domingo, 14 de febrero de 2016

"Escritos".- San Francisco de Asís (1181-1226)

 
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Cántico del Hermano Sol o Alabanzas de las criaturas

 "Altísimo, omnipotente, buen señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas
especialmente el señor hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
Y él es bello y radiante con gran esplendor;
de ti, Altísimo, lleva significación.
Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las has formado luminosas y preciosas y bellas.
Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo
por el cual a tus criaturas das sustento.
Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.
Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche
y él es bello y alegre y robusto y fuerte.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.
Loado seas, mi Señor, por aquéllos que perdonan por tu amor
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquéllos que las soporten en paz
porque por ti, Altísimo, coronados serán.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
¡Ay de aquéllos que mueran en pecado mortal!:
bienaventurados aquéllos a quienes encuentre en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.
Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad".

Carta a las autoridades de los pueblos

"A todas las autoridades y cónsules, jueces y gobernantes de toda la tierra y a todos los demás a quienes lleguen estas letras, el hermano Francisco, vuestro pequeñuelo y despreciable siervo en el Señor Dios, os desea a todos vosotros salud y paz.
 Considerad y ved que el día de la muerte se aproxima (Gén 47,29). Os ruego, por tanto, con la reverencia que puedo, que no echéis en olvido al Señor ni os apartéis de sus mandamientos a causa de los cuidados y preocupaciones de este siglo que tenéis, porque todos aquellos que lo echan al olvido y se apartan de sus mandamientos son malditos (Sal 128,21) y serán echados por él al olvido (Ez 33,13). Y cuando llegue el día de la muerte, todo lo que creían tener, se les quitará (Lc 8,18). Y cuanto más sabios y poderosos hayan sido en este siglo, tanto mayores tormentos sufrirán en el infierno (Sab 6,7). Por lo que os aconsejo firmemente, como a señores míos, que, habiendo pospuesto todo cuidado y toda preocupación, recibáis benignamente el santísimo cuerpo y la santísima sangre de nuestro Señor Jesucristo en santa memoria suya. Y tributad al Señor tanto honor en medio del pueblo que os ha sido encomendado que cada tarde se anuncie por medio de pregonero, o por medio de otra señal, que se rindan alabanzas y gracias por el pueblo entero al Señor Dios omnipotente. Y si no hacéis esto, sabed que tendréis que dar cuenta ante el Señor Dios vuestro, Jesucristo, en el día del juicio (Mt 12,36).
 Los que guarden consigo este escrito y lo observen, sepan que son benditos del Señor Dios".

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