El hombre más famoso del mundo
"Un buen día, un joven decidió hacerse famoso.
-Quiero ser el hombre más famoso del mundo -les dijo a sus amigos.
-¿Piensas llegar a ser una estrella del pop? -le preguntaron los amigos-. ¿Un científico? ¿Un político? ¿Un astronauta? ¿O pretendes inventar el mejor juego de ordenadores del mundo?
-Nada de eso -contestó el joven-. Sólo quiero ser famoso.
-Ya, pero tendrás que hacer algo para llegar a ser famoso -dijeron los amigos.
-Para hacerse famoso -repuso el joven- lo único que hay que hacer es hacerse famoso.
-No lo entendemos -dijeron los amigos.
-No importa -dijo el joven-. Dadme la mano. Así podréis decir algún día que habéis estrechado la mano del hombre más famoso del mundo.
Todos le miraron preocupados pero, para no llevarle la contraria, le fueron dando la mano.
Y, como os podéis figurar, todos los amigos del joven comentaron en su casas y a sus respectivos amigos la extraña idea de su amigo, y pronto todos los amigos de los amigos del joven y también todos los amigos de los amigos de los amigos del joven tuvieron noticia de su proyecto.
Entretanto, el joven pintó una gran pancarta en la que se leía: "Yo soy Alejandro Altivo y tengo la intención de convertirme en el hombre más famoso del mundo. Aprovecha la ocasión para estrechar ahora mi mano."
En cuanto tenía un rato libre, agarraba la pancarta y se dedicaba a pasear con ella por los lugares más concurridos de la pequeña ciudad.
Casi todos contemplaban tan extraña pancarta y, sacudiendo la cabeza, seguían su camino. Pero algunos pensaban: "¡Quién sabe! Tal vez lo consiga", y se acercaban a él para darle la mano.
Y, a todos los que lo hacían, decía el joven:
-Me alegra ver que confía en mí. Ya lo verá. Algún día podrá decir que ha estrechado la mano del hombre más famoso del mundo.
Y los que le habían dado la mano se lo comentaban a los amigos diciendo:
-Ya verás cómo lo consigue.
Transcurrido algún tiempo, Alejandro Altivo se pasó por la redacción del pequeño periódico local, comunicando sus intenciones al redactor. Y como en la ciudad no habían ocurrido demasiadas cosas interesantes, el redactor escribió un artículo sobre Alejandro Altivo, que pretendía llegar a ser el hombre más famoso del mundo.
A partir de este momento toda la pequeña ciudad comenzó a hablar de Alejandro Altivo, opinando algunos que sería estupendo que el hombre más famoso del mundo procediera precisamente de su ciudad, con lo que todos podrían enorgullecerse. Otros comentaban que era una vergüenza que gente así estuviera en libertad y que más valdría que trabajara y se ocupara de su familia. Las cartas a favor y en contra de Alejandro Altivo comenzaron a llenar la redacción del periódico de la pequeña ciudad, hasta el punto de que el ayuntamiento y el alcalde se vieron obligados a ocuparse del asunto. No consiguieron llegar a conclusión alguna.
Pero ocurrió que el periódico local dio cuenta de la sesión del ayuntamiento, apareciendo una foto grande del alcalde y una foto pequeña de Alejandro Altivo.
Y el joven fue recortando todos los artículos y todas las cartas a la redacción que trataban sobre su persona; sacaba una copia y los enviaba luego a los grandes periódicos del país. Y ciertamente algunos redactores de los grandes periódicos encontraron muy interesante que toda una ciudad se pelease por un hombre que pretendía llegar a ser el hombre más famoso del mundo. Y un periódico destacó incluso a un periodista a fin de que entrevistase a Alejandro Altivo. Y en el siguiente suplemento dominical de dicho periódico pudo leerse la historia de Alejandro Altivo. Apareció una gran foto suya bajo el titular: "¿Lo conseguirá?"
Cuando la gente de la pequeña ciudad leyó el artículo que sobre Alejandro Altivo se había publicado en los periódicos grandes, todos querían ahora, como es natural, estrechar la mano de un hombre tan famoso. Y cuando Alejandro Altivo volvió a aparecer en la Plaza Mayor se organizó un tumulto".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Realiza tu comentario: