañan. Este individuo que está aquí -e indica al doctor Gustavo- viene a reventarnos la huelga... Quizá es ya empleado de la Compañía. Quizá le han dado ya dinero para que...
 El doctor Gustavo da un puñetazo en la mesa, protesta, dice que el orador lo está insultando y que él es capaz de reaccionar. Pero los empleados clavan los ojos en Pedro Corumba, que continúa hablando:
 -Compañeros, nos están traicionando. No debemos aceptar la propuesta de la Compañía. Si nos ven débiles, mañana retirarán el aumento y nos dejarán como estábamos. Hemos de llegar hasta el fin. Prefiero morir antes que abandonar la huelga. Y venceremos, seguro. Si sabemos conducirnos, si sabemos dirigir nuestra lucha, conseguiremos lo que queremos. Somos una fuerza. Compañeros: no aceptemos que reduzcan nuestras condiciones. Nada de engaños. ¡Abajo Gustavo Barreira y la Circular! ¡Viva el proletariado! ¡Viva la huelga!
 -¡Viva! -La gente escucha con los ojos muy abiertos. Mariano sonríe, Henrique muestra los dientes. Antonio Balduino habla:
 -Los estibadores están de acuerdo con lo que dice el compañero Corumba. Vuestro caso aún no está resuelto. Tampoco el nuestro. Apoyaremos vuestra huelga y esperaremos que vosotros apoyéis la nuestra. Nada de tapujos. Que acepten nuestras propuestas tal y como las hicimos. Nada de aceptar la mitad.
 Propone que Gustavo Barreira, que los está traicionando, sea expulsado de la mesa. Si Antonio Balduino supiera que él era el que había sido amante de Lindinalva, seguro que no hubiera salido vivo de allí. El abogado se retira protegido por los policías. El abucheo le acompaña por la escalera".    

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