sábado, 2 de mayo de 2015

"Pigmalión".- George Bernard Shaw (1856-1950)


Resultado de imagen de george bernard shaw 

Acto segundo

"Higgins: ¡A su edad! ¿Vamos! Tiempo hay para pensar en el porvenir... cuando ya ha pasado. No seas tonta, Elisa. Haz lo que esta señora: piensa en el porvenir de los demás, nunca en el tuyo. Piensa en el presente, en bombones de chocolate, en taxis, en vestidos y alhajas.
 Elisa: Pues no, yo no pienso en vestidos y alhajas. Soy una muchacha honrá.

(Se sienta con aire de dignidad.)
 
 Higgins: Y seguirás siéndolo, Elisa, bajo el maternal cuidado de mistress Pearce, mi digna ama de llaves. Y más adelante serás la virtuosa esposa de un oficial de la Guardia, con unos hermosos bigotes, el hijo de un marqués, al que su padre desheredará por haberse casado contigo, pero luego se humanizará al ver tu hermosura y tu gracia...
 Pickering: Dispense, Higgins; esto pasa de la raya. Doy la razón a mistress Pearce. Si esta muchacha ha de estar en manos de usted para un experimento de seis meses, es preciso que sepa exactamente lo que ha de hacer.
 Higgins: Pero si es imposible, hombre. ¿Hay alguien de nosotros que sepa lo que hace? Si lo supiéramos, ¿lo haríamos?
 Pickering: Eso será muy agudo; pero, francamente, no es de buen sentido. (A Elisa) Oiga usted, Elisa.
 Elisa: Usté dirá.
 Higgins: Déjese usted de quijotismos, Pickering; con cierta clase de personas, cuantas menos complicaciones, mejor. ¡Caramba! Como militar ya podía usted saberlo. Que sepa lo que exijo y punto concluido. Fíjate, Elisa: has de vivir aquí durante seis meses; aprenderás a hablar correctamente para luego poder ser vendedora en una tienda elegante de flores. Si te portas bien y haces lo que te mando, tendrás un bonito dormitorio, comerás opíparamente y dispondrás de dinero abundante para comprarte dulces y pasearte en taxi. Si eres holgazana y reacia, dormirás en la despensa y te darán de palos. Al cabo de seis meses irás en automóvil de lujo a palacio, vestida a la última moda y adornada con muchas alhajas. Si el rey descubre que no eres una señora de verdad, mandará apresarte y bajarte a una cueva, donde serás decapitada, ¿entiendes?, donde te cortarán la cabeza, como escarnio de floristas presumidas. Si, por el contrario, no descubren tu verdadera condición; en una palabra, si das el timo, tendrás un regalo de siete libras y seis peniques para que los gastes en lo que más te guste. (A Pickering.) ¿Qué? ¿Está usted satisfecho ahora? (A Mistress Pearce.) Vamos, señora, ¿es esto hablar como se debe?
 Mistress Pearce: (Con paciencia.) Está bien; pero creo que lo mejor será que me deje usted hablar a solas con la muchacha. Yo no sé si podré admitirla aquí. No dudo de que las intenciones de ustedes sean buenas; pero todos podemos incurrir en grandes responsabilidades. Usted nunca repara en peligros cuando se encariña con alguna idea. En fin, bueno... Venga conmigo, Elisa.
 Higgins: Muy bien. Ande usted y llévela al cuarto de baño.
 Elisa: Yo, ¿pa qué voy a ir al cuarto de baño? Ya estoy yo escamá hasta las cachas. ¿Qué s'han figurao? A mí nadie me da de palos. ¿Qué tengo yo que hacer en Palacio? ¿Qué falta me hace a mí jugarme la cabeza?
 Mistress Pearce: Muchacha, no sea tonta. Venga conmigo, que le explicaré todo.

(Va hacia la puerta y la abre.)

 Elisa: Como usted quiera; pero a mí no me la dan, coste... ¡Pa chasco!
 
(Vase. Mistress Pearce cierra la puerta y las quejas de Elisa ya no se oyen. Pickering va de la chimenea a la silla y se sienta en ella a horcajadas, apoyando los brazos cruzados en el respaldo.)
 
 Pickering: Dispense usted la pregunta, Higgins: ¿qué opinión tiene usted de las mujeres?
 Higgins: Bastante mediana, si he de decir la verdad.
 Pickering: Hombre, explíquese.
 Higgins: (Sentándose en el taburete del piano.) Pues mire: siempre he visto que en trabando amistad con una mujer, ésta se vuelve celosa, envidiosa, exigente, desconfiada y cargante por todos los estilos. Si me enamoro de ella, entonces bastante peor: se hace tiránica y egoísta. Las mujeres no valen más que para trastornarlo todo. Si permitimos que se inmiscuyan en nuestra vida, nos encontramos con que ellas tiran por un lado y nosotros por el otro".  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Realiza tu comentario: