viernes, 5 de diciembre de 2014

"Cartas de la conquista de México". Hernán Cortés (1485-1547)


 

"Pasada esta puente nos salió a recibir aquel señor Muteczuma con fasta doscientos señores, [...] y sentado, propuso en esta manera: "Muchos días ha que por nuestras escrituras tenemos de nuestros antepasados noticias que yo ni todos los que en esta tierra habitamos no somos naturales della, sino extranjeros y venidos a ella de partes muy extrañas; e tenemos asimismo que a estas partes trajo nuestra generación un señor, cuyos vasallos todos eran, el cual se volvió a su naturaleza y después tornó a venir dende mucho tiempo; y tanto, que ya estaban casados los que habían quedado con las mujeres naturales de la tierra, y tenían mucha generación y fechos pueblos donde vivían; e queriéndolos llevar consigo, no quisieron ir, ni menos recibirle por señor; y así se volvió. E siempre hemos tenido que los que dél descendiesen habían de venir a sojuzgar esta tierra y a nosotros, como a sus vasallos. E según de la parte que vos decís que venís, que es a do sale el sol, y las cosas que decís deste gran señor o rey que acá os envió, creemos y tenemos por cierto el ser nuestro señor natural; en especial que nos decís que él ha muchos días que tiene noticias de nosotros. E, por tanto, vos sed cierto que os obedeceremos  y tenemos por señor en lugar de ese gran señor que decís, y que en ella no había falta ni engaño alguno; e bien podéis en toda la tierra que yo en mi señoría poseo, mandad a vuestra voluntad porque será obedecido y fecho, y todo lo que nosotros tenemos para lo que vos dello quisiéredes disponer. E pues estáis en vuestra naturaleza, y en vuestra casa, holgad y descansad del trabajo del camino y guerras que habéis tenido; que muy bien sé todos los que se vos han ofrecido de Puntunchan acá, e bien sé que los Cempos y de Tascaltecal os han dicho muchos males de mí; no creáis más de lo que por vuestros ojos veredes, en especial de aquellos que son mis enemigos y algunos dellos eran mis vasallos y hánseme rebelado con vuestra venida y por se favorecer con vos lo dicen; los cuales sé que también os han dicho que yo tenía las casas con las paredes de oro y que las esteras de mis estrados y otras cosas de mi servicio eran asimismo de oro y que yo era y me facía Dios y otras muchas cosas. Las casas ya las veis que son de piedra y cal y tierra". Y entonces alzó las vestiduras y me mostró el cuerpo, diciendo a mí: "Veísme aquí que so de carne y hueso como vos y como cada uno y que soy mortal y palpable". Asiéndose él con sus manos de los brazos y del cuerpo: "Ved cómo os han mentido; verdad es que yo tengo algunas cosas de oro que me han quedado de mis abuelos; todo lo que yo tuviere tenéis cada vez que vos lo quisiéredes. Yo me voy a otras casas, donde vivo; aquí seréis proveído de todas las cosas necesarias para vos y vuestra gente, e no recibáis pena alguna pues estáis en vuestra casa y naturaleza". Yo le respondí a todo lo que me dijo satisfaciendo a aquello que me pareció que convenía, en especial en hacerle creer que vuestra majestad era a quien ellos esperaban, e con eso se despidió; y ido, fuimos muy bien proveídos de muchas gallinas y pan y frutas y otras cosas necesarias, especialmente para el servicio del aposento. e desta manera estuve seis días, muy bien proveído de todo lo necesario y visitado de muchos de aquellos señores".

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