sábado, 20 de noviembre de 2021

La comunicación no verbal. El cuerpo y el entorno.- Mark L. Knapp (1938)

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4.-Los efectos de territorio y del espacio personal

Densidad y aglomeraciones

  «Analicemos primero algunos interesantes ejemplos de comportamiento animal en condiciones de gran densidad o superpoblación. Durante años, los científicos se sintieron intrigados por la elevada tasa de suicidios de conejillos árticos, conejos y ratas. El interés de estos científicos aumentó debido a que en el momento del suicidio los animales parecían disponer de toda la comida necesaria, no había depredadores a la vista ni contaminación alguna. Un etnólogo con experiencia en patología médica formuló la hipótesis de que los suicidios eran provocados por una reacción endocrina en los animales, resultado de un estado de tensión que en ellos se había producido durante el crecimiento de la población. Esta hipótesis se vio confirmada en un estudio realizado con la población de ciervos de James Island, isla a una milla de a costa de Maryland en la bahía de Chesapeake. Cuidadosos estudios históricos que se prolongaron durante años mostraron que los ciervos de James Island morían por sobreproducción de las glándulas suprarrenales como consecuencia de stress. Las glándulas suprarrenales desempeñan una función importante en la regulación del crecimiento, la reproducción y el nivel de defensas del organismo. Así pues, la superpoblación causaba la muerte no por hambre, infección o agresión de otros animales sino por una reacción fisiológica al stress creado.
 Los experimentos de Calhoun fueron más allá aún y sugirieron modalidades peculiares de comportamiento en condiciones de superpoblación. Calhoun observó que, con abundancia de comida y sin peligro de depredadores, las ratas de Noruega, en un recinto al aire libre de un metro cuadrado, estabilizaban su población en alrededor de 150 individuos. Estas observaciones, realizadas durante un período de veintiocho meses, indicaron que las relaciones espaciales eran extremadamente importantes. Luego Calhoun diseñó un experimento en que pudo mantener una situación de stress en una superpoblación mientras se criaban tres generaciones de ratas. Denominó a este experimento “antro del comportamiento”, es decir, un área en que la mayoría de las ratas exhibieron grandes distorsiones del comportamiento. Algunas de las observaciones de Calhoun son dignas de mención: 1) Algunas ratas se retiraron por completo del intercambio social y sexual mientras que otras comenzaron a “montar” todo lo que se hallara a la vista; las pautas de cortejo se interrumpieron totalmente y a menudo las hembras eran perseguidas por varios machos. 2) Las pautas de nidificación –de ordinario nítidas- se volvieron muy desaliñadas o directamente desaparecieron. 3) Los camastros de las ratas jóvenes se hicieron mixtos; las ratas recién nacidas o jóvenes eran pisadas o comidas por machos invasores hiperactivos. 4) Los machos dominantes, incapaces de establecer territorios espaciales, peleaban por posiciones próximas a los comederos; los territorios eran compartidos por “clases” de ratas, que exhibían conductas similares; los machos hiperactivos violaban todos los derechos territoriales corriendo por doquier en bandas, con total falta de respeto por todos los límites salvo los que eran defendidos por la fuerza. 5) Las ratas preñadas a menudo abortaban; eran numerosos los desórdenes en los órganos sexuales y sólo la cuarta parte de los 558 recién nacidos en el antro lograron sobrevivir en el destete. 6) La conducta agresiva creció significativamente.
 ¿Se puede generalizar a hombres y mujeres a partir de ratas? Algunos estudios iniciales que hallaron correlaciones moderadas entre diferentes resultados  socialmente indeseables –como crimen, delincuencia, desórdenes físicos y mentales- y la gran densidad de población, parecen contestar afirmativamente esta pregunta. Otros, en cambio, comentan irónicamente que la única generalización que podemos extraer del trabajo de Calhoun es ésta: “¡No te metas con una rata!” Sobre la base de la investigación realizada hasta aquí en torno a la densidad humana y el hacinamiento, se desprende con claridad que no contamos con una respuesta simple a la pregunta acerca de si “el hacinamiento es bueno o malo”.
 Uno de los problemas de interpretación  de este cuerpo de investigaciones estriba en la multitud de perspectivas desde las cuales ha sido estudiado el tema. Por ejemplo, no son lo mismo densidad y hacinamiento. La densidad se refiere a la cantidad de personas por unidad de espacio, mientras que el hacinamiento es un estado de ánimo que puede sobrevenir en situaciones de alta o baja densidad. La sensación de hacinamiento puede verse influida por: 1) factores ambientales como, por ejemplo, espacio disponible, ruido y disponibilidad de recursos y el acceso a ellos; 2) factores personales, como personalidad y estilos de comportamiento o experiencias previas en situaciones de gran densidad; y 3) factores sociales como, por ejemplo, la frecuencia y la duración del contacto, la naturaleza del contacto (cooperativo o competitivo), las personas implicadas (amigos o extraños), o la cantidad de personas implicada (uno, varios o toda una comunidad). Las definiciones de densidad también son complejas y variadas.
Resultado de imagen de mark knapp la comunicacion n overbal  Efectos de la gran densidad. El aumento de la densidad no significa automáticamente el aumento de stress o comportamiento antisocial en los seres humanos. A veces hasta buscamos placer en la densidad, como en partidos de fútbol o conciertos de música rock. Si nos hacemos responsables de nuestra presencia en una situación de gran densidad de población y si sabemos que la misma concluirá en cuestión de horas, las oportunidades de efectos negativos parecen mínimas. Ciertos estudios han llegado a resultados que parecen adecuarse a la teoría del “antro de comportamiento” como, por ejemplo, agresión, stress, actividad criminal, hostilidad hacia los demás y un deterioro de la salud mental y física. Sin embargo, en la mayoría de los casos encontramos otros estudios que no llegan a los mismos resultados. Casi siempre la diferencia reside en que una o varias de las variables mencionadas antes ejerció una influencia que redujo los efectos indeseables. Rohe y Patterson, por ejemplo, descubrieron que si se proporciona a los niños suficiente cantidad de los juguetes que desean, el aumento de la densidad no provoca ni la retirada ni la agresión que los estudios previos parecían sugerir. Ciertas vecindades de gran densidad y muy homogéneas presentan en realidad un índice bajo de problemas de salud mental y física. Galle y otros observaron cierta cantidad de medidas de densidad que previamente se habían asociado con elevada actividad criminal. Pero a diferencia de sus predecesores, este equipo de investigación trató de controlar el nivel d educación, el marco étnico de diferencia, el estatus ocupacional, etc. La cantidad de personas por habitación fue la medida que suministró la mayor correlación entre densidad y delincuencia juvenil, las mayores tasas de fallecimientos y crecimiento vegetativo, así como más asistencia pública. La gran densidad puede producir enorme cantidad de problemas, pero los seres humanos no permanecen pasivos en situaciones que exigen una convivencia prolongada en condiciones de gran densidad. Por el contrario, ensayamos diversos métodos para enfrentar o eliminar los efectos más perjudiciales de tal situación.
 Para manejar la gran densidad. Milgram cree que los habitantes de las ciudades están expuestos a una sobrecarga de información, personas, objetos, problemas y muchas otras cosas. Como consecuencia de ello, los habitantes de las ciudades se ven involucrados en conductas cuya finalidad es reducir esa sobrecarga, que a veces lleva a los forasteros a verlos como distantes y emocionalmente distanciados de los demás. Algunos de esos métodos para manejarse en ciudades populosas son: 1) invertir menos tiempo en cada intervención (por ejemplo, tener conversaciones más cortas con la gente); 2) no tomar en cuenta las situaciones de escasa prioridad (por ejemplo, ignorar al borracho en la acera o no hablar con la gente a la que se ve todos los días en el viaje al estudio o al trabajo); 3) trasladar a otros la responsabilidad de ciertas transacciones (por ejemplo, sustituir al conductor del autobús de la responsabilidad de dar cambio); 4) eliminar ciertas situaciones, por ejemplo, por medio de porteros que se ocupan de los edificios de apartamentos.
 Desplazamos ahora la atención de las relaciones espaciales en condiciones de superpoblación a las relaciones implícitas en una conversación de dos personas.

 Distancia conversacional

 Probablemente todos hemos tenido la experiencia (tal vez no conciente) de retroceder o movernos hacia adelante cuando hablamos a otra persona. A veces este movimiento se debe a una necesidad de encontrar una distancia conversacional cómoda. En diferentes situaciones, cuando analizamos diferentes temas, esta distancia “cómoda” varía. ¿Hay alguna coherencia en las distancias elegidas? ¿Hay una distancia específica que la mayoría de la gente escoge cuando habla a los demás?
 El antropólogo Edward T. Hall ha realizado agudas observaciones relacionadas con la conducta espacial humana, observaciones que se publicaron en un libro que lleva por título The Silent Language. Este libro, más que ningún otro trabajo probablemente, es responsable de una corriente de interés académico en tratar de responder a estas y otras preguntas conexas. Hall identificó varios tipos de espacio pero lo que aquí nos interesa es lo que él llama “espacio personal” o “informal”. El espacio informal acompaña a todo individuo y se expande o contrae bajo circunstancias diversas, en función del tipo de encuentro, la relación de las personas intercomunicantes, sus respectivas personalidades y muchos otros factores. A continuación clasifica Hall el espacio informal en cuatro subcategorías: íntima, casual-personal, social-consultiva y pública.»

    [El texto pertenece a la edición en español de Ediciones Paidós Ibérica, 2005, en traducción de Marco Aurelio Galmarini, pp. 118-122. ISBN: 84-7509-185-7.]    
   

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