jueves, 8 de agosto de 2024

Declaración Institucional de Cuca Gamarra (PP) - 8 de agosto de 2024


  Declaración institucional de Cuca Gamarra tras la reaparición de Puigdemont

 «Muy buenos días a todos y a la vista de los acontecimientos que están teniendo lugar en el día de hoy. Durante el transcurso del pleno de  investidura en el Parlamento de Cataluña, desde el Partido Popular queremos llevar a cabo la siguiente declaración institucional. Hace algo más de seis años, Pedro Sánchez emprendió una carrera hacia el poder a toda costa. 

 Algunos advertimos entonces de que se trataba de una carrera hacia ninguna parte y de que bajo las retóricas de distensión y diálogo, simplemente se estaba cortando un traje a medida al independentismo a cambio de su apoyo parlamentario. Un traje a medida para librarlos de las consecuencias de sus actos pasados y para facilitarles repetirlos en el futuro. Hoy Carles Puigdemont regresa y lo hace en cumplimiento del trato con Pedro Sánchez. 

 Se fugó porque en España, como Estado de derecho, se cumplía la ley. Y vuelve porque ahora en España, Sánchez se ha autoproclamado Estado y ley. Hoy España y los españoles sufren otra humillación insoportable, otro espectáculo bochornoso que daña gravemente la imagen de nuestro país y la confianza en nuestras instituciones. Y no merecemos esto. Una humillación consentida y alentada por Pedro Sánchez.

 Y mientras el Gobierno guarda silencio y se limita a señalar a los Mossos como si no tuviera responsabilidad alguna en este asunto. Y hoy, con la investidura de Salvador Illa y el retorno y fuga de Puigdemont, estamos de vuelta a la casilla de salida del ‘procés’ con el independentismo avanzando hacia sus metas últimas. Gracias al Partido Socialista. Pero España está en una situación peor que entonces para afrontar el desafío independentista. 

 Sánchez dinamitó la unidad de los defensores de la Constitución desde el primer día de su gobierno, aliándose de manera permanente con quienes no aceptan la Constitución española. El Estado de Derecho está más indefenso porque Pedro Sánchez se ha encargado de desarmarlo. La solidaridad territorial está más amenazada por el Gobierno de Sánchez de lo que lo estuvo nunca. Durante el ‘procés’, la Justicia, uno de los baluartes contra el golpismo, es puesta en cuestión a diario por el poder político. 

 Salvador Illa ha sido hoy el primero en señalar e intentar instruir a los jueces desde la tribuna del Parlament sobre la aplicación de la ley de amnistía. La ley se ha quebrantado arbitrariamente para anular delitos de políticos a cambio de favores políticos y se han legitimado fantasmales mesas de diálogo y negociaciones bilaterales en Suiza con prófugos de la Justicia al margen de las instituciones y también de la legalidad y los ciudadanos. 

 Los ciudadanos están más divididos y desmoralizados por un gobierno cuyo único proyecto es levantar muros entre españoles. La propia presencia de Carles Puigdemont en España es la prueba de hasta qué punto los socialistas han desarmado a nuestro país. Hoy sabemos que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no cumple su función fundamental y no controla ni vigila a Puigdemont, porque Sánchez así lo ha querido. 

 Más aún, los emisarios del Partido Socialista que viajaron a Suiza recientemente lo hicieron para disuadirle o para pactar los términos de su regreso con total complicidad política. Y lo que era la preocupación personal de Puigdemont ahora es una de las prioridades de todo el Gobierno de España. La alfombra roja con la que hemos visto hoy a Puigdemont lleva las siglas del Partido Socialista.

 Puigdemont pretendía sacar a Cataluña del Estado y Sánchez ha sacado el Estado de Cataluña. El espectáculo grotesco de hoy lo demuestra. Y si aún queda la posibilidad de detener a Carles Carles Puigdemont es porque sigue habiendo jueces en España. Y porque la amnistía de Pedro Sánchez es, además de inconstitucional, contraria al ordenamiento europeo. Una chapuza tramposa. La amnistía fue la trampa con la que Sánchez ha intentado engañar a sus socios, cosa de la que nosotros advertimos desde el primer instante. 

 No olvidemos de dónde viene todo esto. Se le prometió a Puigdemont rehabilitación de sus delitos por los siete votos que Sánchez necesitaba para seguir en la Moncloa. Y ese es el pecado original de esta legislatura. Cabe también preguntarse en el día de hoy en qué ha mejorado la situación en Cataluña en estos años. Y la respuesta es que no ha mejorado en nada. 

 Cataluña está dividida socialmente, más empobrecida y paralizada, con gobiernos ensimismados, incapaces de gestionar los servicios públicos de los ciudadanos catalanes y de garantizar siquiera el suministro de agua a la población y al campo, volviendo a engordar una red de embajadas, de organismos y de chiringuitos varios que cuestan millones de euros a los contribuyentes y que no van a mejorar para nada su bienestar. 

 Sin un proyecto para volver a liderar España, con el PSC convertido en un partido independentista más y con Salvador Illa dando gato por liebre a sus votantes. Como siempre. Porque todo esto ha tenido como único fin colmar la ambición y la sed de poder de un hombre: Pedro Sánchez. Nada de esto se ha hecho por los catalanes ni por los españoles en su conjunto, ni tan siquiera por los independentistas.

 Única y exclusivamente por Pedro Sánchez. Y hoy nos encontramos de nuevo con una humillación, un vacío institucional y un órdago independentista alentado por este presidente del Gobierno sin escrúpulos que ha sido capaz de borrar gravísimos delitos contra la igualdad y la Hacienda pública a cambio de siete votos para mantenerse en el poder. Y está dispuesto a romper la solidaridad entre las comunidades autónomas y los ciudadanos de España con tal de salirse con la suya, poniendo en riesgo la Sanidad y la Educación en la mayoría de las comunidades autónomas para satisfacer a sus socios. 

 Y que no les quepa ninguna duda. Seguirá sobrepasando supuestas líneas rojas que en realidad son metas. Al ritmo que él necesite para seguir en el poder. Única y exclusivamente en esa carrera que le lleva a ninguna parte. Se  demuestra igualmente que la campaña de Salvador Illa fue un fraude y que su investidura no va a ayudar en nada a la convivencia entre los catalanes. 

 Se trata, ni más ni menos que de una moneda de cambio entre Sánchez y sus socios. Y a Pedro Sánchez Cataluña le importa tanto como el resto de España que queda fuera de Moncloa. Es decir, nada. Pero aunque el espectáculo que nos ofrecen Sánchez y sus socios sea en ocasiones tragicómico, no podemos perder de vista el significado último y la gravedad de todo lo que está sucediendo en nuestro país. 

 Esta legislatura estéril nació del mercadeo por siete votos, con una amnistía tramposa contraria a la Constitución y al ordenamiento europeo y que liquida la igualdad ante la ley de los ciudadanos y que ahora se pretende prolongar la agonía del sanchismo, liquidando también la igualdad material y la solidaridad entre ciudadanos y territorios de nuestro país. En definitiva, Sánchez mete la mano en todas las instituciones del Estado para favorecer a sus socios y ahora pretende meter la otra mano en el bolsillo de los españoles para favorecer a uno de los suyos.

 Asistimos, por tanto, al intento de reformar en profundidad el Estado por la puerta de atrás, una mutación constitucional sobre la que no se ha consultado a los españoles y que se ha negociado a puerta cerrada entre Sánchez y sus socios. Los españoles no pudimos decidir sobre una amnistía que Sánchez no llevaba en su programa y que negó además, hasta el mismo día de las elecciones.

 Y no podremos decidir sobre una reforma de la financiación autonómica hecha a medida de los independentistas y que rompe de facto nuestro país con una comunidad política y de solidaridad. En definitiva, están sustituyendo el orden constitucional basado en la Justicia, en la Solidaridad y el imperio de la ley por un cambalache injusto, insolidario y arbitrario pactado fuera de las instituciones.

 Porque no tienen ni el mandato ni la legitimidad para desmontar nuestro Estado social y de derecho. Por todo ello, el Partido Popular quiere reiterar una vez más su defensa innegociable del Estado de derecho y de la igualdad y la unión de todos los españoles. El Partido Popular hace un llamamiento al cumplimiento de las resoluciones judiciales y al respeto a la ley y a los servidores públicos encargados de ejecutarlas. 

 Trasladamos también nuestro respaldo a la Justicia para que actúe libre e independientemente y no se deje presionar por el Gobierno. Reclamamos también al Gobierno que ponga los medios y la voluntad para que los cuerpos y fuerzas de seguridad cumplan con su función. Queremos, desde luego, mostrar nuestra solidaridad y apoyo a todos los catalanes a los que se está tratando de arrinconar, a los que se les ha engañado, a los que se les está pretendiendo utilizar como coartada para llevar a cabo lo que en ningún caso eligieron. 

 Reafirmamos, asimismo, que la situación en la que nos hallamos hoy tiene un responsable último: el irresponsable Pedro Sánchez; con la colaboración necesaria de quienes en su partido y fuera de él le han apoyado y habilitado en esta huida hacia adelante en la que amenaza con llevarse por delante nuestra nación. La impunidad del independentismo es gracias a Pedro Sánchez. 

 No hay que olvidarlo. El responsable es el Partido Socialista. Sabemos que muchos compatriotas hoy están frustrados e indignados por el rumbo de los acontecimientos y que esa frustración puede llevar en ocasiones a plantear métodos expeditivos y que nos sitúen en el mismo plano de arbitrariedad que Sánchez y los suyos. Pero precisamente porque no somos como ellos, vamos a seguir hasta el final.

 Los caminos y los métodos legalmente establecidos, respetando escrupulosamente los límites del Estado de Derecho y de la convivencia democrática. Y es precisamente ese respeto el que nos da la fuerza moral para defender nuestra nación y la igualdad y libertad de todos y de cada uno de los españoles. Por tanto, queremos transmitir a todos los ciudadanos españoles, vivan donde vivan, la total confianza en que vamos a proteger sus derechos e intereses y que el Estado de derecho y la democracia prevalecerá sobre todos los abusos e indignidades que se han sucedido durante estos seis últimos años.

 Seis años de mentiras. Estos años han podido con Sánchez por su falta de integridad, pero con España no han podido ni podrán. La indignidad es la de Pedro Sánchez, la de su gobierno y la del Partido Socialista, Pero no será la de España ni la de los españoles, porque vamos a recuperar la igualdad, las libertades y la dignidad que nos han querido arrebatar. Que no tenga nadie la menor duda. Muchísimas gracias.»

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