domingo, 4 de enero de 2015

"Expulsión de la bestia triunfante".- Giordano Bruno (1548-1600)


  

"Para haceros ver a ti, Júpiter, y a vosotros, dioses, que en casa del Ocio no faltan las personas doctas y letradas, ocupadas en los estudios, además de aquéllas ocupadas en los negocios de las que hemos hablado, ¿os parece a vosotros que en casa del Ocio se está ocioso en lo que a la vida contemplativa se refiere, donde no faltan gramáticos que disputar sobre qué ha sido anterior, si el nombre o el verbo, de por qué el adjetivo se pone delante y detrás del sustantivo, de por qué a la hora de hablar alguna cópula como por ejemplo et se pone delante y alguna otra como por ejemplo que se pone detrás, cómo es que la e y la d añadiéndole la lanza y partiendo la d por la mitad viene a representar fácilmente el retrato de aquel dios de Lampsaco que cometió el asinicidio por envidia o sobre quién es el autor a quien debe atribuirse legítimamente el libro de los Priapea, si el Marón mantovano o bien el sulmonés Nasón? Dejo a un lado otros muchos y hermosos motivos similares y aún más graciosos que éstos.
  Tampoco faltan allí dialécticos que investigan si Crisaorio, que fue discípulo de Porfirio, tenía la boca de oro por naturaleza o bien por reputación o solamente de nombre; si el Peri Hermeneias debe ponerse delante o bien detrás o bien delante o detrás ad libitum de las Categorías; si el individuo indefinido debe ser numerado y puesto en medio como un sexto predicable o bien figurar como escudero de la especie y caudatorio del género; si tras ser expertos en el silogismo debemos aplicarnos primeramente al estudio de los Posteriores, donde se concluye el arte del juicio, o bien pasar inmediatamente a los Tópicos, en los que se lleva a la perfección el arte inventiva; si es preciso practicar los argumentos capciosos ad usum vel ad fugam vel in abusum; si los modos que forman las proposiciones modales son cuatro o cuarenta o cuatrocientos; me callo otras mil bellas cuestiones.
  Hay allí físicos que se preguntan si puede haber ciencia de las cosas naturales, si el sujeto es ente móvil o cuerpo móvil o ente natural o cuerpo natural; si la materia tiene otro acto que el entitativo; dónde está la línea en que coinciden lo físico y lo matemático; si hay o no creación y producción de la nada; si la materia puede darse sin la forma; si varias formas sustanciales pueden estar juntas al tiempo que otras innumerables preguntas similares a éstas acerca de cosas evidentísimas son puestas en cuestión con investigaciones inútiles.
  Los metafísicos se rompen allí la cabeza a propósito del principio de individuación, a propósito del sujeto ente en cuanto ente, en torno a la prueba de que los números aritméticos y las magnitudes geométricas no son la sustancia de las cosas, acerca de las ideas sobre si es cierto que tienen el ser subsistencial por sí mismas; a propósito del ser y de la esencia; acerca del ser mismo o diferente, subjetiva y objetivamente; acerca de los accidentes iguales en número en uno o más sujetos; acerca de la equivocidad, univocidad y analogía del ente; acerca de la conjunción de las inteligencias y de los orbes estelares, si se da por modo de alma o bien por modo de motor; si en una magnitud finita puede darse una virtud infinita; sobre la unidad o pluralidad de los primeros motores; sobre la escla del progreso finito o infinito en causas subordinadas y acerca de tantas cosas semejantes que vuelven locas a tantas cogullas y extraen el jugo de la nuca a tantos protósofos".

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