domingo, 25 de agosto de 2024

Historias de cronopios y de famas.- Julio Cortázar (1914-1984)

 

Historias de cronopios y de famas
II.- Historias de cronopios y de famas

Historia

  «Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.

 La cucharada estrecha

 Un fama descubrió que la virtud era un microbio redondo y lleno de patas. Instantáneamente dio a beber una gran cucharada de virtud a su suegra. El resultado fue horrible: esta señora renunció a sus comentarios mordaces, fundó un club para la protección de alpinistas extraviados y en menos de dos meses se condujo de manera tan ejemplar que los defectos de su hija, hasta entonces inadvertidos, pasaron a primer plano con gran sobresalto y estupefacción del fama. No le quedó más remedio que dar una cucharada de virtud a su mujer, la cual lo abandonó esa misma noche por encontrarlo grosero, insignificante y en un todo diferente de los arquetipos morales que flotaban rutilando ante sus ojos.
 El fama lo pensó largamente, y al final se tomó un frasco de virtud. Pero lo mismo sigue viviendo solo y triste. Cuando se cruza en la calle con su suegra o su mujer, ambos se saludan respetuosamente y desde lejos. No se atreven ni siquiera a hablarse, tanta es su respectiva perfección y el miedo que tienen de contaminarse.

La foto salió movida

  Un cronopio va a abrir la puerta de la calle, y al meter la mano en el bolsillo para sacar la llave lo que saca es una caja de fósforos, entonces este cronopio se aflige mucho y empieza a pensar que si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se hubiera desplazado de golpe y a lo mejor si los fósforos están donde la llave, puede suceder que encuentre la billetera llena de fósforos y la azucarera llena de dinero, y el piano lleno de azúcar y la guía del teléfono llena de música y el ropero lleno de abonados y la cama llena de trajes, y los floreros llenos de sábanas, y los tranvías llenos de rosas y los campos llenos de tranvías. Así es que este cronopio se aflige horriblemente y corre a mirarse al espejo, pero como el espejo está algo ladeado lo que ve es el paragüero del zaguán, y sus presunciones se confirman y estalla en sollozos, cae de rodillas y junta sus manecitas no sabe para qué. Los famas vecinos acuden a consolarlo  y también las esperanzas, pero pasan horas antes de que el cronopio salga de su desesperación y acepte una taza de té, que mira y examina mucho antes de beber, no vaya a pasar que en vez de una taza de té sea un hormiguero o un libro de Samuel Smiles. 
 [...]

Su fe en las ciencias 

 Una esperanza creía en los tipos fisonómicos, tales como los ñatos, los de cara de pescado, los de gran toma de aire, los cetrinos y los cejudos, los de cara intelectual, los de estilo peluquero, etc. Dispuesto a clasificar definitivamente estos grupos empezó por hacer grandes listas de conocidos y los dividió en los grupos citados más arriba. Tomó entonces el primer grupo, formado por ocho ñatos y vio con sorpresa que en realidad estos muchachos se subdividían en tres grupos, a saber: los ñatos bigotudos, los ñatos tipo boxeador y los ñatos estilo ordenanza del ministerio, compuestos respectivamente por 3, 3 y 2 ñatos. Apenas los separó en sus nuevos grupos (en el Paulista de San Martín, donde los había reunido con gran trabajo y no poco mazagrán bien frappé) se dio cuenta de que el primer subgrupo no era parejo, porque dos de los ñatos bigotudos pertenecían al tipo carpincho, mientras el restante era con toda seguridad un ñato de corte japonés. Haciéndolo a un lado con ayuda de un buen sandwich de anchoa y huevo duro, organizó el subgrupo de los dos carpinchos, y se disponía a inscribirlo en su libreta de trabajos científicos cuando uno de los carpinchos miró para un lado y el otro carpincho miró hacia el lado opuesto, a consecuencia de lo cual la esperanza y los demás concurrentes pudieron percatarse de que mientras el primero de los carpinchos era evidentemente un ñato braquicéfalo, el otro ñato producía un cráneo más apropiado para colgar un sombrero que para encasquetárselo. Así fue cómo se le disolvió el subgrupo, y del resto no hablemos porque los demás sujetos habían pasado del mazagrán a la caña quemada, y en lo único que se parecían a esa altura de las cosas era en su firme voluntad de seguir bebiendo a expensas de la esperanza.
[...]

Haga como si estuviera en su casa

 Una esperanza se hizo una casa y le puso una baldosa que decía: Bienvenidos los que llegan a este hogar.
 Un fama se hizo una casa y no le puso mayormente baldosas.
 Un cronopio se hizo una casa y siguiendo la costumbre puso en el porche diversas baldosas que compró o hizo fabricar. Las baldosas estaban colocadas de manera que se las pudiera leer en orden. La primera decía: Bienvenidos los que llegan a este hogar. La segunda decía: La casa es chica, pero el corazón es grande. La tercera decía: La presencia del huésped es suave como el césped. La cuarta decía: Somos pobres de verdad, pero no de voluntad. La quinta decía: Este cartel anula todos los anteriores. Rajá, perro.»

  [El texto pertenece a la edición en español de Edhasa / Editorial Sudamericana, 1978, pp. 116-124. Depósito legal: B. 34.318 - 1978.]

domingo, 18 de agosto de 2024

El lugar sin límites.- José Donoso (1924-1996)

 

Capítulo VIII

  «Pancho hizo girar el camión en la calle estrecha y enfiló hacia el otro lado, hacia el fundo El Olivo, más allá de la Estación. Él conocía su máquina y en el camino más allá de las moras y de los canales que limitaban la estación, sorteó acequias y hoyos, maniobrando esa máquina enorme que le resultaba liviana ahora. Iba a casa de don Alejo para arrancarle la parte de ese camión que aún le pertenecía.
 -Nos vamos a quedar pegados en el barro...
 Octavio abrió la ventana y tiró el cigarrillo.
 -No...
 Pancho no siguió hablando porque avanzaba por un desfiladero de zarzamoras. Tenía que avanzar muy lentamente, los ojos fruncidos, la cabeza inclinada sobre el parabrisas. Para ver las piedras y los baches. Conocía bien este camino, pero de todos modos, mejor tener cuidado. Hasta los ruidos los conocía: aquí, detrás de la mora, el Canal de los Palos se dividía en dos y la rama para el potrero de Los Lagos borboteaba durante un trecho por una canaleta de madera. Ahora no se oía. Pero si fuera a pie como antes, como cuando era chico, el ruido del agua en la canaleta de madera se comenzaba a oír justamente aquí, pasando el sauce chueco. Éste era el camino que todos los días recorría a pie pelado para asistir a la escuela de la Estación El Olivo, cuando había escuela. Tiempo perdido. Misia Blanca le había enseñado a leer y a escribir y las cuatro operaciones junto con la Moniquita, que aprendió tan rápido y le ganaba en todo. Hasta que don Alejo dijo que Pancho tenía que ir a la escuela. Y después a estudiar qué sé yo, en la Universidad. ¡Cómo no! Fui el porro más porro de la clase y nunca pasaba de curso porque no se me antojaba, hasta que don Alejo, que no tiene pelo de tonto, se dio cuenta y bueno, para qué seguirse molestando con este chiquillo si no salió bueno para las letras, es mejor que aprenda los números y a leer nomás para que no lo confundan con un animal y que se ponga a ayudar en el campo, vamos a ver qué podemos hacer con él, para qué va a ir a perder el tiempo en la escuela si tiene la mollera dura. Cada piedra. Y más allá, el mojón de concreto roto desde siempre. Quién sabe cómo lo rompieron. Difícil debe ser romper un mojón de concreto, pero roto está. Cada hoyo, cada piedra: don Alejo se las hizo aprender de memoria yendo y viniendo, todos los días del fundo a la escuela y de la escuela al fundo hasta que dijeron que ya estaba bueno, que qué se sacaban. Pero la Ema quiere que la Normita vaya a un colegio de monjas, no quiero que la niña sea una cualquiera, como una, que tuvo que casarse con el primero que la miró para no quedarse para vestir santos; mira cómo estaría una si hubiera estudiado un poco, para qué decís eso cuando sabís que te gusté apenas me viste y dejaste al chiquillo dueño de la carnicería porque te enamoraste de mí, pero estudiando hubiera sido distinto, qué es estudiar mamá y qué son las monjitas, yo quiero que la niña estudie una profesión corta como obstetricia, qué es obstetricia mamá, y a él no le gustaba que preguntara, tan chiquita y qué le va a explicar uno, mejor esperar que crezca. Si quiero, si se me antoja, mando a mi hija que estudie. Don Alejo no tiene nada que decir. Nada que ver conmigo. Yo soy yo. Solo. Y claro, la familia, como Octavio, que es mi compadre, así es que no me importa deberle y no me va a hacer nada si me demoro un poco con los pagos... le va a gustar que le quiera comprar casa a la Ema. Ahora le pago al viejo y me voy.
 El camión giró entre dos plátanos y entró por una avenida de palmeras. A los lados, bodegas. Y montones de orujo fétido junto a los galpones cerrados y oscuros. Al fondo, el parque, la encina gigantesca bajo la cual los veía tenderse en las hamacas y sillas de lona multicolor -él mirándolos desde el otro lado, pero cuando chico no porque la Moniquita y él jugaban juntos entre las hortensias gigantes, los dos solos, y los grandes se reían de él preguntándole si era novio de la Moniquita y él decía que sí, y entonces sí que lo dejaban entrar, pero después, cuando era más grande, entonces ya no: leían revistas en idiomas desconocidos, dormitando en las sillas de lona desteñida.
 Los cuatro perros se precipitaron hacia el camión, que se acercaba por la avenida de palmeras, y atacaron su caparazón brillante, rasguñándolo y embarrándolo en cuanto se detuvo frente a la llavería.
 -Bajémonos...
 -¿Cómo, con estos brutos?
 Los brincos y gruñidos de los perros los sitiaron en la cabina. Entonces Pancho, porque sí, porque le dio rabia, porque le dio miedo, porque odiaba a los perros, comenzó a tocar la bocina como un loco y los perros a redoblar sus saltos rasguñando la pintura colorada que tanto cuidaba, pero ya no importa, ahora ya no importa nada más que tocar, tocar, para derribar las palmeras y la encina y atravesar la noche de parte a parte para que no quede nada, tocar, tocar, y los perros ladran mientras en el corredor se prende la luz y se animan figuras entre los sacos, y bajo las puertas, gritando a los perros, corriendo hacia el camión, pero Pancho no cesa, tiene que seguir, los perros furiosos sin obedecer a los peones que los llaman. Hasta que aparece don Alejo en lo alto de las gradas del corredor y Pancho deja de tocar. Entonces los perros se callaron y corrieron hacia él.
 -Otelo... Sultán. Acá, Negus, Moro...
 Los perros se alinearon detrás de don Alejo.
 -¿Quién es?
 Pancho se quedó mudo, exangüe, como si hubiera gastado toda su fuerza. Octavio le dio un codazo, pero Pancho siguió mudo.
 -Bah. Poco hombre.
 Entonces Pancho abrió la puerta y saltó a tierra. Los perros se abalanzaron sobre él pero don Alejo alcanzó a llamarlos mientras Pancho volvía a subir a la cabina.»

 [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Bruguera, 1980, pp. 122-127. ISBN: 84-02-05161-8.]

domingo, 11 de agosto de 2024

Oficio de tinieblas 5.- Camilo José Cela (1916-2002)

 «1085 esteban hubner el resucitado de bohemia el primo de tuprimo se confesó ante el espejo del mago de coimbra te creen rico y eres pobre lo mismo le sucedió a gabriel capius el autor del mundo de los cornudos y el infierno de los desagradecidos te creen feliz y eres desdichado lo mismo le aconteció a la señorita de lenormand sibila que decía la buena ventura estudiando la huella del bagazo del café te creen joven y eres viejo lo mismo le pasó a polícrito el gobernador que devoró a su hijo hermafrodita ante el terror del populacho te creen alto y eres enano o casi enano lo mismo le acaeció a juan bautista gofridi el mago que seducía casadas y doncellas tan sólo soplándoles en la cara te creen bello y eres horrible lo mismo le ocurrió a bodo de labour la bruja que en la misa del sábado consagraba una hostia negra de forma triangular esteban hubner el resucitado de bohemia el primo de tuprimo tras confesarse ante el espejo portugués sintió un gran alivio en el alma y se murió de nuevo y definitivamente  
 
1086  nadie sabe cómo se pronuncia una palabra en inglés hasta que oye esa palabra en inglés nadie sabe cómo es una vaca hasta que ve una vaca nadie sabe cómo canta un pájaro hasta que escucha el canto de ese pájaro nadie sabe cómo el gusano de seda teje su capullo hasta que ve un gusano de seda tejiendo su capullo nadie sabe nada de la luna hasta que ve la luna navegando en la noche y estudia todas sus fases y se las sabe de memoria nadie sabe los rumbos de la rosa de los vientos hasta que se los explican con la rosa de los vientos en la mano las excepciones a esta regla general son escasas muy escasas los profetas menores no tienen rigor ni fundamento son poco de fiar y más vale no hacerles caso alguno

 1087 la hija menor de lot para mimar la paidofilia de su padre dejó crecer sus trenzas y se paseaba de uniforme azul y chalina de lunares blancos con una cartera de colegial llena de lápices y cuadernos colgada en bandolera mientras era poseída por su violentísimo padre se entretuvo en pensar: la hermosa verga de mi padre hundiéndose casi entera en mi vulva todavía no muy habituada a las penetraciones brilla con los siete rayos del sol desgarrando la mañana sólo yahvé sabe si estoy iluminada por dentro después se quedó dormida al lado de su padre en posición no del todo correcta padre mío si os queda una gota de semen dádmela también

 1088 la mujer vestida de harapos de oro llegó al equipo quirúrgico desangrándose le prestaremos auxilio pero tenemos la obligación de dar parte a la policía esas sospechosas desgarraduras en el vientre y en las nalgas no nos autorizan a no cumplir el trámite legal la mujer vestida de harapos de oro salió huyendo y dejó un reguero de sangre sobre el adoquinado de la ciudad la policía y los perros policías la encontraron en el cementerio civil desmayada sobre la tumba de tu padre no pronuncies su nombre cuya calavera sonreía en su ataúd de tabla innoble en su ataúd de solitario abandono en el hospital a la mujer vestida de harapos de oro le hicieron varias transfusiones de sangre y mejoró algo un perro policía le arrancó de un mordisco una oreja pero en el hospital pudieron pegársela de nuevo debes reconocer que le quedó bien pegada aunque quizás un poco torcida

 1089 la novia de tuprimo a espaldas de la bruja dominguina maletuna trata de amaestrar a nabudoconosor el ciempiés de los mil juegos eróticos que aova donde puede digamos a la sombra de los dieciséis pezones herméticos de la novia de tuprimo que tanto repugnan a tuprimo dos en los calcañares dos en las corvas dos en la rabadilla dos en su sitio otros dos casi pegados a los anteriores dos en el uno y el otro codo dos en los párpados y dos en el colodrillo de la meningitis con un ramito de milenrama y otro de ortigas puestos a macerar en la savia de siete raíces de malvavisco pelopea la pestilente suicida pescaba truchas a mano mientras rezaba entre dientes el infalible conjuro de alberto el grande ananizapta dei miserere mei malatrón caladatón corobán uriel sabahot eloine tuprimo no creía en ensalmos cualquier ocasión es buena para tundir a su novia a zapatazos

1090 al enfermo que camina apoyado en el báculo de la esperanza no le queda mejor consuelo que emborracharse con la caridad de los alegres lagares el dogo berecillo se duerme en la ceguera mientras ulpiano el lapidario de acuerdo con la piadosa policía sobornable inunda la ciudad de marihuana y la novia de tuprimo bebe licor de cerezas chupando por la goma de lavativa tras escalar la fachada al término del confuso ritual (no has enunciado innúmeras etapas intermedias) se duerme sobre el seboso vellón con una paz infinita reflejándosele en el semblante tuprimo está desvelado y se entretiene en componer fábulas ejemplares: la yerba de oro o yerba de baaras se cría en el camino de damasco en la ladera del monte líbano por el mes de mayo cuando ya las nieves se derriten por las noches semeja un enjambre de luciérnagas y por el día se borra convierte en oro cualquier metal desbarata los hechizos y espanta los demonios y las almas condenadas no se puede coger si no es regándola con sangre de monstruo en la noche del justo plenilunio de lo contrario mata a quien la toca y malhiere y enferma a quien la mira»

 [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Argos Vergara, 1979, pp. 214-217. ISBN: 84-7017-741-9.]

jueves, 8 de agosto de 2024

Declaración Institucional de Cuca Gamarra (PP) - 8 de agosto de 2024


  Declaración institucional de Cuca Gamarra tras la reaparición de Puigdemont

 «Muy buenos días a todos y a la vista de los acontecimientos que están teniendo lugar en el día de hoy. Durante el transcurso del pleno de  investidura en el Parlamento de Cataluña, desde el Partido Popular queremos llevar a cabo la siguiente declaración institucional. Hace algo más de seis años, Pedro Sánchez emprendió una carrera hacia el poder a toda costa. 

 Algunos advertimos entonces de que se trataba de una carrera hacia ninguna parte y de que bajo las retóricas de distensión y diálogo, simplemente se estaba cortando un traje a medida al independentismo a cambio de su apoyo parlamentario. Un traje a medida para librarlos de las consecuencias de sus actos pasados y para facilitarles repetirlos en el futuro. Hoy Carles Puigdemont regresa y lo hace en cumplimiento del trato con Pedro Sánchez. 

 Se fugó porque en España, como Estado de derecho, se cumplía la ley. Y vuelve porque ahora en España, Sánchez se ha autoproclamado Estado y ley. Hoy España y los españoles sufren otra humillación insoportable, otro espectáculo bochornoso que daña gravemente la imagen de nuestro país y la confianza en nuestras instituciones. Y no merecemos esto. Una humillación consentida y alentada por Pedro Sánchez.

 Y mientras el Gobierno guarda silencio y se limita a señalar a los Mossos como si no tuviera responsabilidad alguna en este asunto. Y hoy, con la investidura de Salvador Illa y el retorno y fuga de Puigdemont, estamos de vuelta a la casilla de salida del ‘procés’ con el independentismo avanzando hacia sus metas últimas. Gracias al Partido Socialista. Pero España está en una situación peor que entonces para afrontar el desafío independentista. 

 Sánchez dinamitó la unidad de los defensores de la Constitución desde el primer día de su gobierno, aliándose de manera permanente con quienes no aceptan la Constitución española. El Estado de Derecho está más indefenso porque Pedro Sánchez se ha encargado de desarmarlo. La solidaridad territorial está más amenazada por el Gobierno de Sánchez de lo que lo estuvo nunca. Durante el ‘procés’, la Justicia, uno de los baluartes contra el golpismo, es puesta en cuestión a diario por el poder político. 

 Salvador Illa ha sido hoy el primero en señalar e intentar instruir a los jueces desde la tribuna del Parlament sobre la aplicación de la ley de amnistía. La ley se ha quebrantado arbitrariamente para anular delitos de políticos a cambio de favores políticos y se han legitimado fantasmales mesas de diálogo y negociaciones bilaterales en Suiza con prófugos de la Justicia al margen de las instituciones y también de la legalidad y los ciudadanos. 

 Los ciudadanos están más divididos y desmoralizados por un gobierno cuyo único proyecto es levantar muros entre españoles. La propia presencia de Carles Puigdemont en España es la prueba de hasta qué punto los socialistas han desarmado a nuestro país. Hoy sabemos que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no cumple su función fundamental y no controla ni vigila a Puigdemont, porque Sánchez así lo ha querido. 

 Más aún, los emisarios del Partido Socialista que viajaron a Suiza recientemente lo hicieron para disuadirle o para pactar los términos de su regreso con total complicidad política. Y lo que era la preocupación personal de Puigdemont ahora es una de las prioridades de todo el Gobierno de España. La alfombra roja con la que hemos visto hoy a Puigdemont lleva las siglas del Partido Socialista.

 Puigdemont pretendía sacar a Cataluña del Estado y Sánchez ha sacado el Estado de Cataluña. El espectáculo grotesco de hoy lo demuestra. Y si aún queda la posibilidad de detener a Carles Carles Puigdemont es porque sigue habiendo jueces en España. Y porque la amnistía de Pedro Sánchez es, además de inconstitucional, contraria al ordenamiento europeo. Una chapuza tramposa. La amnistía fue la trampa con la que Sánchez ha intentado engañar a sus socios, cosa de la que nosotros advertimos desde el primer instante. 

 No olvidemos de dónde viene todo esto. Se le prometió a Puigdemont rehabilitación de sus delitos por los siete votos que Sánchez necesitaba para seguir en la Moncloa. Y ese es el pecado original de esta legislatura. Cabe también preguntarse en el día de hoy en qué ha mejorado la situación en Cataluña en estos años. Y la respuesta es que no ha mejorado en nada. 

 Cataluña está dividida socialmente, más empobrecida y paralizada, con gobiernos ensimismados, incapaces de gestionar los servicios públicos de los ciudadanos catalanes y de garantizar siquiera el suministro de agua a la población y al campo, volviendo a engordar una red de embajadas, de organismos y de chiringuitos varios que cuestan millones de euros a los contribuyentes y que no van a mejorar para nada su bienestar. 

 Sin un proyecto para volver a liderar España, con el PSC convertido en un partido independentista más y con Salvador Illa dando gato por liebre a sus votantes. Como siempre. Porque todo esto ha tenido como único fin colmar la ambición y la sed de poder de un hombre: Pedro Sánchez. Nada de esto se ha hecho por los catalanes ni por los españoles en su conjunto, ni tan siquiera por los independentistas.

 Única y exclusivamente por Pedro Sánchez. Y hoy nos encontramos de nuevo con una humillación, un vacío institucional y un órdago independentista alentado por este presidente del Gobierno sin escrúpulos que ha sido capaz de borrar gravísimos delitos contra la igualdad y la Hacienda pública a cambio de siete votos para mantenerse en el poder. Y está dispuesto a romper la solidaridad entre las comunidades autónomas y los ciudadanos de España con tal de salirse con la suya, poniendo en riesgo la Sanidad y la Educación en la mayoría de las comunidades autónomas para satisfacer a sus socios. 

 Y que no les quepa ninguna duda. Seguirá sobrepasando supuestas líneas rojas que en realidad son metas. Al ritmo que él necesite para seguir en el poder. Única y exclusivamente en esa carrera que le lleva a ninguna parte. Se  demuestra igualmente que la campaña de Salvador Illa fue un fraude y que su investidura no va a ayudar en nada a la convivencia entre los catalanes. 

 Se trata, ni más ni menos que de una moneda de cambio entre Sánchez y sus socios. Y a Pedro Sánchez Cataluña le importa tanto como el resto de España que queda fuera de Moncloa. Es decir, nada. Pero aunque el espectáculo que nos ofrecen Sánchez y sus socios sea en ocasiones tragicómico, no podemos perder de vista el significado último y la gravedad de todo lo que está sucediendo en nuestro país. 

 Esta legislatura estéril nació del mercadeo por siete votos, con una amnistía tramposa contraria a la Constitución y al ordenamiento europeo y que liquida la igualdad ante la ley de los ciudadanos y que ahora se pretende prolongar la agonía del sanchismo, liquidando también la igualdad material y la solidaridad entre ciudadanos y territorios de nuestro país. En definitiva, Sánchez mete la mano en todas las instituciones del Estado para favorecer a sus socios y ahora pretende meter la otra mano en el bolsillo de los españoles para favorecer a uno de los suyos.

 Asistimos, por tanto, al intento de reformar en profundidad el Estado por la puerta de atrás, una mutación constitucional sobre la que no se ha consultado a los españoles y que se ha negociado a puerta cerrada entre Sánchez y sus socios. Los españoles no pudimos decidir sobre una amnistía que Sánchez no llevaba en su programa y que negó además, hasta el mismo día de las elecciones.

 Y no podremos decidir sobre una reforma de la financiación autonómica hecha a medida de los independentistas y que rompe de facto nuestro país con una comunidad política y de solidaridad. En definitiva, están sustituyendo el orden constitucional basado en la Justicia, en la Solidaridad y el imperio de la ley por un cambalache injusto, insolidario y arbitrario pactado fuera de las instituciones.

 Porque no tienen ni el mandato ni la legitimidad para desmontar nuestro Estado social y de derecho. Por todo ello, el Partido Popular quiere reiterar una vez más su defensa innegociable del Estado de derecho y de la igualdad y la unión de todos los españoles. El Partido Popular hace un llamamiento al cumplimiento de las resoluciones judiciales y al respeto a la ley y a los servidores públicos encargados de ejecutarlas. 

 Trasladamos también nuestro respaldo a la Justicia para que actúe libre e independientemente y no se deje presionar por el Gobierno. Reclamamos también al Gobierno que ponga los medios y la voluntad para que los cuerpos y fuerzas de seguridad cumplan con su función. Queremos, desde luego, mostrar nuestra solidaridad y apoyo a todos los catalanes a los que se está tratando de arrinconar, a los que se les ha engañado, a los que se les está pretendiendo utilizar como coartada para llevar a cabo lo que en ningún caso eligieron. 

 Reafirmamos, asimismo, que la situación en la que nos hallamos hoy tiene un responsable último: el irresponsable Pedro Sánchez; con la colaboración necesaria de quienes en su partido y fuera de él le han apoyado y habilitado en esta huida hacia adelante en la que amenaza con llevarse por delante nuestra nación. La impunidad del independentismo es gracias a Pedro Sánchez. 

 No hay que olvidarlo. El responsable es el Partido Socialista. Sabemos que muchos compatriotas hoy están frustrados e indignados por el rumbo de los acontecimientos y que esa frustración puede llevar en ocasiones a plantear métodos expeditivos y que nos sitúen en el mismo plano de arbitrariedad que Sánchez y los suyos. Pero precisamente porque no somos como ellos, vamos a seguir hasta el final.

 Los caminos y los métodos legalmente establecidos, respetando escrupulosamente los límites del Estado de Derecho y de la convivencia democrática. Y es precisamente ese respeto el que nos da la fuerza moral para defender nuestra nación y la igualdad y libertad de todos y de cada uno de los españoles. Por tanto, queremos transmitir a todos los ciudadanos españoles, vivan donde vivan, la total confianza en que vamos a proteger sus derechos e intereses y que el Estado de derecho y la democracia prevalecerá sobre todos los abusos e indignidades que se han sucedido durante estos seis últimos años.

 Seis años de mentiras. Estos años han podido con Sánchez por su falta de integridad, pero con España no han podido ni podrán. La indignidad es la de Pedro Sánchez, la de su gobierno y la del Partido Socialista, Pero no será la de España ni la de los españoles, porque vamos a recuperar la igualdad, las libertades y la dignidad que nos han querido arrebatar. Que no tenga nadie la menor duda. Muchísimas gracias.»

domingo, 4 de agosto de 2024

Tenga usted éxito en su muerte. Anti-método para vivir.- Fabrice Hadjadj (1971)

 

5.- La muerte de Dios. Sobre la culpa de Adán, el sacrificio de Cristo y el nihilismo.
La expresión "muerte de Dios"

  «Es fácil de decir, pero es de las más difíciles de pensar. No sólo por las dos nociones abisales implicadas, sino también por la relación que se establece entre ellas. El genitivo empleado puede ser subjetivo u objetivo. "La muerte de Dios" puede designar la muerte, por una parte, en tanto que proviene de Dios, y por otra parte, en tanto que ella le afecta. En cuanto a que la muerte proviene de Dios, la expresión se puede entender de dos maneras: como castigo o como gracia. La primera manera concierne a todo hombre, en la medida en que muere a consecuencia del pecado original; la segunda concierne al santo o mártir, que muere en Dios. En cuanto que la muerte afecta a Dios, también eso se puede entender de dos maneras: como acontecimiento de la Revelación o como afirmación del ateísmo. La primera remite al artículo de la fe cristiana según el cual Jesús, el Hijo de Dios, Dios hecho hombre, "padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado". La segunda, el artículo de la fe nihilista o nietzscheana según la cual "Dios ha muerto", es decir, que nadie puede ya creer en él y que esta muerte es "el más importante de los últimos acontecimientos" que proyecta su "sombra sobre Europa" (1). Este capítulo se esfuerza en mostrar los lazos entre esas diversas significaciones. Unos lazos que no son simples yuxtaposiciones, sino implicaciones mutuas.
 Cada una de esas significaciones invita a "fijar algunos vértigos" (a): 
 1º) si Dios es bueno, ¿cómo puede provenir de él la muerte? El Génesis se hace eco de la maldición divina: "Al polvo volverás" y, al mismo tiempo, el autor sagrado recuerda que "Dios no creó la muerte" (Sb 1, 13). Por lo demás, ¿por qué la Biblia, aun afirmando la esperanza en la resurrección, contiene también el grito desesperado: "Los que descienden a la fosa no te alaban"?
 2º) ¿Cómo puede ser una gracia para el justo la pena de muerte? ¿No es más bien una crueldad? ¿Cómo comprender en este contexto la muerte prematura de los niños pequeños? ¿Cómo comprender el sentido de un genocidio? ¿No es una llaga abierta que ninguna fe puede curar? Pero ¿abolir toda fe no es matar la humanidad y el espíritu de infancia?
 3º) Puesto que Dios es trascendente e inmutable, ¿qué sentido tiene ese escándalo evangélico según el cual se ha hecho mortal para ser llevado al suplicio como un blasfemo? Porque, en todas las misas, tras la consagración, los fieles cristianos se atreven a decir: "Anunciamos tu muerte, Señor..." Y trazan sobre sus cuerpos la imagen de un instrumento de suplicio, como el judío se envuelve en su talit que simboliza el Nombre de Dios (b). ¿Qué extraña locura es ésta?
 4º) Si Dios no existe y nunca ha existido, ¿cómo hablar de su muerte, si sólo se puede hablar de la muerte de un viviente? Si se admite que Dios ha vivido, no se entiende cómo iba a poder dejar de vivir. Si con nuestra expresión sólo se pretendiera designar la muerte de la "noción" de Dios, y no la de Dios mismo, sólo se conseguiría subrayar su vitalidad, puesto que estamos obligados a rebelarnos contra su influencia.
 El problema del ateo, lo mismo que el del agnóstico, es que sus denominaciones comienzan por un prefijo privativo. Lo que hay de positivo en esos nombres es que siguen conteniendo a Dios, o el conocimiento que se puede tener de él, y así, a su pesar, siguen conteniendo una indesarraigable relación con el misterio. Una escapatoria consistiría en no caer en la trampa excesivamente teológica del ateísmo y apelar en su lugar al "hombre nuevo" o al "superhombre". Pero esas expresiones siguen encerrando, a través de las nociones de novedad radical o de superación de la humanidad antigua, una referencia a lo divino.»

 (1)Nietzsche, La gaya ciencia, § 343
 (a) El original francés dice "fixer des vertiges". Fixer des vertiges es el título de un libro de Michel Onfray construido a base de comentarios sobre fotografías de Willy Ronis. Onfray es un conocido autor francés de best-sellers de contenido hedonista y anticatólico, como el muy difundido y traducido al español Tratado de ateología. Tanto Onfray como su alegato a favor del ateísmo aparecerán citados más adelante por Hadjadj. Muy probablemente, Onfray toma la expresión "fixer des vertiges" de unos versos de Rimbaud. En efecto, en el último verso del poema "Alchimie du verbe" se puede leer: Ce fut d'abord une étude. J'écrivais des silences, des nuits, je notais l'inexprimable. Je fixais des vertiges ("Primero fue estudio. Yo escribía silencios, noches, anotaba lo inefable. Fijaba vértigos"). El poema forma parte del libro Une saison en enfer ("Una temporada en el infierno"), colección de poemas en prosa escrita en 1873, tras una gran crisis en la vida de Rimbaud. Es una acusación contra la vida occidental y sus valores. [N. del Tr.]
 (b) El talit es una especie de chal que usan los judíos para cubrirse durante la oración. [N. del Tr.]

 [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Nuevo Inicio, 2011, en traducción de Sebastián Montiel, pp. 261-264. ISBN: 978-84-937488-8-3.]