Libro II
"[...]. / De igual modo
que en mis versos contemplas diferente / la combinación y orden de las letras;
pues aunque las palabras se componen / en parte de los mismos elementos,
en el orden difieren solamente: / así en los cuerpos de Naturaleza
si cambian las distancias, direcciones / uniones, gravedades, orden, choques,
colocación, reencuentros y figuras, / serán los resultados muy diversos.
[...]
Pésalo tú con juicio más delgado. / Abraza mis verdades si son ciertas
o ármate contra ellas, si son falsas; / con la razón el ánimo examina
lo que hay del otro lado de los muros / del orbe, en los espacios infinitos,
hasta do quiera penetrar la mente, / y el espíritu libre remontarse.
Primero, como dije, es infinito / el gran todo hacia arriba, y hacia abajo,
por izquierda y derecha, a todos lados: / así lo aclama la experiencia misma
y lo declara la naturaleza / del infinito: luego, si un espacio
se extiende ilimitado a todas partes, / si semillas sin número movidas
por este espacio inmenso nadan siempre / desde la eternidad con mil figuras,
¿es probable que no se haya criado / mas que el cielo y el orbe de la tierra;
que estén en los espacios ulteriores / innumerables átomos ociosos;
habiendo especialmente fabricado / este mundo por sí naturaleza,
y los mismos principios de los cuerpos / de suyo por acaso reunidos
con choques y continuos movimientos / enteramente inútiles y vanos
masas particulares produjeron / como mar, tierra, cielo y animales?
¿Quién no ha de confesar racionalmente / que forma la materia reunida
otros muchos compuestos como éste, / que el aire abraza en su recinto inmenso?
Cuando además materia en abundancia / está dispuesta, y un espacio pronto
a recibirla, ni su movimiento / impide algún estorbo, es claro deben
formarse seres; y hay tan gran copia / de principios que no pueden contarlos
aunque se junten mil generaciones: / y si para juntarse en otra parte
tienen la fuerza y la naturaleza / igual a los principios de este mundo,
es preciso confieses que las otras / regiones del espacio también tienen
sus mundos, varios hombres y animales.
Además de esto, en la naturaleza / no hay un solo individuo de su especie
que nazca y crezca único y aislado, / y que no forme parte de una clase
muy numerosa: en especial, observa / animales y fieras montaraces,
hombres y mudos peces escamosos / todos los cuerpos de las varias aves;
por lo menos diremos precisados / que el cielo, tierra, mar, el sol y luna,
y todo cuanto existe no son cuerpos, / e individuos únicos aislados;
antes llegan a ser innumerables, / porque su duración es limitada,
y porque nacen como las especies / que constan de infinitos individuos.
Después del día genital del mundo / cuando mar, tierra y sol también nacieron,
[...]"
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