miércoles, 29 de junio de 2022

La interpretación de los sueños.- Artemidoro de Daldis [o de Éfeso] (s. II)


Artemidoro de Éfeso | Minificciones publicadas en la revista de ...
Libro V


 «Un individuo soñó que estaba unido mediante una cadena al pedestal de la estatua de Posidón que hay en el Istmo. Se convirtió en su sacerdote y, en consecuencia, ya no le fue posible alejarse de los lugares donde ejercía su ministerio.
   Un marido soñó que sacrificaba en público a la propia mujer como si se tratase de una víctima. Tras dividirla en trozos, la vendía y obtenía a cambios unos pingües beneficios. Y le parecía que disfrutaba con ello y que intentaba esconder el dinero así ganado a causa de la envidia suscitada entre los que estaban a su alrededor. Esta persona, por haber prostituido a su esposa, se enriqueció por medios infames y, en efecto, su comercio le resultaba provechoso desde el punto de vista del lucro, pero digno de permanecer en secreto.
   Un individuo soñó que entraba en el gimnasio de su ciudad natal y que veía su propia efigie, la cual en la realidad se alzaba en aquel lugar. A continuación le parecía que todo el revestimiento exterior del monumento se derrumbaba. A una persona que le interrogaba sobre el accidente que le había sucedido a la escultura le respondió en medio del sueño: “Mi estatua ha permanecido indemne, pero el edículo se ha arruinado”. Se quedó cojo de ambos pies, como era lógico. Pues el gimnasio simbolizaba el bienestar de todo el organismo, su figura se correspondía con el rostro y la construcción externa con el resto de su cuerpo.
   Un hombre soñó que se frotaba el trasero con polvos de incienso. Fue condenado por impiedad, dado que había profanado una sustancia con la que honramos a los dioses. El perfume indicaba que no conseguiría pasar inadvertido.
   Un individuo soñó que bebía mostaza triturada en estado líquido. Más tarde, fue procesado y acusado de homicidio. Tras ser declarado culpable, fue decapitado. En realidad, se trataba de una disolución que ni se usa ni resulta bebible en absoluto. Además la mostaza ingerida había sido previamente pasada por un objeto llamado criba y, en consecuencia, fue condenado a la pena capital por una persona con un nombre relacionado etimológicamente con dicho objeto, esto es, un juez.
 Un hombre soñó que era el río Janto que discurre por la Tróade. Durante diez años sufrió hemorragias, mas no llegó a morirse, lo cual era lógico, ya que el río es inmortal.
  Un individuo soñó que participaba en Nemea en las competiciones de pugilato en la categoría de adultos, y que vencía y era coronado. Se encontraba en un pleito por causa de un campo en el que había un enorme pantano. Y ganó el proceso debido a la vinculación del sueño con la naturaleza húmeda del terreno, puesto que los vencedores de Nemea son coronados con apio.
   Un hombre soñó que tenía en su colchón granos de trigo en lugar de vellones de lana. Éste tenía una mujer que nunca había concebido. En ese año quedó embarazada y dio a luz un varón. De hecho, el colchón significaba la mujer y los granos el semen del marido.
   Un individuo hizo un voto a Asclepio de que le sacrificaría un gallo si permanecía libre de enfermedad durante todo el año. Al día siguiente le ofreció inmolarle otro ejemplar en el caso de que no tuviera ninguna dolencia en la vista. Durante la noche soñó que esta divinidad le decía: “Me basta con un solo gallo”. En efecto, se conservó en buen estado de salud, pero contrajo una grave afección ocular, pues el dios, tras haber aceptado la primera víctima, rechazó la segunda.
  Un hombre acusado de malversación de fondos públicos soñó que había perdido los documentos que demostraban su inocencia. Al día siguiente, una vez que fue celebrada la causa, resultó absuelto. Esto era lo que precisamente le anunció el sueño: que ya no tendría necesidad de testimonios escritos eximentes por haber quedado libre de culpa.
  Un individuo soñó que encendía su lámpara con la luna. Y se quedó ciego. Ciertamente, prendió la llama en donde era imposible obtenerla. Aparte de que se suele afirmar que este astro carece de luz propia.
  Una mujer soñó que veía en la luna tres imágenes de sí misma. Dio a luz tres niñas gemelas y todas murieron en el mismo mes. Las imágenes representaban, en realidad, a las recién nacidas y figuraban en el interior de un único círculo. En consecuencia, las hijas eran contenidas en una misma membrana, según afirman algunos médicos, y no vivieron más tiempo por causa de la luna.
  Un adolescente, que practicaba la lucha y que estaba preocupado por su propia admisión en un certamen, soñó que Asclepio actuaba de juez y que el dios lo eliminaba mientras que participaba en el desfile con los otros jóvenes. En efecto, murió antes de la competición: de hecho, el dios le excluyó no del certamen, sino de la vida, de la cual es considerado supremo árbitro
  Un individuo soñó que veía en la luna su propio rostro. Partió para un largo viaje y se pasó la mayor parte de su vida peregrinando por países extranjeros. Ciertamente, la continua rotación del cuerpo celeste le obligaba a moverse sin cesar.
Libro: La interpretación de los sueños - 9788424913939 ...  Un hombre soñó que sus genitales eran de hierro. Le nació un hijo y éste, andando el tiempo, mató a su progenitor. En verdad, este metal es destruido por el óxido que el mismo produce.
  Un armador soñó que se encontraba en las Islas Afortunadas y que era allí retenido por los Héroes. Después, vio que Agamenón venía y lo liberaba. Le aconteció que, habiendo sido designado para realizar un transporte público por cuenta del Estado, fue obligado a ello por los prefectos del emperador. Luego, tras haber apelado al soberano, quedó libre de esta requisición.
  Un individuo que se encontraba de viaje soñó que había perdido la llave de su casa. Al regreso, se encontró con el hecho de que su hija había sido seducida. En realidad, el sueño le anunciaba que, en cierta medida, las cosas de su hogar no estaban a buen recaudo.
  Un hombre soñó que de su cabeza había nacido un olivo. Se entregó con empeño a la filosofía, cultivándola con asiduidad, tanto en la teoría como en la práctica. Ciertamente, este árbol es de hoja perenne, resistente y consagrado a Atenea. Y esta diosa es considerada como la personificación de la inteligencia.
  Un individuo soñó que él nacía al tiempo que el sol y que recorría el mismo curso que la luna. Se ahorcó y de esta manera, el sol y la luna, al salir, lo veían mecerse en el aire.
  Un hombre soñó que el esclavo, al que estimaba más en comparación con los restantes, se transformaba en una lámpara. Se quedó ciego y justamente fue guiado en lo sucesivo gracias a la ayuda de este siervo: de forma que veía la luz a través de él.
  Un individuo soñó que atravesaba un gran mar en el recipiente circular de un trípode. Después de haber sido acusado de diversos delitos fue condenado y confinado en una isla: de hecho, el objeto que lo llevaba en su travesía imaginaria estaba rodeado de agua por todas partes y se asemejaba a una isla.
  Un hombre soñó que despellejaba a su propio hijo y lo convertía en un odre. Al día siguiente, éste cayó en un río y se ahogó: en realidad, estos pellejos se obtienen de animales muertos y contienen líquido.
  Un individuo soñó que caía una estrella del cielo y que de la tierra subía otra hacia el firmamento. Esta persona era un esclavo de otro hombre. Más tarde, su amo murió y, cuando él creía que era libre y que no dependía de nadie, se topó con el hijo de su antiguo dueño y se vio obligado a continuar de esclavo sin remedio alguno. El astro caído significaba, por tanto, el muerto, y el que ascendía, el patrón que le vigilaría en lo sucesivo.
 Un individuo soñó que hacía sus necesidades en un cuartillo. Fue sorprendido cuando se unía carnalmente con su propia hermana. En efecto, el cuartillo es una medida y la medida equivale a la ley. En cierto modo, pues, transgredía la norma, al obrar en contra de los usos comúnmente aceptados por los griegos.
  Un hombre soñó que veía a su amante recostada en una jarra de barro. Esta mujer fue degollada por un esclavo público. En realidad, el hecho de encontrarse en el interior de una vasija de esta materia le pronosticaba con razón la muerte de esta persona y, además, a manos de alguien del pueblo, ya que esta clase de jarra es muy popular y sirve a todos.»

   [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Gredos, 1989, en traducción de Elisa Ruiz García. ISBN: 978-84-2491-393-9.]

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