domingo, 1 de mayo de 2022

Bambilandia.- Elfriede Jelinek (1946)


Elfriede Jelinek - Malos Tratos
Babel


 «Se fue hace mucho ese hombre por quien tanta devoción siento, a quien idolatro, a alguien tiene que idolatrar uno, su pensamiento inició un camino retrógrado, que lo alejó de nosotros, ahora su carácter no dejará su impronta en milenios, sino sólo en mí, la afectada, que espera y espera. Este hombre, como dije, ejerció un efecto extraordinario sobre el cuerpo, no, sobre el cuerpo no, sobre todos los cuerpos, o mejor dicho, podría haberlo hecho, pero no se aprovechó de ello, usó su miembro de forma relajada, como quien dice, consciente de su hiperdesarrollo, pero oigan, no estoy hablando del hiperdesarrollo de su miembro, ¡sino del de toda su persona! Debe haber irradiado algo esta persona, ¿era poder? No, no. Pero sí. Fue el poder de, a partir de un individuo indiferente como yo, formar un pueblo, como quien funda una religión, un pueblo que lo venera y que lo seguirá venerando por siempre para que él le depare la salvación. Determinaría mi destino durante milenios si pudiera seguir mi destino tanto tiempo. Como no puedo, lo que hago es perseguirlo sólo a él, que es mi destino. Hoy en día, la crónica informativa se reduce a tetas, culos, coños, que los periódicos serios deben tapar, y sí, ahora es un conocimiento que poseemos todos, cómo son estas partes, ¡Pero antes solamente en el culto a los héroes lograba uno llegar a ver alguna parte íntima! ¡Se rendía culto a los dueños del sexo!, cuál sexo no importa, al fin y al cabo hay uno solo. La escritura de la historia, en la que ahora a nosotros no nos dejan participar, los norteamericanos son los únicos que se pueden poner el carnet de miembro en el miembro, si uno tiene otro carnet, entonces en seguida lo controlan, sólo a los norteamericanos les dan los carnets de la historia, ¿pero quién soy yo?, ¿quién me creo que soy?, ay, pero a ver, ¿qué era lo que quería decir?, la escritura de la historia, la crónica de los hechos, la crónica de los destinos de los individuos que ejercieron el dominio, obviamente no sobre nosotros, de los destinos de los conquistadores, obviamente tampoco nuestros conquistadores, demasiado insignificantes éramos nosotros como para que los dominadores nos registrarán siquiera, en conclusión: la crónica de los hechos se ha metido en la crónica de las tetas, le ha cedido su lugar. Ahora las tetas y los coños hacen historia, y todos se dan prisa por meterse allí dentro, no importa cuantos hayan estado antes allí, para convertirse en un ser histórico y en el ser, la esencia de la historia, lo que queda de ella, cuando están dentro, mucha no queda, pero bueno, por favor, entonces, ese ser aprehende el ser, esencia de la historia a través del proceso de convertirse en cuerpo. Y ahora por favor otro favor, porque esto siempre fue así: tomaos de las manos en alto, en parejas, una detrás de la otra, en una fila, así yo me cuelgo de nuestras manos como de una escalera horizontal en la gimnasia deportiva, ¡y así voy avanzando y así os puedo seguir! La historia ha manufacturado cuerpos como la fábrica de conservas de Inzersdorf, o la que sea, pero la historia de los últimos tiempos consiste en que los cuerpos están ahí, ahí se quedan, a menos que estén en el extranjero, que los cuerpos pongan manos a la obra los unos sobre los otros. Matar se volvió superfluo. Follar también se volvió de algún modo impersonal, ¿no? Como lo hacen todos y lo pueden hacer en cualquier momento y en cualquier lugar, es como le pasó a la historia, cómo decirlo: se despersonalizó. La verdad, una pena, ¿no? Y como el polvo público tiene lugar entre beldades, uno quiere ser una beldad, disfrutar de ello, tenemos derecho a disfrutarlo, porque todos somos seres públicos, o no, en realidad no. Más bien digamos que no. Pero todo es y se hace público, eso no se discute. Lo que uno observa, las observaciones tienen lugar en el aire, no en el espíritu, hasta que parte el alma del moribundo que exhala el último suspiro, y precisamente por eso es que la gente se dice: hala, hala, y aprovecha la primera ocasión para quitarse la ropa. Algunos se cambian de ropa para aparecer renovados ante su pareja y luego poder volver a decepcionarla. Pero, insisto, observen esto: las nuevas circunstancias y relaciones históricas se reducen a esos ocultos e impersonales momentos donde uno se encuentra entre nos y dentro de uno mismo y dentro del otro. Lo que sucede porque somos seres animados, sí no no podríamos hacer nada, pero fijaos, una vez que todo fue animado por la televisión, llegó entonces la ciencia para volver a quitarle el alma a una parte del mundo y desarrollar una pantalla plana y la televisión digital. ¡Pero no, no, todo esto no guarda relación con las relaciones! Las relaciones son concretas, y de ellas se encarga la Misión de San Cristóbal. Ahí se sube uno sobre los hombros del otro, por ejemplo, un niño sobre un pedófilo, un portador de Dios que carga a la izquierda, y el niño es llevado en andas atravesando el río, la verga, el portador, no el portador de la verga sino del niño, se la ha puesto antes cómodamente sobre el hombro derecho, y las piernas del niño se las ha puesto pegadas alrededor del cuello, como uno de esos abrelatas, casi lo asfixia, esa postura casi lo asfixia mientras va avanzando por el agua, pero si el niño se cae y se ahoga, a San Cristóbal le quedará todavía su verga, no la suya, la del niño por supuesto, y las piernas puestas como un abre- apetitos carnales, como un abrelatas, uno de esos con aros de metal de distintos tamaños, yo también tengo uno de esos, en los que según el tamaño de la lata se elige el aro y se lo coloca alrededor del coño, digo de la lata, para abrirla, y luego vaciar su contenido, no importa adónde vaya el contenido después. Los seres humanos pastan el uno en el otro, así que no necesitan abridor, todo es campo de pastoreo. No es uno un animal y el otro el campo de pastoreo, Son dos campos de pastoreo que se devoran mutuamente y luego bajan la cabeza hacia el suelo entristecidos. Pero por quien lloran es por sí mismos, porque están solos. Tampoco necesitamos ya más lo animal que hay en nosotros, sin esa parte animal igual hacemos historia punto matamos sin necesidad y sin que nadie nos mande hacerlo. Para la historia también es importante que la economía tenga relaciones, Que la forma de alimentación tenga una relación con nosotros, que tengamos herramientas que Por su parte tienen relaciones entre ellas cuando descienden en Marte, en la arena en la arena en la arena, y todo resulta estéril estéril estéril, y que las caminatas que hace la gente por los senderos de montaña tengan relaciones o por lo menos las costumbres las construyan: en el refugio alpino se construye de forma precaria con los cuerpos algo correcto y adecuado con el solo fin de que uno pueda pasar por sus puertas, Y las puertas están ahí, solas, no, la verdad es que solas no están, tienen pareja, así que olvídense de ellas, no están disponibles, las casas del cuerpo abren ellas las puertas, y entonces entramos nosotros. Crecimiento demográfico, descontento popular y cambios climáticos son las consecuencias luego. Al gran hombre, el representante, el soberano, ya no le cabe ningún otro papel salvo el de oportunista de masas, qué consiste en representar oportunistamente las aspiraciones de las masas, y quien las represente mejor, ese será respetado como un grande mientras que los más seguirán teniendo poca importancia. Es en realidad fortuito que las aspiraciones de las masas se logren corporeizar en una persona, quiero decir, que se halle una persona que pueda corporizar algo así como una aspiración de la masa, y entonces después todos los otros cuerpos, cuyos pétalos se han abierto como Jesús en la cruz, sí, el de la herida en el costado. Podría hablar mucho sobre esa herida, sobre esa vulva ensangrentada que se abre en el costado, Amfortas y todo eso, el Sagrado Corazón de Jesús, en fin, ¡todos los demás se quieren mostrar de un modo tan exhibicionista! ¡Ustedes también se lo podrían haber ahorrado! No tienen más que esperar, en cualquier momento algo se va a abrir, algo seguro que se abre, sí siempre se trata de eso, de que se abra algo, un pantalón, una casa, en ese afán, en esa aspiración algo se abre y hace saltar los puntales por los Aires como calzoncillos que se arrancan y destrozan. 
Bambilandia (Áncora & Delfin): Amazon.es: Jelinek, Elfriede: Libros Después la gente destroza sus relaciones y no ve el momento de entrar en una nueva relación, o quizá más bien de descentrarse y hundirse en una relación, o que la relación lo hunda, oh señor, yo no soy digna de que entre en tu casa. Pero tú encarnas y apuntarlas mis aspiraciones tan bien, que a ti te elijo, y te autorizo a que me introduzcas un sólido puntal bien puesto como corresponde, quiero decir qué así quizá mejore mi resistencia, ¿pero por qué jadeas así? ¿Se te hace ya demasiado largo? ¿Y has notado también esa discrepancia entre tu persona y tu órgano genital? ¿Te resulta demasiado grande, demasiado pequeño, demasiado mediano? A mí me llamó la atención enseguida, apenas te vi, antes incluso de ver siquiera tu órgano genital me imaginé: ¡aquí seguro que habrá fuertes discrepancias! Uno demasiado grande, el otro demasiado pequeño, a ti te dejo ver cuál es cuál, no, no te dejo eso a ti, a ti te dejo como máximo la elección del local a donde ir a cenar, pero las elecciones locales ya no te las dejo más a tu cargo, se las dejaré a otro, elegiré a mi propio representante, ¡y contra él, te digo, no tienes ni una oportunidad! Por ahora, por ahora todavía estoy a tu merced, Dios cretino, ¡cuánto confías en tu naturaleza! Pero ella no puede hacer absolutamente nada. Espera solo, hasta que ya no sea más yo, ¡entonces te encontrarás metido y atrapado en otra y no sabrás qué hacer! Y entonces surgirán las discrepancias. No, las discrepancias comenzaron hace ya mucho tiempo, es solo que nunca nos dimos cuenta. Pero las discrepancias aparecen también entre la postura que guardan nuestros órganos de pensamiento y nuestros órganos sexuales, y vaya postura en que quedó guardado todo ese mobiliario de mal gusto que el mundo adquirió de nuevo en una liquidación, porque él quiere y quiere acostarse al lado de alguien, es como una obligación para él, y por querer adquirió algo, como suele suceder, algo que en todos los casos está de más, en fin en fin, ¿qué quería decir?, que es por medio del pensamiento que aparecen esas discrepancias entre nuestros órganos sexuales, y aparentemente no encajan porque nadie los quiere, él quiere solo los de él, los míos no los quiere, le parece que no encajamos entonces yo: quisiera esos, pero en un tamaño más grande, digo, ¿los tendrá en la mediana? ¿no?, entonces llevo la pequeña, pero ahí él no querrá entrar cuando quiera entrar, pero la grande sería demasiado grande, bueno, bueno, decía que sí, bueno que es por medio del pensamiento que se deben allanar esas discrepancias de modo que los seres humanos puedan volver a follar como se debe. Quiero decir que ya no necesiten pensar antes, bueno, ya está, asunto acabado.»   

    [El texto pertenece a la edición en español de Ediciones Destino, 2006, en traducción de Claudia Baricco, pp. 88-95. ISBN: 84-233-3834-7.]

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