domingo, 8 de octubre de 2023

Asesinatos matemáticos.- Claudi Alsina (1952)


Claudi Alsina | Planeta de Libros
Disparates matemáticos de todos: Cinco de cada cuatro personas tienen problemas con las fracciones

SORPRESA EN LA FOTOCOPIADORA

  «Mi amigo JC ha quedado sorprendido de que al ampliar una portada de una revista (tamaño DIN A4) a un tamaño DIN A3, que es el doble de papel, las letras no han crecido el doble. Lo tranquilizo, pues este error de confundir doble superficie con doble longitud es muy común. Precisamente porque la superficie es doble, las longitudes se multiplicarán por √2, es decir, un 141 % de aumento.

     CAÑERÍAS COMPLEMENTARIAS

 Luis Villanueva, arquitecto, me cuenta que conoció a un fontanero que le dijo: Si tengo cañerías de 4 cm de diámetro las pongo, pero si no, pongo dos de 2 cm de diámetro y da lo mismo. ¡Precioso cálculo! Si los diámetros suman ¿todo da igual? La vieja fórmula del área del círculo (sección de la cañería) al multiplicar pi (3,14) por el cuadrado del radio (2) da 12,56 cm2. Pero con dos cañerías de radio 1 cm las dos secciones dan 2 × 3,14 × 1, o sea, 6,28 cm2, o sea que por “las dos” circulará la mitad de agua.

     FOTOGRAFÍAS EN DÍAS NUBLADOS
    
 Si se puede manipular la abertura del diafragma de una cámara fotográfica (¡quedan pocas!) y en lugar de poner el número 8 opta por el 5.6 para que entre más luz, ¿entrará mucha más? ¡Pues el doble! Estos números indican que los diámetros se relacionan por la √2 = 1,41, para que así la superficie de la abertura sea el doble. Lo mismo que con las cañerías, pero ahora con diámetros de diafragmas.

     EL PROBLEMA DE LA MEDIA COPA DE CAVA

 En muchas fiestas y celebraciones donde aparecen las copas de cava a rellenar parece que una actitud ponderada entre la timidez del sorbito y la audacia del “copa llena por favor”, es que usted pronuncie la esperada frase “póngame media copa”. Como siempre, a base de medias copas puede necesitar ser acompañado/a a casa en taxi o perder todos los puntos de su carné de conducir en su regreso motorizado, pero la discreción de las medias copas es siempre satisfactoria para el que bebe y discreta para el que reparte.
     Si se trata de un vaso cilíndrico, será siempre fácil marcar la “media copa” pues ésta se corresponde con la mitad de la altura.
     Pero las copas de cava suelen tener forma de cono invertido. ¿Qué sucede si usted marca tímidamente con un dedo la mitad de la altura de la copa? Gracias a lo que Tales ya observó, si h/2 es la mitad de la altura de la copa el radio del círculo líquido, r/2 será la mitad del radio r que correspondería a la copa llena por lo cual, recordando que el volumen del cono es un tercio del área de la base por la altura, su “media copa” le llevará a beber sólo un octavo de la copa llena. ¡Horror! Usted es amante de la prudencia, pero tampoco se encuentra en huelga de bebida. Su “media copa” debería corresponder a la mitad del volumen total: su dedo debe indicar una altura de la altura original, o sea un 80 % de la altura de la copa. Casi resulta increíble que las raíces cúbicas sean claves para tomar media copa de cava, pero así es. 

     LA DIVISIÓN REALMENTE JUSTA DEL PASTEL

 Dado que la mayoría de los pasteles no sólo presentan interesantes interiores sino sabrosas cimas y apetecibles laterales, surge la necesidad de abordar con realismo las divisiones realmente justas del pastel, es decir, divisiones que cumplan con tres requisitos esenciales:
     • Que cada ración tenga el mismo peso y volumen;
     • Que cada ración tenga la misma superficie de arriba;
     • Que cada ración tenga la misma superficie de la parte lateral.
     Normalmente, las dos primeras condiciones siempre se cumplen, pero no suele observarse la tercera. En la partición de un pastel redondo cortando desde el centro según los radios correspondientes, las tres condiciones se satisfacen. Pero en un pastel con forma de caja, al cortar a lo largo raciones equitativas hay quien recibe los extremos con mucha superficie lateral (azúcar, almendras, chocolate, nata…) y quien debe conformarse con las raciones centrales y sus dos miserables laterales. El tema es simple si hay 4 comensales y el cuchillo sigue los ejes de simetría, pero se complica, por ejemplo con 5 a repartir. Este tema ha sido investigado por golosos geómetras y se han podido encontrar multitud de soluciones para pasteles en forma de caja. Por ejemplo marcando los puntos del perímetro superior que corresponden a una quinta parte del perímetro y cortando desde el centro hasta estos puntos. Pero la solución más genial fue hallada por Sanford en el 2002. Se corta a lo largo de la diagonal y moviendo los dos trozos hasta formar un paralelepípedo, se procede a cortar mediante cortes paralelos adecuados en 5 [o las partes que sean]. Cada comensal recibe dos trozos pero con contenidos totales justos de verdad.

     LA GEOMETRÍA DE LOS QUESOS

 Cada tipo de queso se presenta en unas formas geométricas características y por ello un roquefort, un cabrales, un gruyère, etcétera, son plenamente identificables no sólo por su acreditado sabor sino por sus formas, color exterior y textura de la superficie envolvente: ¿es la forma geométrica de un queso arbitraria o tiene implicaciones en la propia calidad y personalidad del producto? La sorprendente respuesta es que la forma influye en el fondo.
     Diversos estudios han permitido ver que la forma de los moldes permite asegurar un tipo de compresión que influye en el queso, la forma puede influir en que distintos puntos interiores tengan características diferentes (no es lo mismo una forma de prisma que de esfera o de rueda). Así, los moldes rectangulares son más complejos que los redondeados, en el proceso de fermentación una forma prismática puede resquebrajarse fácilmente en las diferentes caras pero una forma circular asegura más uniformidad. Tanto el tamaño como la superficie exterior del queso influyen en el proceso de maduración del producto y por tanto la razón:
       Superficie exterior / Volumen total
 es un parámetro muy importante de consecuencias gustativas enormes.
    
     CÁLCULO DE CALORÍAS
     
▷ Asesinatos Matemáticos | Claudi Alsina » PDF Dice una frase popular que una dieta es una selección de comida que hace posible a otras personas perder peso. Entramos así en el temido campo de las calorías. Hoy sabemos que el calor es una manifestación de energía y, por tanto, se mide en julios. Pero la vieja tradición del calor como «fluido» calórico transmisible de un cuerpo a otro ha quedado reflejada en la denominación obsoleta de “caloría”. De hecho se usan calorías en dos cosas diferentes: la caloría pequeña (cal) o caloría-gramo es la energía calorífica que se precisa para incrementar en un grado Celsius la temperatura de un gramo de agua (4,1868 julios). La caloría-grande (Cal) o caloría-kilogramo es la energía para elevar un grado Celsius un kilogramo de agua. En nutrición se usa la kilocaloría: 1 Cal = 1 kcal =1.000 cal = 4.184 julios. Es recomendable no mezclar “cal” con “Cal”.

     MITOS CALÓRICOS

 En etiquetas y dietas se sigue dando información sobre las kcal/kg y en kj/kg de las kilocalorías o kilojulios por kilogramo de alimento o se expresan kilocalorías aportadas por cada 100 gramos. La primera confusión surge entre la aportación de calorías de una medida general y lo que realmente aporta el producto etiquetado (informan sobre kilocalorías por kilogramo en un paquete de 125 gramos). Una segunda fuente de errores son las creencias populares que sólo los números pueden ayudar a ratificar o desmentir. Por ejemplo, pocas personas son conscientes de que:
     • Aportan más calorías los garbanzos que las judías secas.
     • La miel o las mermeladas con azúcar aportan lo mismo.
     • Las verduras congeladas dan menos aporte calórico que las naturales.
     • 100 gramos de cacahuetes equivalen a más de 650 gramos de patatas cocidas.
     • La leche de vaca en polvo es muchísimo más calórica que la normal.
     • El jamón dulce o de York equivale a la mortadela.
     • El solomillo de ternera da la mitad de calorías que el bistec.
    
    EL ERROR COMO VALOR AÑADIDO

 Las producciones en serie de sellos, monedas, billetes, postales, etc., a veces dan lugar a la aparición de extraños ejemplares cuya rareza inmediatamente adquiere una alta cotización en las subastas. Nada hay más valorado que un sello en el que el dibujo salió girado o un billete con números escritos al revés o erróneos. Errores en números, en tamaños, en colocaciones, en imágenes que son simétricas o están giradas, etc., para que la pieza entre en el museo de lo más valorado. Muy curioso.»

   [El texto pertenece a la edición en español de Editorial Ariel, 2011, pp. 37-40. ISBN: 978-84-344-7013-2.]

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